Orgiástico esplendor hacia los vicios
segrega alguien en mí.
No habrá mas insomnios,
más calumnias o más contrastes;
me crucifico en el altar.
¿De veras puedo?
Los circos me parecen insípidos,
las ilusiones me gangrenan sin cesar,
el orden de mis muebles o mis tareas me da igual;
este mundo de precoz aspiración me aburre.
Necesito viajar por las constelaciones,
disipar mi carácter más curioso.
La sociedad me parece un estupor gris.
Un comandante estúpido a la vez que despiadado.
La lengua de una mosca.
La época contemporánea no está hecha para mí,
la prehistoria tampoco, el s.XXIII tampoco;
yo no debía haber sido fecundado.
La vida me parece un manto de neblina.
Una hiedra en una pared infinita.
El asmático placer de respirar.
Ni los niños ni los laureles ni las mujeres
ni la música me harían querer reaparecer.
Tardes de sábados, osciles entre venenos,
vaciles a la pendiente
me llenan.
Soledades distantes, elipses a mi propio yo,
burlas espléndidas a lo odioso
me llenan.
Sí, lo sé;
soy un provocador en un mundo provocativo.
Quintí Casals
jueves, 31 de octubre de 2013
martes, 29 de octubre de 2013
Espejos de todo a 100, apuestas de todo al 16, fotos de todo a tomar por culo
Esas tardes dónde el sol resbalaba en nuestros ojos,
parecía que la libertad se sublevara
bajo nuestros pies alados.
No me parecía irritante el
"Buenos días, gracias por confiar en Repsol"
que me lanzaban las bocas de esos cajeros adiestrados
ni cobarde la sensación
de estar pisando el suelo de un sueño tangible
ni ridícula la idea de poseer un
horizonte común con alguien.
Mi sistema nervioso andaba sorprendentemente bien,
mis besos daban homenajes sagrados a tus senos
y tu lumbre apaciguaba mi locura desviada.
Vivía en una zanja de plasma;
estaba de acuerdo con lo que me ofrecía la vida.
Éramos felices, de eso se trataba.
Pedíamos metáforas para beber en los bares,
merodeábamos horas por los cuadros de Dalí,
fumábamos en la cama.
Nos mofábamos de los turistas japoneses,
tomábamos cervezas en plazas o en cuchitriles,
nos escapábamos muy lejos.
Esas tardes en las que nos sentábamos entre melocotoneros,
cuando yo hablaba con palabras obsoletas
y tú atendías minuciosamente cada desfachatez pronunciada,
el mundo parecía hecho a medida
para ser gobernado por nosotros.
Quién pudiera volver a esos días de aire...
las gaviotas volaban como siempre,
pero las idolatraba.
Quién pudiera ser amparado en un recuerdo
hecho presente...
Quién pudiera
volver a ser...
La lluvia frena en el paraguas,
una bolsa de plástico llena de dolor lacerante vuela,
abdica mi ilusión más juvenil.
No soporto recordar los buenos tiempos;
nuestras fotos son un agónico cementerio de alegrías.
Quintí Casals
parecía que la libertad se sublevara
bajo nuestros pies alados.
No me parecía irritante el
"Buenos días, gracias por confiar en Repsol"
que me lanzaban las bocas de esos cajeros adiestrados
ni cobarde la sensación
de estar pisando el suelo de un sueño tangible
ni ridícula la idea de poseer un
horizonte común con alguien.
Mi sistema nervioso andaba sorprendentemente bien,
mis besos daban homenajes sagrados a tus senos
y tu lumbre apaciguaba mi locura desviada.
Vivía en una zanja de plasma;
estaba de acuerdo con lo que me ofrecía la vida.
Éramos felices, de eso se trataba.
Pedíamos metáforas para beber en los bares,
merodeábamos horas por los cuadros de Dalí,
fumábamos en la cama.
Nos mofábamos de los turistas japoneses,
tomábamos cervezas en plazas o en cuchitriles,
nos escapábamos muy lejos.
Esas tardes en las que nos sentábamos entre melocotoneros,
cuando yo hablaba con palabras obsoletas
y tú atendías minuciosamente cada desfachatez pronunciada,
el mundo parecía hecho a medida
para ser gobernado por nosotros.
Quién pudiera volver a esos días de aire...
las gaviotas volaban como siempre,
pero las idolatraba.
Quién pudiera ser amparado en un recuerdo
hecho presente...
Quién pudiera
volver a ser...
La lluvia frena en el paraguas,
una bolsa de plástico llena de dolor lacerante vuela,
abdica mi ilusión más juvenil.
No soporto recordar los buenos tiempos;
nuestras fotos son un agónico cementerio de alegrías.
Quintí Casals
Flores estranguladas en el desierto
Una esfera cuadrada de agonía
arrasa el tejido muscular de mi corazón
y a la vez también cada micra de mi templanza.
Vivo en el campanario de mi infancia.
Vivo en la circunvalación estridente de mis sentimientos.
Leo poemas a mi perrita. Escucho a los demonios lugareños de mis células.
Me agoto por los débiles ¿Puede alguien ser más bueno?
He vendido a veces mis dotes benévolos a algún
ego intrínseco
pero jamás fui malo por naturaleza.
Quizá debería haberlo sido;
haber escogido bien.
Mi transición por estos caminos desdichados
hubiera sido más fácil. Ya saben, el mundo es malvado.
La gente diseñada con una sensibilidad y una ética de serie
son los peones más dóciles para ser manejados por la maleza.
Viven aclimatados al desprecio y a la explotación de su Benignidad.
En cambio, los malos ganan la partida al mundo;
los políticos mean a carcajada limpia encima de los vasallos,
los empresarios comen canapés hechos de niños senegaleses,
los banqueros especulan con vidas invisibles
y no sólo les va bien, sino que poseen la cúspide del triunfo.
El mundo no es sólo imperfecto,
es inclemente por su poca empatía.
¿Merezco de veras ser sensible?
¿Merece de veras la Tierra poseer gente Buena?
En estos mares de soledad, desesperanza y vileza;
los Buenos no son bien recibidos,
los Buenos son provechosos,
los Buenos son los tontos.
Quintí Casals
arrasa el tejido muscular de mi corazón
y a la vez también cada micra de mi templanza.
Vivo en el campanario de mi infancia.
Vivo en la circunvalación estridente de mis sentimientos.
Leo poemas a mi perrita. Escucho a los demonios lugareños de mis células.
Me agoto por los débiles ¿Puede alguien ser más bueno?
He vendido a veces mis dotes benévolos a algún
ego intrínseco
pero jamás fui malo por naturaleza.
Quizá debería haberlo sido;
haber escogido bien.
Mi transición por estos caminos desdichados
hubiera sido más fácil. Ya saben, el mundo es malvado.
La gente diseñada con una sensibilidad y una ética de serie
son los peones más dóciles para ser manejados por la maleza.
Viven aclimatados al desprecio y a la explotación de su Benignidad.
En cambio, los malos ganan la partida al mundo;
los políticos mean a carcajada limpia encima de los vasallos,
los empresarios comen canapés hechos de niños senegaleses,
los banqueros especulan con vidas invisibles
y no sólo les va bien, sino que poseen la cúspide del triunfo.
El mundo no es sólo imperfecto,
es inclemente por su poca empatía.
¿Merezco de veras ser sensible?
¿Merece de veras la Tierra poseer gente Buena?
En estos mares de soledad, desesperanza y vileza;
los Buenos no son bien recibidos,
los Buenos son provechosos,
los Buenos son los tontos.
Quintí Casals
lunes, 28 de octubre de 2013
La armada de las cabras
La armada de las cabras
no se fija mucho en los almendros primaverales
ni en las polvorientas estanterías de lo común.
No es que mis amigos o yo seamos malos chicos;
simplemente tenemos otras metas.
¿Matrículas de honor?
¿Jefes plurales?
¿Jugadores de golf?
No, gracias, no nos interesa.
Nosotros somos la clase de gente
a la que giras la mirada
porque consideras que no poseen mirada.
Nos escondemos en el implacable rechazo.
Paseamos por las avenidas de las nubes.
Moramos en la boca de la sombra.
Nos verás caminando entre parajes oxidados,
hablando con personas supuestamente impersonales
o tumbados en el sofá de un garaje habilitado como hogar (dulce hogar).
Nos verás sin conocer los parámetros de las leyes de la gravedad,
hambrientos de ceguera o felizmente cerrando con candado nuestro futuro.
¿Quién sabe que será de estos gorriones de plata?
Nosotros somos hombres libres
-de esos que sólo se encuentran en las tiendas-
nos tumbamos en las carreteras, escupimos a las mujeres baratas
y es mejor que no nos invites a tu casa.
No somos bien recibidos en discotecas, bares, pubs, universidades,
hoteles, establecimientos públicos, establecimientos privados,
calles.
Somos la clase de personas obligadas a oír siempre
en los supermercados "Pobres chicos ¡Dios les salve!"
o obligadas a demostrar a la gente que de veras somos personas.
