El aire en el metro es de plomo.
Las gentes que pasean son de paja.
Las abejas manosean la miel con sus manitas.
Todos saben, al menos, un poco como son.
Yo, no.
Yo no me interpreto. Yo me escapo como el agua.
Yo soy escurridizo a las definiciones.
Estoy paseando por las habitaciones de un edificio
de estructura moderna
que huele a nuevo.
Hay dos seres en mí:
uno caminaría siglos por esos pasillos
con la curiosidad por bandera,
el otro lo demolería sin pensarlo.
No me soporto.
No soporto soportarme.
Vivo en una ciudad con dos ayuntamientos;
un alcalde es la mirada fumigada de un loco,
el otro es la vagina virgen de una niña pura.
No me soporto.
No soporto soportarme.
No puedo evitar traicionarme día tras día.
Vivo en una discusión insoportable.
Divago por un malvivir eterno.
Feliz/Triste
Calma/Agitación
Pensamiento/Fiereza
Fe ciega/Duda infinita
Amor a la vida/Amor a la muerte
Desnudos filántropos/Desnudos misántropos.
No me soporto.
No soporto soportarme.
Estoy en una habitación de cuentos ya contados.
Soy el niño que yace durmiendo en la cama
y el monstruo que se esconde en su armario.
Quintí Casals
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