Somos veloces. Somos dóciles. Somos débiles.
Solemos tener el iris eclipsado por la pupila.
Solemos estar sin estar.
Sabemos que la muerte es un seguro de vida
y que la vida es un seguro de muerte
y que los días pueden llegar a ser plomo que vuela.
De hecho, creemos saberlo todo;
somos alérgicos a los consejos.
Conocemos la felicidad alterada, la amistad alterada,
la vida alterada...
somos soldados de polvo
que se deshacen poco a poco
como la mayoría de humanos sulfúricos
que habitan esta tierra
pero a nosotros nos miran mal;
somos políticamente incorrectos.
La armada de las cabras no va a ningún sitio, sólo sueña.
La armada de las cabras no va a ningún sitio, sólo vuela.
La armada de las cabras no sabe que país conquistar
y eso molesta.
Quintí Casals
no se fija mucho en los almendros primaverales
ni en las polvorientas estanterías de lo común.
No es que mis amigos o yo seamos malos chicos;
simplemente tenemos otras metas.
¿Matrículas de honor?
¿Jefes plurales?
¿Jugadores de golf?
No, gracias, no nos interesa.
Nosotros somos la clase de gente
a la que giras la mirada
porque consideras que no poseen mirada.
Nos escondemos en el implacable rechazo.
Paseamos por las avenidas de las nubes.
Moramos en la boca de la sombra.
Nos verás caminando entre parajes oxidados,
hablando con personas supuestamente impersonales
o tumbados en el sofá de un garaje habilitado como hogar (dulce hogar).
Nos verás sin conocer los parámetros de las leyes de la gravedad,
hambrientos de ceguera o felizmente cerrando con candado nuestro futuro.
¿Quién sabe que será de estos gorriones de plata?
Nosotros somos hombres libres
-de esos que sólo se encuentran en las tiendas-
nos tumbamos en las carreteras, escupimos a las mujeres baratas
y es mejor que no nos invites a tu casa.
No somos bien recibidos en discotecas, bares, pubs, universidades,
hoteles, establecimientos públicos, establecimientos privados,
calles.
Somos la clase de personas obligadas a oír siempre
en los supermercados "Pobres chicos ¡Dios les salve!"
o obligadas a demostrar a la gente que de veras somos personas.
Somos veloces. Somos dóciles. Somos débiles.
Solemos tener el iris eclipsado por la pupila.
Solemos estar sin estar.
Sabemos que la muerte es un seguro de vida
y que la vida es un seguro de muerte
y que los días pueden llegar a ser plomo que vuela.
De hecho, creemos saberlo todo;
somos alérgicos a los consejos.
Conocemos la felicidad alterada, la amistad alterada,
la vida alterada...
somos soldados de polvo
que se deshacen poco a poco
como la mayoría de humanos sulfúricos
que habitan esta tierra
pero a nosotros nos miran mal;
somos políticamente incorrectos.
La armada de las cabras no va a ningún sitio, sólo sueña.
La armada de las cabras no va a ningún sitio, sólo vuela.
La armada de las cabras no sabe que país conquistar
y eso molesta.
Quintí Casals
sábado, 26 de octubre de 2013
Peter Pan (Conversaciones con Mika)
Las auroras boreales pintan el cielo hasta que se van.
Una flor se cuece para ser ceniza en el horno que es la tierra fértil.
Los granitos de la cara de un pubescente nacen, crecen y revientan.
Las horas pasan, la historia pasa, el presente es creciente.
Los corazones se enamoran una vez pero es difícil volverlos a engañar.
El melocotón un día se emancipa de la rama.
La lluvia cae de una nube pequeña, navega por un río y desemboca al océano.
Los humanos recorren la parábola que va de de preocuparse por la revolución a preocuparse por el lavavajillas.
Un insecto deja su cáscara terrestre para volar dos días.
Los niños pronto son adolescentes. Los niños pronto están tristes.
Todo madura, dicen, todo madura;
pero tú no, tú tendrás el placer de morir niña.
Te han brindado el final más inocente, más apacible.
Padecerás la degradación de tu alegría,
la erosión de tus órganos y la bienvenida a la vejez.
Pasarás mil y un percances, mil y una elegías;
pero tu vida se jubilará antes de conocer nada.
Tú tendrás el placer de desaparecer entre las plácidas olas de la ignorancia.
Te extinguirás prematura. Te apagarás con la paz entre labio y labio.
Tú sabiduría morirá virgen.
Tu sabiduría tendrá la suerte de morir sin que le hayan presentado al mundo.
Quintí Casals
Una flor se cuece para ser ceniza en el horno que es la tierra fértil.
Los granitos de la cara de un pubescente nacen, crecen y revientan.
Las horas pasan, la historia pasa, el presente es creciente.
Los corazones se enamoran una vez pero es difícil volverlos a engañar.
El melocotón un día se emancipa de la rama.
La lluvia cae de una nube pequeña, navega por un río y desemboca al océano.
Los humanos recorren la parábola que va de de preocuparse por la revolución a preocuparse por el lavavajillas.
Un insecto deja su cáscara terrestre para volar dos días.
Los niños pronto son adolescentes. Los niños pronto están tristes.
Todo madura, dicen, todo madura;
pero tú no, tú tendrás el placer de morir niña.
Te han brindado el final más inocente, más apacible.
Padecerás la degradación de tu alegría,
la erosión de tus órganos y la bienvenida a la vejez.
Pasarás mil y un percances, mil y una elegías;
pero tu vida se jubilará antes de conocer nada.
Tú tendrás el placer de desaparecer entre las plácidas olas de la ignorancia.
Te extinguirás prematura. Te apagarás con la paz entre labio y labio.
Tú sabiduría morirá virgen.
Tu sabiduría tendrá la suerte de morir sin que le hayan presentado al mundo.
jueves, 24 de octubre de 2013
Solteros
Queridos integrantes de esta tierra,
guardemos un minuto de silencio
por aquellos corazones de cartón
que nunca encontraron en vida
ni el más remoto jirón de amor.
Por las cenas sonámbulas frente al televisor.
Por las noches inmóviles sin discutir palabras u orgasmos.
Por la cama individual. Por el armario individual.
Por la búsqueda agobiada de algo escapado.
Por los yorkshires comprados que se acurrucan a sus pies.
Por la muerte más esperada y más placentera.
¡Qué canalla puede llegar a ser la vida!
¿A quién se le ocurre despojar el único aliento vital?
Queridos integrantes de esta tierra,
guardemos un minuto de silencio
por aquellos seres solos en el espejo,
solos en el coche, solos en el tedio.
Queridos integrantes de esta tierra,
guardemos un minuto de silencio
por aquellos seres que claudicaron
para guardar una vida de silencio.
Quintí Casals
guardemos un minuto de silencio
por aquellos corazones de cartón
que nunca encontraron en vida
ni el más remoto jirón de amor.
Por las cenas sonámbulas frente al televisor.
Por las noches inmóviles sin discutir palabras u orgasmos.
Por la cama individual. Por el armario individual.
Por la búsqueda agobiada de algo escapado.
Por los yorkshires comprados que se acurrucan a sus pies.
Por la muerte más esperada y más placentera.
¡Qué canalla puede llegar a ser la vida!
¿A quién se le ocurre despojar el único aliento vital?
Queridos integrantes de esta tierra,
guardemos un minuto de silencio
por aquellos seres solos en el espejo,
solos en el coche, solos en el tedio.
Queridos integrantes de esta tierra,
guardemos un minuto de silencio
por aquellos seres que claudicaron
para guardar una vida de silencio.
Quintí Casals
lunes, 21 de octubre de 2013
Autocracia
Cuando
un rayo de amor
entra por la ventana de tu sombra,
la luna de cualquiera
procura guardar miedo
a convertirse en siamés;
no al nacer,
no al morir,
sino al besar.
Tocar ciertos labios imantados
y quedar pegado y petrificado
amando para siempre.
Vender tu alma al ángel de las etapas buenas
y al diablo de las etapas malas.
Asumir la tiranía de lo ineluctable e innegociable.
Bailar en medio del incendio forestal que extingue el bosque.
Levantar un mundo nuevo con ladrillos de reacciones biológicas.
Sorber cada uno toda
la vida vuluptuosa
que necesita del otro.
Ser feliz tomando café,
comprando el periódico en el kiosko
o, incluso, en el espacio embuchado del ascensor
unos días.
Romper el alma a puñetazos,
encerrarse en el mar lagrimal
o, incluso, batir las alas para irse lejos
otros días.
El amor le enseña a uno
a ser domado por la hermosura de lo cotidiano.
El amor le enseña a uno
a ser el pastor que envenena a su oveja más fiel.
El amor es un día entero:
un alba y un ocaso,
pero es un día
dónde te atreves a pronunciar libre
y en paz.
Es un día de excedentes paradisíacos
dónde el frío agita el mal, (como en cualquier sitio)
pero merece la pena
y piensas
y piensas
entre nubes risueñas
a la vez que melancólicas
que
la libertad
sólo puede existir
en la dictadura de su amor.
Quintí Casals
un rayo de amor
entra por la ventana de tu sombra,
la luna de cualquiera
procura guardar miedo
a convertirse en siamés;
no al nacer,
no al morir,
sino al besar.
Tocar ciertos labios imantados
y quedar pegado y petrificado
amando para siempre.
Vender tu alma al ángel de las etapas buenas
y al diablo de las etapas malas.
Asumir la tiranía de lo ineluctable e innegociable.
Bailar en medio del incendio forestal que extingue el bosque.
Levantar un mundo nuevo con ladrillos de reacciones biológicas.
Sorber cada uno toda
la vida vuluptuosa
que necesita del otro.
Ser feliz tomando café,
comprando el periódico en el kiosko
o, incluso, en el espacio embuchado del ascensor
unos días.
Romper el alma a puñetazos,
encerrarse en el mar lagrimal
o, incluso, batir las alas para irse lejos
otros días.
El amor le enseña a uno
a ser domado por la hermosura de lo cotidiano.
El amor le enseña a uno
a ser el pastor que envenena a su oveja más fiel.
El amor es un día entero:
un alba y un ocaso,
pero es un día
dónde te atreves a pronunciar libre
y en paz.
Es un día de excedentes paradisíacos
dónde el frío agita el mal, (como en cualquier sitio)
pero merece la pena
y piensas
y piensas
entre nubes risueñas
a la vez que melancólicas
que
la libertad
sólo puede existir
en la dictadura de su amor.
Quintí Casals
Amor a primera vista
Las manos lascivas
manosean las capas de amor
que hay antes del magma
que es el corazón.
La atracción siempre es pistoletazo de salida.
¿Existe de veras el amor a primera vista?
Existe erección, ebullición o tembleque
a primera vista, pero no amor.
Un te quiero es una promesa demasiado densa.
Un amor es demasiado extenso
como para otearse a primera vista.
Dos idiotas se encuentran varias veces
por vida y siempre pasa lo mismo.
Vibra el mundo. Aúllan los terremotos.
Las carnes recitan química en su interior.
Los protagonistas se miran
y se fundan pequeños episodios de una historia nueva.
Se agradan hechizándose. Sonríen sus esperanzas.
Transcurren ambos
el uno por dentro del otro
y finalmente algún día
se atreven a enamorarse.
Quintí Casals
manosean las capas de amor
que hay antes del magma
que es el corazón.
La atracción siempre es pistoletazo de salida.
¿Existe de veras el amor a primera vista?
Existe erección, ebullición o tembleque
a primera vista, pero no amor.
Un te quiero es una promesa demasiado densa.
Un amor es demasiado extenso
como para otearse a primera vista.
Dos idiotas se encuentran varias veces
por vida y siempre pasa lo mismo.
Vibra el mundo. Aúllan los terremotos.
Las carnes recitan química en su interior.
Los protagonistas se miran
y se fundan pequeños episodios de una historia nueva.
Se agradan hechizándose. Sonríen sus esperanzas.
Transcurren ambos
el uno por dentro del otro
y finalmente algún día
se atreven a enamorarse.
Quintí Casals
jueves, 17 de octubre de 2013
Jerarquía (Conversaciones con Mika)
¡Cállate! ¡Baja de ahí! ¡Ven!
¡Siéntate! ¡Para! ¡Sht!
Tu vida es un baile al son de las órdenes.
Tu vida es una rotonda dónde giras entorno a mí.
Yo estoy arriba y tú estás abajo;
tu vida está ceñida a cómo yo quiero que sea.
Yo decido cuando y cuánto comes.
Yo decido cuando y cuánto es tu tiempo de ocio.
Si no obedeces, Yo te castigo.
Si obedeces, Yo te doy un premio.
Yo decido hasta dónde darte libertad de expresión.
Yo decido hasta dónde creo que puedes saber.
Si me me va todo bien, Yo te concederé un collar nuevo.
Si me va todo bien, Yo te haré una casita mejor.
Yo decido si verás o no verás el mar algún día.
Yo decido si hoy comerás pienso o carne.
Si me apetece, Yo te dejaré ir por toda la casa.
Si me apetece, Yo decidiré cuánto bonita es tu vida.
Yo decido. Yo decido. Yo decido.
Tú toleras. Tú toleras. Tú toleras.
Tú eres el individuo. Yo soy el sistema.
Eres libre
hasta dónde llegue mi correa.
Quintí Casals
¡Siéntate! ¡Para! ¡Sht!
Tu vida es un baile al son de las órdenes.
Tu vida es una rotonda dónde giras entorno a mí.
Yo estoy arriba y tú estás abajo;
tu vida está ceñida a cómo yo quiero que sea.
Yo decido cuando y cuánto comes.
Yo decido cuando y cuánto es tu tiempo de ocio.
Si no obedeces, Yo te castigo.
Si obedeces, Yo te doy un premio.
Yo decido hasta dónde darte libertad de expresión.
Yo decido hasta dónde creo que puedes saber.
Si me me va todo bien, Yo te concederé un collar nuevo.
Si me va todo bien, Yo te haré una casita mejor.
Yo decido si verás o no verás el mar algún día.
Yo decido si hoy comerás pienso o carne.
Si me apetece, Yo te dejaré ir por toda la casa.
Si me apetece, Yo decidiré cuánto bonita es tu vida.
Yo decido. Yo decido. Yo decido.
Tú toleras. Tú toleras. Tú toleras.
Tú eres el individuo. Yo soy el sistema.
Eres libre
hasta dónde llegue mi correa.
Quintí Casals
miércoles, 16 de octubre de 2013
Volver a volver a volver
Vuelvo a llegar a casa
pegando portazos,
llorando onomatopeyas rotas,
buscando amor de madre.
Hoy fue un día peor que ayer;
y así lleva toda mi eternidad
desde los 13 años.
Estoy harto
de mis amigos,
de mis musas,
de mis náuseas.
¡Maldita sea! Me equivoqué de mundo.
Yo no soy como este surtido de hombres
cerrados al vacío que pueblan las ciudades y los campos.
Anhelaría tener su sangre fría.
Anhelaría ser un pez de memoria transitoria.
Anhelaría cualquier tipo de anhelo cegador.
Ando por arenas movedizas de preguntas solitarias.
Ando por canciones de miércoles-noche.
Ando por manos de socorro escurridizo.
Mi vida es un tobogán
hacia la muerte
y parece que nadie quiera salvarme.
Quintí Casals
pegando portazos,
llorando onomatopeyas rotas,
buscando amor de madre.
Hoy fue un día peor que ayer;
y así lleva toda mi eternidad
desde los 13 años.
Estoy harto
de mis amigos,
de mis musas,
de mis náuseas.
¡Maldita sea! Me equivoqué de mundo.
Yo no soy como este surtido de hombres
cerrados al vacío que pueblan las ciudades y los campos.
Anhelaría tener su sangre fría.
Anhelaría ser un pez de memoria transitoria.
Anhelaría cualquier tipo de anhelo cegador.
Ando por arenas movedizas de preguntas solitarias.
Ando por canciones de miércoles-noche.
Ando por manos de socorro escurridizo.
Mi vida es un tobogán
hacia la muerte
y parece que nadie quiera salvarme.
Quintí Casals
El humano
El agua dio a lugar a los primeros microorganismos
y hoy en día hidrata las sangres del mundo.
Los pájaros desparasitan
las espaldas de los elefantes.
Los animales se alimentan y se ayudan
unos a otros entre ecosistemas.
La lozana vegetación regala burbujas de oxígeno.
Todos saben qué deben hacer.
Todos saben cuál es su cargo congénito.
¿Cuál será la función del humano en este mundo?
Los agujeros negros, la energía nuclear, el calentamiento global,
el consumismo masivo, la avanzada tecnología militar...
contestan.
La conclusión a nuestra compleja inteligencia
en un mundo sencillo
es la autodestrucción.
Somos la bestia antinatural enviada para el exterminio:
nuestra función es acabar con el planeta.
Tenemos los dotes para el apocalipsis:
la ferocidad egoísta y un engranaje neuronal superior
a todo lo que nos rodea.
El humano es el asesino a sueldo que envió Jesucristo.
El humano es la undécima plaga bíblica enviada por Dios.
El humano es la epidemia terrenal
que poco a poco acaba
con lo que queda de vida.
Quintí Casals
y hoy en día hidrata las sangres del mundo.
Los pájaros desparasitan
las espaldas de los elefantes.
Los animales se alimentan y se ayudan
unos a otros entre ecosistemas.
La lozana vegetación regala burbujas de oxígeno.
Todos saben qué deben hacer.
Todos saben cuál es su cargo congénito.
¿Cuál será la función del humano en este mundo?
Los agujeros negros, la energía nuclear, el calentamiento global,
el consumismo masivo, la avanzada tecnología militar...
contestan.
La conclusión a nuestra compleja inteligencia
en un mundo sencillo
es la autodestrucción.
Somos la bestia antinatural enviada para el exterminio:
nuestra función es acabar con el planeta.
Tenemos los dotes para el apocalipsis:
la ferocidad egoísta y un engranaje neuronal superior
a todo lo que nos rodea.
El humano es el asesino a sueldo que envió Jesucristo.
El humano es la undécima plaga bíblica enviada por Dios.
El humano es la epidemia terrenal
que poco a poco acaba
con lo que queda de vida.
Quintí Casals
martes, 15 de octubre de 2013
Los enamorados cantan mal, pero cantan
La vida es un sueño hecho realidad
canta un enamorado tópico.
Qué bonito es todo
cuando el amor agita tus tripas.
Cómo brilla el sol esos veranos volanderos.
Cómo dispara a uno hacia más allá de las nubes.
Cómo achicharra las maldades de esta civilización.
El mundo tiene los colores más vivos.
Las piernas bailan al andar.
La cabeza piensa tonterías.
Qué bonito es todo
hasta que acaba.
Quintí Casals
canta un enamorado tópico.
Qué bonito es todo
cuando el amor agita tus tripas.
Cómo brilla el sol esos veranos volanderos.
Cómo dispara a uno hacia más allá de las nubes.
Cómo achicharra las maldades de esta civilización.
El mundo tiene los colores más vivos.
Las piernas bailan al andar.
La cabeza piensa tonterías.
Qué bonito es todo
hasta que acaba.
Quintí Casals
La inocente sabia (Conversaciones con Mika)
Nunca sabrás cómo es mi nombre y apellido.
Nunca sabrás cómo labrar una conversación conmigo.
Nunca sabrás cómo explicar la teoría del Bosón de Higgs.
Nunca sabrás cómo piensa un ser de carácter bipolar.
Nunca sabrás cómo funciona el lavavajillas.
Pero siempre sabrás cómo hacer a alguien feliz
con tus sentimientos sólidos.
Quintí Casals
Nunca sabrás cómo labrar una conversación conmigo.
Nunca sabrás cómo explicar la teoría del Bosón de Higgs.
Nunca sabrás cómo piensa un ser de carácter bipolar.
Nunca sabrás cómo funciona el lavavajillas.
Pero siempre sabrás cómo hacer a alguien feliz
con tus sentimientos sólidos.
Quintí Casals
Heroína contemporánea (Conversaciones con Mika)
Quizá fue porque casi mueres al nacer
que amas tanto la vida.
Mis padres y yo, te dimos
todas las caricias mansas
que necesitaba tu organismo autodestructivo.
Medicinas, tratamientos, tardes en el veterinario...
Lo lograste.
Quizá fue porque casi mueres al nacer
que amas tanto la vida.
Siempre tan atenta. Siempre tan acaramelada.
Hoy encontraste a un genio deficiente.
Le faltaba un cromosoma. Le faltaba el amor.
Él era de esos que no entran en los planes del mundo.
Te acariciaba sinceramente entre frases sin sentido.
Te lanzaste a él.
Lo lamiste con saliva ilusoria.
Lo amaste de verdad en su gloria.
Él sonreía, sonreía, sonreía.
Eras una utopía levantada sobre cuatro patas.
Fue precioso.
Cuán necesaria es tu existencia...
Eres una escopeta de amor en este mundo violento.
Eres una fecha de esperanza en un calendario sin jornales.
Eres la felicidad sin vaivén.
Quizá sea porque casi mueres al nacer
que amas tanto la vida
y haces que los demás la amemos también.
Quintí Casals
que amas tanto la vida.
Mis padres y yo, te dimos
todas las caricias mansas
que necesitaba tu organismo autodestructivo.
Medicinas, tratamientos, tardes en el veterinario...
Lo lograste.
Quizá fue porque casi mueres al nacer
que amas tanto la vida.
Siempre tan atenta. Siempre tan acaramelada.
Hoy encontraste a un genio deficiente.
Le faltaba un cromosoma. Le faltaba el amor.
Él era de esos que no entran en los planes del mundo.
Te acariciaba sinceramente entre frases sin sentido.
Te lanzaste a él.
Lo lamiste con saliva ilusoria.
Lo amaste de verdad en su gloria.
Él sonreía, sonreía, sonreía.
Eras una utopía levantada sobre cuatro patas.
Fue precioso.
Cuán necesaria es tu existencia...
Eres una escopeta de amor en este mundo violento.
Eres una fecha de esperanza en un calendario sin jornales.
Eres la felicidad sin vaivén.
Quizá sea porque casi mueres al nacer
que amas tanto la vida
y haces que los demás la amemos también.
Quintí Casals
La procreación generacional
Una mezcolanza de químicas humanas
intenta dormir hoy en una vagina
o en un pene.
No dejo de ver comportamientos
de búsqueda carnal.
Hasta las farolas quieren follar.
Hasta las señales de tráfico quieren follar.
La meta final de este viaje terrestre
es dejar su espora en algún lado.
Vendemos nuestro órgano más preciado
a esos grifos de orín
sólo por
el fin de la procreación;
la huella que se seca en el cemento.
Es asquerosamente hermoso
que nuestro mayor objetivo en esta vida
sea llegar hasta esas partes húmedas
que segregan la peor y la mejor
de nuestras esencias.
Quintí Casals
intenta dormir hoy en una vagina
o en un pene.
No dejo de ver comportamientos
de búsqueda carnal.
Hasta las farolas quieren follar.
Hasta las señales de tráfico quieren follar.
La meta final de este viaje terrestre
es dejar su espora en algún lado.
Vendemos nuestro órgano más preciado
a esos grifos de orín
sólo por
el fin de la procreación;
la huella que se seca en el cemento.
Es asquerosamente hermoso
que nuestro mayor objetivo en esta vida
sea llegar hasta esas partes húmedas
que segregan la peor y la mejor
de nuestras esencias.
Quintí Casals
Yo
El aire en el metro es de plomo.
Las gentes que pasean son de paja.
Las abejas manosean la miel con sus manitas.
Todos saben, al menos, un poco como son.
Yo, no.
Yo no me interpreto. Yo me escapo como el agua.
Yo soy escurridizo a las definiciones.
Estoy paseando por las habitaciones de un edificio
de estructura moderna
que huele a nuevo.
Hay dos seres en mí:
uno caminaría siglos por esos pasillos
con la curiosidad por bandera,
el otro lo demolería sin pensarlo.
No me soporto.
No soporto soportarme.
Vivo en una ciudad con dos ayuntamientos;
un alcalde es la mirada fumigada de un loco,
el otro es la vagina virgen de una niña pura.
No me soporto.
No soporto soportarme.
No puedo evitar traicionarme día tras día.
Vivo en una discusión insoportable.
Divago por un malvivir eterno.
Feliz/Triste
Calma/Agitación
Pensamiento/Fiereza
Fe ciega/Duda infinita
Amor a la vida/Amor a la muerte
Desnudos filántropos/Desnudos misántropos.
No me soporto.
No soporto soportarme.
Estoy en una habitación de cuentos ya contados.
Soy el niño que yace durmiendo en la cama
y el monstruo que se esconde en su armario.
Quintí Casals
Las gentes que pasean son de paja.
Las abejas manosean la miel con sus manitas.
Todos saben, al menos, un poco como son.
Yo, no.
Yo no me interpreto. Yo me escapo como el agua.
Yo soy escurridizo a las definiciones.
Estoy paseando por las habitaciones de un edificio
de estructura moderna
que huele a nuevo.
Hay dos seres en mí:
uno caminaría siglos por esos pasillos
con la curiosidad por bandera,
el otro lo demolería sin pensarlo.
No me soporto.
No soporto soportarme.
Vivo en una ciudad con dos ayuntamientos;
un alcalde es la mirada fumigada de un loco,
el otro es la vagina virgen de una niña pura.
No me soporto.
No soporto soportarme.
No puedo evitar traicionarme día tras día.
Vivo en una discusión insoportable.
Divago por un malvivir eterno.
Feliz/Triste
Calma/Agitación
Pensamiento/Fiereza
Fe ciega/Duda infinita
Amor a la vida/Amor a la muerte
Desnudos filántropos/Desnudos misántropos.
No me soporto.
No soporto soportarme.
Estoy en una habitación de cuentos ya contados.
Soy el niño que yace durmiendo en la cama
y el monstruo que se esconde en su armario.
Quintí Casals
lunes, 14 de octubre de 2013
La granja humana
Julián sostenía el peso de su cabeza
sentado en el pupitre o sentado en el aburrimiento,
el profesor ronroneaba lecciones sobre microfonía,
yo seguía leyendo entre parajes sórdidos
antes.
Aún bebo gazpacho mientras mastico patatas fritas.
Aún visto sin calzoncillos y con marihuana.
Aún sigo sin estrechar la mano a las personalidades hiperbólicas.
El protocolo me llama a su jardín Perfecto.
Me hablan de educaciones ejemplares,
de costumbres firmadas,
de periplos ordinarios,
de perros sumisos.
Dicen que debo aguantarme un pedo aunque me ahogue por dentro.
Dicen que debo coger con la mano derecha el cuchillo.
Dicen que debo mirar la televisión junto a mi familia.
Me suplican que me cierre
¿No se deberían ellos abrir?
¿Necesito orden en mi vida
o el orden me necesita a mí?
Quintí Casals
sentado en el pupitre o sentado en el aburrimiento,
el profesor ronroneaba lecciones sobre microfonía,
yo seguía leyendo entre parajes sórdidos
antes.
Aún bebo gazpacho mientras mastico patatas fritas.
Aún visto sin calzoncillos y con marihuana.
Aún sigo sin estrechar la mano a las personalidades hiperbólicas.
El protocolo me llama a su jardín Perfecto.
Me hablan de educaciones ejemplares,
de costumbres firmadas,
de periplos ordinarios,
de perros sumisos.
Dicen que debo aguantarme un pedo aunque me ahogue por dentro.
Dicen que debo coger con la mano derecha el cuchillo.
Dicen que debo mirar la televisión junto a mi familia.
Me suplican que me cierre
¿No se deberían ellos abrir?
¿Necesito orden en mi vida
o el orden me necesita a mí?
Quintí Casals
El mundo
Estoy sentado
en el retrete de la biblioteca
dónde habitan tantos genios caídos.
Hablo con Michel Houellebecq,
hablo con Arthur Schopenhauer,
hablo con Jean-Paul Sartre
en el hábitat de mi espacio
mientras mi ano
expulsa el mundo
hacia la saliva del inodoro.
El mundo se desliza por el mármol.
El mundo se hunde entre tirabuzones escépticos.
El mundo se quiebra en su individualismo.
Limpio cada una de mis nalgas con un trozo de papel:
hay una pincelada de sangre.
Tiro la cadena;
el mundo va allá dónde merece.
Me subo los vaqueros.
Limpio mis manos con jabón líquido.
Necesitaba sacar de mí hasta la más mínima
porción de éso.
Quintí Casals
en el retrete de la biblioteca
dónde habitan tantos genios caídos.
Hablo con Michel Houellebecq,
hablo con Arthur Schopenhauer,
hablo con Jean-Paul Sartre
en el hábitat de mi espacio
mientras mi ano
expulsa el mundo
hacia la saliva del inodoro.
El mundo se desliza por el mármol.
El mundo se hunde entre tirabuzones escépticos.
El mundo se quiebra en su individualismo.
Limpio cada una de mis nalgas con un trozo de papel:
hay una pincelada de sangre.
Tiro la cadena;
el mundo va allá dónde merece.
Me subo los vaqueros.
Limpio mis manos con jabón líquido.
Necesitaba sacar de mí hasta la más mínima
porción de éso.
Quintí Casals
domingo, 13 de octubre de 2013
La discoteca de sueños rotos
Franky y yo
estamos sentados en el sofá rojo
de una discoteca de sueños rotos.
Hablamos
sobre la atmósfera electrónica
que respiran los errantes de ese lugar.
Hablamos
sobre aquella mujer cuarentona
que nos señala y nos mira con hambre.
Hablamos
sobre como baja cada vez más rápido el cubata
por el clamor histérico de esa miseria.
Hablamos
sobre los piercings y tatuajes
que llevan esas gentes en el alma.
Hablamos
sobre el atrezzo y las serpentinas
que disparan como metáfora de éxtasis.
Hablamos
sobre los escotes y las faldas cortas
que hablan como los pájaros al sol naciente.
Hablamos
sobre dos tipos de cinturón halado
que se disponen a despegar hacia las nubes de cocaína.
Hablamos
sobre ese nuevo prototipo de artista
llamado DJ.
Hablamos
sobre los machos que luchan con bailes, palabras o golpes
para llevarse a la hembra a la cama.
Hablamos
sobre la conclusión a la sociedad
que es esa discoteca.
Hablamos, hablamos y hablamos
despreciando lo que somos;
aunque sepamos
que siempre nos quedará vivir.
Quintí Casals
estamos sentados en el sofá rojo
de una discoteca de sueños rotos.
Hablamos
sobre la atmósfera electrónica
que respiran los errantes de ese lugar.
Hablamos
sobre aquella mujer cuarentona
que nos señala y nos mira con hambre.
Hablamos
sobre como baja cada vez más rápido el cubata
por el clamor histérico de esa miseria.
Hablamos
sobre los piercings y tatuajes
que llevan esas gentes en el alma.
Hablamos
sobre el atrezzo y las serpentinas
que disparan como metáfora de éxtasis.
Hablamos
sobre los escotes y las faldas cortas
que hablan como los pájaros al sol naciente.
Hablamos
sobre dos tipos de cinturón halado
que se disponen a despegar hacia las nubes de cocaína.
Hablamos
sobre ese nuevo prototipo de artista
llamado DJ.
Hablamos
sobre los machos que luchan con bailes, palabras o golpes
para llevarse a la hembra a la cama.
Hablamos
sobre la conclusión a la sociedad
que es esa discoteca.
Hablamos, hablamos y hablamos
despreciando lo que somos;
aunque sepamos
que siempre nos quedará vivir.
Quintí Casals
Simplemente felices
Las amas de casa cortan verduras para el sofrito.
Los niños juegan al fútbol en la pista.
Un viejo hace yoga por los parques.
La bibliotecaria respira el silencio.
Un alcohólico anónimo bebe un ron-cola.
Una pareja va al cine.
Los jubilados quedan el domingo y juegan al dominó.
Los inmigrantes conversan en su idioma.
Un pintor escucha música para inspirarse.
Un francés come una tostada con brie.
Un grupo de antiguos amigos cenan hoy en un restaurante.
La chica guapa bosteza maravillosamente.
Todos parecen
simplemente felices.
Todos parecen
simplemente simples.
Quintí Casals
Los niños juegan al fútbol en la pista.
Un viejo hace yoga por los parques.
La bibliotecaria respira el silencio.
Un alcohólico anónimo bebe un ron-cola.
Una pareja va al cine.
Los jubilados quedan el domingo y juegan al dominó.
Los inmigrantes conversan en su idioma.
Un pintor escucha música para inspirarse.
Un francés come una tostada con brie.
Un grupo de antiguos amigos cenan hoy en un restaurante.
La chica guapa bosteza maravillosamente.
Todos parecen
simplemente felices.
Todos parecen
simplemente simples.
Quintí Casals
El cielo en tus ojos (Conversaciones con Mika)
¡Mika, qué bonita estás mirando al cielo!
¿Qué debes estar contemplando?
Voy a estirarme sobre las baldosas
junto a ti
en busca
de ver como ven tus ojos de perla.
No importa si ven en blanco y negro.
No importa si ven sin detallar nada.
No importa si ven de mentira.
Hoy quiero no saber.
Hoy quiero gozar de no contemplar la vida.
Hoy pretendo vivir eyaculando litros de ignorancia.
El cielo sigue tan putrefacto como antes.
Los gorriones siguen siendo libres si el viento quiere.
El sol sigue regalando sombra a las piedras y a los árboles.
Las nubes siguen amenazando con llorar desconsoladamente.
Los aviones siguen cortando el azul mimético de la atmósfera.
Yo sigo sin saber que mirabas tú tan feliz.
Quintí Casals
¿Qué debes estar contemplando?
Voy a estirarme sobre las baldosas
junto a ti
en busca
de ver como ven tus ojos de perla.
No importa si ven en blanco y negro.
No importa si ven sin detallar nada.
No importa si ven de mentira.
Hoy quiero no saber.
Hoy quiero gozar de no contemplar la vida.
Hoy pretendo vivir eyaculando litros de ignorancia.
Suena una canción ochentera.
Es buen momento para tumbarse.
Es buen momento para germinar en tus ojos.
Es buen momento para arriesgar la mirada hacia
arriba.
El cielo sigue tan putrefacto como antes.
Los gorriones siguen siendo libres si el viento quiere.
El sol sigue regalando sombra a las piedras y a los árboles.
Las nubes siguen amenazando con llorar desconsoladamente.
Los aviones siguen cortando el azul mimético de la atmósfera.
Yo sigo sin saber que mirabas tú tan feliz.
Quintí Casals
sábado, 12 de octubre de 2013
Luisito, experto en normalidad
Luisito experto en normalidad,
era la clase de tipo que mira a las cosas
tal y como parecen.
Un ser con la carne deshidratada.
Un ser con el alma de piedra.
Un ser sin fantasma.
Luisito no es rico.
Luisito no es listo.
Luisito no es guapo.
Luisito experto en normalidad,
no sabe si está triste o contento
con el proceder lento
de su calendario.
Luisito experto en normalidad,
cree en la apatía emocional,
en comer cada día lo mismo
y en el Dios del que le hablaron al nacer.
Luisito experto en normalidad,
camina siempre 4 o 5 kilómetros
por las calles de Barcelona en busca de una
metamorfosis.
Luisito experto en normalidad,
cada día hace lo mismo.
Despierta.
Enciende la radio.
Se ducha y se afeita.
Desayuna café, cereales, una manzana.
Da un beso a su amada.
Va a trabajar.
Imparte clases sobre normalidad.
Suena el timbre de la escuela.
Almuerza arroz, pollo en el comedor.
Va al gimnasio de al lado.
Da clases de spinning.
Se vuelve a duchar.
Recoge a su amada de la peluquería.
Va con ella a clases de bailes de salón.
Toma una copa en el café París con Ramón.
Vuelve a su casa.
Cena cereales y una manzana.
Mira la televisión.
Hace un crucigrama antes de ir a dormir.
Baja las persianas.
Apaga la luz.
¡Qué desazón!
Pasan los días
y sigue sin buscar la felicidad.
Pasan los días
y su porvenir sigue en paro.
Pasan los días
y sigue sin transformase en mariposa.
Pasan los días
y sigue siendo un gusano.
Quintí Casals
era la clase de tipo que mira a las cosas
tal y como parecen.
Un ser con la carne deshidratada.
Un ser con el alma de piedra.
Un ser sin fantasma.
Luisito no es rico.
Luisito no es listo.
Luisito no es guapo.
Luisito experto en normalidad,
no sabe si está triste o contento
con el proceder lento
de su calendario.
Luisito experto en normalidad,
cree en la apatía emocional,
en comer cada día lo mismo
y en el Dios del que le hablaron al nacer.
Luisito experto en normalidad,
camina siempre 4 o 5 kilómetros
por las calles de Barcelona en busca de una
metamorfosis.
Luisito experto en normalidad,
cada día hace lo mismo.
Despierta.
Enciende la radio.
Se ducha y se afeita.
Desayuna café, cereales, una manzana.
Da un beso a su amada.
Va a trabajar.
Imparte clases sobre normalidad.
Suena el timbre de la escuela.
Almuerza arroz, pollo en el comedor.
Va al gimnasio de al lado.
Da clases de spinning.
Se vuelve a duchar.
Recoge a su amada de la peluquería.
Va con ella a clases de bailes de salón.
Toma una copa en el café París con Ramón.
Vuelve a su casa.
Cena cereales y una manzana.
Mira la televisión.
Hace un crucigrama antes de ir a dormir.
Baja las persianas.
Apaga la luz.
¡Qué desazón!
Pasan los días
y sigue sin buscar la felicidad.
Pasan los días
y su porvenir sigue en paro.
Pasan los días
y sigue sin transformase en mariposa.
Pasan los días
y sigue siendo un gusano.
Quintí Casals
Nervioso
Las putas madrugan,
los cláxones gritan en los atascos,
la cena aún no está lista.
Millones de cigarros
se consumen en las gargantas de los hombres
en este preciso instante.
El mundo está nervioso,
me incluyo.
Mujer, me estás matando.
No soporto más la presión de tu voz.
Pegaría un chicle en tus raquíticos cabellos.
Cortaría cebollas cerca de tu corazón.
Desafinaría un violín en nuestro reencuentro
pero prefiero viajar
delizándome
por tus orgasmos de miel.
Ven, abraza con tus piernas
mi regazo
que yo haré el resto.
Prefiero morir en tus brazos
a vivir nervioso.
Quintí Casals
los cláxones gritan en los atascos,
la cena aún no está lista.
Millones de cigarros
se consumen en las gargantas de los hombres
en este preciso instante.
El mundo está nervioso,
me incluyo.
Mujer, me estás matando.
No soporto más la presión de tu voz.
Pegaría un chicle en tus raquíticos cabellos.
Cortaría cebollas cerca de tu corazón.
Desafinaría un violín en nuestro reencuentro
pero prefiero viajar
delizándome
por tus orgasmos de miel.
Ven, abraza con tus piernas
mi regazo
que yo haré el resto.
Prefiero morir en tus brazos
a vivir nervioso.
Quintí Casals
jueves, 10 de octubre de 2013
La nueva era
Una cuadrilla de mentiras
desfila por las orejas y las bocas
de los asfaltos y de los rascacielos.
Los ordenadores
se estropean y los médicos los curan
¡Qué bella obra de caridad!
El amor
es un grito obtuso,
un arco-iris nacido de la lluvia ácida.
Los canguros
pasean de la correa mientras los amos
piensan en si comprarse una vida nueva.
Los chinos
comen
pizza de plástico
Los italianos
comen
fideos de plástico.
Las berenjenas provienen de Canadá,
las religiones provienen de Asia,
la ética proviene de Estados Unidos.
Los cerebros de madera
se apilan en los bulevares
como tumores.
Las estrellas
cuelgan de la gran pantalla o de la televisión.
El universo sólo abarca hasta allí hoy en día.
Las mujeres se operan los pechos,
los hombres se operan los penes
y nacen engendros, y nacen engendros.
Las drogas
las hacen diseñadores
de discotecas y escepticismo.
Los sueños
están en los escaparates de tiendas lujosas
junto a los relojes, las joyas y las papadas.
Los nuevos ríos que crecen
son de sangre y entrañas extirpadas;
los cañones que los encierran son de guerra.
Los crepúsculos
explotan a cámara lenta
por el silencio de las playas dónde no hay nadie.
Las voces de cambio
no se oyen, no se oyen;
son de perfume inodoro.
El sol
está domesticado
por el dedo de la rutina común.
Los ricos
cada día
llenan más sus bolsillos.
Los pobres
no saben
qué coño es un bolsillo.
El mundo
se divide en dos partes:
el norte y el sur,
la luz y la oscuridad,
el sofá y la hoz.
¡Bienvenidos a la era de la globalización!
Quintí Casals
desfila por las orejas y las bocas
de los asfaltos y de los rascacielos.
Los ordenadores
se estropean y los médicos los curan
¡Qué bella obra de caridad!
El amor
es un grito obtuso,
un arco-iris nacido de la lluvia ácida.
Los canguros
pasean de la correa mientras los amos
piensan en si comprarse una vida nueva.
Los chinos
comen
pizza de plástico
Los italianos
comen
fideos de plástico.
Las berenjenas provienen de Canadá,
las religiones provienen de Asia,
la ética proviene de Estados Unidos.
Los cerebros de madera
se apilan en los bulevares
como tumores.
Las estrellas
cuelgan de la gran pantalla o de la televisión.
El universo sólo abarca hasta allí hoy en día.
Las mujeres se operan los pechos,
los hombres se operan los penes
y nacen engendros, y nacen engendros.
Las drogas
las hacen diseñadores
de discotecas y escepticismo.
Los sueños
están en los escaparates de tiendas lujosas
junto a los relojes, las joyas y las papadas.
Los nuevos ríos que crecen
son de sangre y entrañas extirpadas;
los cañones que los encierran son de guerra.
Los crepúsculos
explotan a cámara lenta
por el silencio de las playas dónde no hay nadie.
Las voces de cambio
no se oyen, no se oyen;
son de perfume inodoro.
El sol
está domesticado
por el dedo de la rutina común.
Los ricos
cada día
llenan más sus bolsillos.
Los pobres
no saben
qué coño es un bolsillo.
El mundo
se divide en dos partes:
el norte y el sur,
la luz y la oscuridad,
el sofá y la hoz.
¡Bienvenidos a la era de la globalización!
Quintí Casals
Día tras día
El despertador canta como un rebelde.
Recojo la última lagaña de mi cara.
Salgo a la calle
y la metrópolis se desnuda para mí.
Estoy contento
como un olor genital entre perfume francés.
Estoy tranquilo,
pues ando divagando por el mugrón de Venus.
Un cometa de tristeza
a veces colisiona en mi frente.
Veo mendigar a la madre de una familia.
Veo una nuez llena de arañas.
El sol no dejó de imponerse,
aunque la luna empieza a empujarle al silencio.
El día avanza,
los días no.
Quintí Casals
Recojo la última lagaña de mi cara.
Salgo a la calle
y la metrópolis se desnuda para mí.
Estoy contento
como un olor genital entre perfume francés.
Estoy tranquilo,
pues ando divagando por el mugrón de Venus.
Un cometa de tristeza
a veces colisiona en mi frente.
Veo mendigar a la madre de una familia.
Veo una nuez llena de arañas.
El sol no dejó de imponerse,
aunque la luna empieza a empujarle al silencio.
El día avanza,
los días no.
Quintí Casals
Los inmigrantes
Hay siete inmigrantes
sentados en un banco de mi barrio
esperando a un coche que los lleve al campo a trabajar,
esperando a un coche que lleva la muerte por conductora.
Yo me llamo Quintí
y tuve la suerte de nacer
hombre, blanco y en una familia de clase media-alta.
Podría llamarme
Mohammed, Lee o Jacinta
pero no, el azar se encaprichó en engendrarme así;
decidió darme ventaja en la carrera de la vida.
Podría estar
en una patera partiendo hacia aquí
para evitar que mis huesos se comieran mi carne.
(Podría ser rey)
Podría estar
en una calle buscando, buscando, buscando
una mano que me ayudara a levantar mi vida.
Podría llamarme
Mohammed, Lee o Jacinta
pero no, el azar se encaprichó en engendrarme así;
decidió darme ventaja en la carrera de la vida.
La única raza que existe es la casualidad
pero se delimita en pobreza y estigmas.
Nadie merece oír: "¡negros de mierda!".
Nadie merece ser pobre por naturaleza.
Nadie tiene culpa de nacer dónde nace.
Quintí Casals
sentados en un banco de mi barrio
esperando a un coche que los lleve al campo a trabajar,
esperando a un coche que lleva la muerte por conductora.
Yo me llamo Quintí
y tuve la suerte de nacer
hombre, blanco y en una familia de clase media-alta.
Podría llamarme
Mohammed, Lee o Jacinta
pero no, el azar se encaprichó en engendrarme así;
decidió darme ventaja en la carrera de la vida.
Podría estar
en una patera partiendo hacia aquí
para evitar que mis huesos se comieran mi carne.
(Podría ser rey)
Podría estar
en una calle buscando, buscando, buscando
una mano que me ayudara a levantar mi vida.
Podría llamarme
Mohammed, Lee o Jacinta
pero no, el azar se encaprichó en engendrarme así;
decidió darme ventaja en la carrera de la vida.
La única raza que existe es la casualidad
pero se delimita en pobreza y estigmas.
Nadie merece oír: "¡negros de mierda!".
Nadie merece ser pobre por naturaleza.
Nadie tiene culpa de nacer dónde nace.
Quintí Casals
martes, 8 de octubre de 2013
Schranz y poesía
He pisado lugares dónde
no está autorizado que los pies besen el suelo,
dónde
todos volaban montados en un tren sin rumbo.
He logrado versos durante instantes
en que mi voz quería apagar sus cuerdas vocales.
He estrangulado la vida seca.
He bailado con la muerte
en su casa.
He vestido camisas de cuadros
en garitos dónde se llevaban las rallas.
He sido el silencio del agua,
el aullar de la naranja, el despiste del gato.
He padecido un naufragio
después de hundir mi barco.
He sonreído fuera de control
sin tener apenas ganas.
He enmudecido la felicidad
con demasiadas preguntas y con demasiados desfases.
Me he refugiado en la cueva del ruido
buscando la paz de las sirenas
buscando quimeras de libertad
pero solo he encontrado terremotos catastróficos.
He olvidado la consciencia dónde sea
muchas y muchas veces
entre schranz y poesía
pero nunca, nunca, nunca
he vivido lejos de mi vida.
Quintí Casals
no está autorizado que los pies besen el suelo,
dónde
todos volaban montados en un tren sin rumbo.
He logrado versos durante instantes
en que mi voz quería apagar sus cuerdas vocales.
He estrangulado la vida seca.
He bailado con la muerte
en su casa.
He vestido camisas de cuadros
en garitos dónde se llevaban las rallas.
He sido el silencio del agua,
el aullar de la naranja, el despiste del gato.
He padecido un naufragio
después de hundir mi barco.
He sonreído fuera de control
sin tener apenas ganas.
He enmudecido la felicidad
con demasiadas preguntas y con demasiados desfases.
Me he refugiado en la cueva del ruido
buscando la paz de las sirenas
buscando quimeras de libertad
pero solo he encontrado terremotos catastróficos.
He olvidado la consciencia dónde sea
muchas y muchas veces
entre schranz y poesía
pero nunca, nunca, nunca
he vivido lejos de mi vida.
Quintí Casals
Felicidad, la egoísta
Se derriten los televisores
en los cráneos de quien los mira
pero huele a barro y lluvia
pero huele a chocolate roto en galletas.
El vértigo de la palabra
vuelve a estar en boca de la nada
pero oigo una melodía tan estúpida como amable
pero oigo una mano acariciando un rostro.
Miles de adioses desfilan por el mundo
a lo largo de este instante
pero diviso el dibujo de un niño en un folio
pero diviso el color vivo de una naranja.
En Gaza explotan bombas
como los huevos que caen al suelo
pero saboreo un limón junto al tequila y la sal
pero saboreo una redención en algún lugar del planeta.
El olor tímido de las fresas
se pudre con el tiempo
pero palpo los colores en las paredes
pero palpo la piel más fina de la vida.
La vida es un teatro a oscuras
precioso
si
la felicidad es una egoísta
muy egoísta.
Quintí Casals
en los cráneos de quien los mira
pero huele a barro y lluvia
pero huele a chocolate roto en galletas.
El vértigo de la palabra
vuelve a estar en boca de la nada
pero oigo una melodía tan estúpida como amable
pero oigo una mano acariciando un rostro.
Miles de adioses desfilan por el mundo
a lo largo de este instante
pero diviso el dibujo de un niño en un folio
pero diviso el color vivo de una naranja.
En Gaza explotan bombas
como los huevos que caen al suelo
pero saboreo un limón junto al tequila y la sal
pero saboreo una redención en algún lugar del planeta.
El olor tímido de las fresas
se pudre con el tiempo
pero palpo los colores en las paredes
pero palpo la piel más fina de la vida.
La vida es un teatro a oscuras
precioso
si
la felicidad es una egoísta
muy egoísta.
Quintí Casals
lunes, 7 de octubre de 2013
Fuego
Las plumas se desploman en la nieve.
El pájaro que fui ahora ya no vuela,
tan sólo camina en círculos.
Hasta las tijeras cortan mis huesos.
Hasta las tijeras cortan mi alma.
Las piruletas siguen sabiendo dulce
pero no en mi boca
pero no en mi boca.
Las mariposas siguen volando preciosas
pero no en mis ojos
pero no en mis ojos.
Un fuego sabroso aunque peligroso
está quemando cada gota
de lo que queda de mí
y me encanta.
Quintí Casals
El pájaro que fui ahora ya no vuela,
tan sólo camina en círculos.
Hasta las tijeras cortan mis huesos.
Hasta las tijeras cortan mi alma.
Las piruletas siguen sabiendo dulce
pero no en mi boca
pero no en mi boca.
Las mariposas siguen volando preciosas
pero no en mis ojos
pero no en mis ojos.
Un fuego sabroso aunque peligroso
está quemando cada gota
de lo que queda de mí
y me encanta.
Quintí Casals
domingo, 6 de octubre de 2013
Empacho de abejas
Caos, caos y más caos
entra por la puerta
de mi vida.
Mis manos de pincel juegan
con el fuego del abismo
y les encanta.
A veces,
reclaman aguas mansas
y las consiguen,
reclaman sosiego de manzana
y lo consiguen,
pero nunca se sacian con algo tan quieto,
tan transparente, tan nada.
Siempre vuelven a ordenarse en el caos
para bailar sobre mi futura tumba.
Será que estoy hecho a su medida.
Será que soy un Peter Pan del s.XXI.
Será que el ondeo de la cortina hedonista me abraza.
Será, será, será...
¿Qué será?
Quintí Casals
entra por la puerta
de mi vida.
Mis manos de pincel juegan
con el fuego del abismo
y les encanta.
A veces,
reclaman aguas mansas
y las consiguen,
reclaman sosiego de manzana
y lo consiguen,
pero nunca se sacian con algo tan quieto,
tan transparente, tan nada.
Siempre vuelven a ordenarse en el caos
para bailar sobre mi futura tumba.
Será que estoy hecho a su medida.
Será que soy un Peter Pan del s.XXI.
Será que el ondeo de la cortina hedonista me abraza.
Será, será, será...
¿Qué será?
Quintí Casals
El desfile de los días cotidianos
"Que me aconseje el mar
lo que tengo que hacer:
si matar, si querer"
Miguel Hernández, lo dijo;
aunque ¿de veras importaba?
La grieta que es el destino
está riéndose de cada uno de nosotros
en lo alto de una estrella.
Claro que hay palabras.
Claro que hay decisiones.
Claro que hay sís. Claro que hay nos.
¿Pero quién dice que sirvan para algo?
La causa y el efecto
galopan en el viento
galopan en el viento
ante los pasos solitarios de mis pies.
Lo observan las milicias de sueños rotos
con cara de balada triste
por descomponer tantas esperanzas
como hacen los insectos a un ciervo muerto.
Todo está magníficamente planeado
por el pasado, el presente y el futuro,
por el "lo que tenga que ser, será"
no vale la pena creer
no vale la pena creer.
¿Qué hay de mi fuerza, de mi valor, de mi omnipotencia?
¿Hay alguien que de veras se valga por sí mismo?
¿Existe de veras la autosuficiencia?
Son preguntas cóncavas como la esperanza transparente
de creer que decides,
de creer que decides.
Cada día es una pequeña muerte
que no aguanta la mirada
al ser o no ser
al saber
que el destino está escrito
por un poeta muy malo.
Quintí Casals
lo que tengo que hacer:
si matar, si querer"
Miguel Hernández, lo dijo;
aunque ¿de veras importaba?
La grieta que es el destino
está riéndose de cada uno de nosotros
en lo alto de una estrella.
Claro que hay palabras.
Claro que hay decisiones.
Claro que hay sís. Claro que hay nos.
¿Pero quién dice que sirvan para algo?
La causa y el efecto
galopan en el viento
galopan en el viento
ante los pasos solitarios de mis pies.
Lo observan las milicias de sueños rotos
con cara de balada triste
por descomponer tantas esperanzas
como hacen los insectos a un ciervo muerto.
Todo está magníficamente planeado
por el pasado, el presente y el futuro,
por el "lo que tenga que ser, será"
no vale la pena creer
no vale la pena creer.
¿Qué hay de mi fuerza, de mi valor, de mi omnipotencia?
¿Hay alguien que de veras se valga por sí mismo?
¿Existe de veras la autosuficiencia?
Son preguntas cóncavas como la esperanza transparente
de creer que decides,
de creer que decides.
Cada día es una pequeña muerte
que no aguanta la mirada
al ser o no ser
al saber
que el destino está escrito
por un poeta muy malo.
Quintí Casals
sábado, 5 de octubre de 2013
Aquellos maravillosos años
La nimiedad que es la vida
disloca, a veces, el olvido a cuánto abarca.
La mente es una manta impermeable
que se desplaza hacia los bordes del universo
pero nunca consigue abrigar lo suficiente.
El universo se escapa como la arena del reloj.
El universo cuelga cada día una estrella nueva a los ojos del hombre.
Antes allí había ángeles, coros, nubes sólidas
y un ser todopoderoso que manejaba el orden de las Cosas.
Antes allí había una Verdad de hierro
a la que nadie osaba golpear o cuestionar.
Antes allí había para quien quisiera, un lago virgen
que recitaba versos adornados con la inmortalidad.
Antes allí había un trocito de cielo con esperanza a lo eterno
que sobrepasaba y aserenaba la vida.
Hoy, no. Hoy, de esa parcela de edén ya queda poco o nada.
Hoy, somos sabios. Hoy, no guardamos fidelidad a santificar el todo.
Hoy, tan sólo nos queda guardarnos en el estuche que somos nosotros mismos
y seguir nuestro camino hacia la muerte con los ojos en blanco.
Quintí Casals
disloca, a veces, el olvido a cuánto abarca.
La mente es una manta impermeable
que se desplaza hacia los bordes del universo
pero nunca consigue abrigar lo suficiente.
El universo se escapa como la arena del reloj.
El universo cuelga cada día una estrella nueva a los ojos del hombre.
Antes allí había ángeles, coros, nubes sólidas
y un ser todopoderoso que manejaba el orden de las Cosas.
Antes allí había una Verdad de hierro
a la que nadie osaba golpear o cuestionar.
Antes allí había para quien quisiera, un lago virgen
que recitaba versos adornados con la inmortalidad.
Antes allí había un trocito de cielo con esperanza a lo eterno
que sobrepasaba y aserenaba la vida.
Hoy, no. Hoy, de esa parcela de edén ya queda poco o nada.
Hoy, somos sabios. Hoy, no guardamos fidelidad a santificar el todo.
Hoy, tan sólo nos queda guardarnos en el estuche que somos nosotros mismos
y seguir nuestro camino hacia la muerte con los ojos en blanco.
Quintí Casals
viernes, 4 de octubre de 2013
En los lavabos
¡Oh, los lavabos!
Esos espacios censurados,
esos sitios clandestinos y pudorosos,
esos reservados al culto de uno mismo.
¡Oh, cuántas cosas se esconden en los lavabos!
En los lavabos,
se esconden siempre
aquellos murmullos invisibles a la luz del día.
Se esconden los errantes desafinados
que se refugian en el diminuto cilindro de una jeringuilla.
Se esconden los orgasmos secos
de los amantes que sólo se aman en secreto o en lascivia.
Se esconden los oficinistas avinagrados
perdiendo el tiempo que nunca encontrarán en otro sitio.
Se esconden los mitos, las leyendas y los Dioses
cada vez que alguien les ofrenda un insulto superlativo.
Se esconden los pómulos mojados
de todos los hombres y mujeres que lloran en secreto.
Se esconden aquellos libros malos o no deseados
que nadie quiere que se sepa que han sido leídos.
Se esconde la vida y se esconde la muerte
cada vez que algún pobre diablo purifica su sistema digestivo.
Se esconde este poema aprisionado
mientras es escrito con cuidado que nadie oiga el bolígrafo.
En los lavabos se esconden cosas, muchas cosas.
Se esconde aquella mierda más pura y maloliente
que pueda regalar cada uno de los visitantes al mundo
y se atasca el magma y se atasca el magma.
Quintí Casals
Esos espacios censurados,
esos sitios clandestinos y pudorosos,
esos reservados al culto de uno mismo.
¡Oh, cuántas cosas se esconden en los lavabos!
En los lavabos,
se esconden siempre
aquellos murmullos invisibles a la luz del día.
Se esconden los errantes desafinados
que se refugian en el diminuto cilindro de una jeringuilla.
Se esconden los orgasmos secos
de los amantes que sólo se aman en secreto o en lascivia.
Se esconden los oficinistas avinagrados
perdiendo el tiempo que nunca encontrarán en otro sitio.
Se esconden los mitos, las leyendas y los Dioses
cada vez que alguien les ofrenda un insulto superlativo.
Se esconden los pómulos mojados
de todos los hombres y mujeres que lloran en secreto.
Se esconden aquellos libros malos o no deseados
que nadie quiere que se sepa que han sido leídos.
Se esconde la vida y se esconde la muerte
cada vez que algún pobre diablo purifica su sistema digestivo.
Se esconde este poema aprisionado
mientras es escrito con cuidado que nadie oiga el bolígrafo.
En los lavabos se esconden cosas, muchas cosas.
Se esconde aquella mierda más pura y maloliente
que pueda regalar cada uno de los visitantes al mundo
y se atasca el magma y se atasca el magma.
Quintí Casals
Románticos e idiotas
El amor es un purgatorio
lleno de luces e interruptores
dónde los románticos y los idiotas
esperan su turno para alumbrar la sala.
A veces un idiota palpa un interruptor
y una bombilla defectuosa e intermitente se enciende
y molesta y molesta y molesta
hasta que por fin llega un electricista
o un romántico que la apaga.
A veces un romántico palpa un interruptor
y se enciende una bombilla nervuda
y brilla y brilla y brilla
en cada rincón de esa habitación hermética.
A veces un idiota la apaga.
O vienen dos. O vienen tres.
O vienen, incluso, las leyes de la física y de la causalidad
y la apagan y la apagan y la apagan
sin que nadie antes se lo hubiera pedido.
A veces el romántico
vuelve a encenderla insistiendo.
A veces los idiotas
se empeñan en apagar
las luces repetidamente.
A veces el romántico es incansable,
insoluble, invencible;
pero a veces, también, hay
demasiados idiotas en la habitación
apagando y apagando y apagando
y el romántico desiste
y ganan los idiotas
y el amor queda a oscuras.
Quintí Casals
jueves, 3 de octubre de 2013
La particularidad de las partículas
La vida
es simplemente
un pelo que se quema sin dejar rastro,
una hoja que desaparece después de volar años,
un cuaderno de dibujos mojados que nadie vio antes,
un enrevesado y ensordecedor enigma planteado
por un matemático que murió un tal día 0
y del que nunca se sabrá nunca más.
Simplemente es
la vida.
Quintí Casals
es simplemente
un pelo que se quema sin dejar rastro,
una hoja que desaparece después de volar años,
un cuaderno de dibujos mojados que nadie vio antes,
un enrevesado y ensordecedor enigma planteado
por un matemático que murió un tal día 0
y del que nunca se sabrá nunca más.
Simplemente es
la vida.
Quintí Casals
Las Cruzadas modernas
Erase una vez
una sociedad depredadora,
una era de involución,
unas gentes crueles.
Erase una vez
un cínico,
dos cínicos,
tres cínicos.
Las gentes se dedicaban
a despreciar a los cínicos
y
los cínicos se dedicaban
a despreciar a las gentes.
Era una guerra de batallas necias.
Era una guerra civil camuflada.
Era una guerra dónde los cínicos
no entraban ni merecían entrar.
Las gentes, no se dieron cuenta que
aquello que odiaban; su enemigo,
era el resultado a una ecuación
dónde ellos eran la incógnita
que debía ser despejada.
Quintí Casals
una sociedad depredadora,
una era de involución,
unas gentes crueles.
Erase una vez
un cínico,
dos cínicos,
tres cínicos.
Las gentes se dedicaban
a despreciar a los cínicos
y
los cínicos se dedicaban
a despreciar a las gentes.
Era una guerra de batallas necias.
Era una guerra civil camuflada.
Era una guerra dónde los cínicos
no entraban ni merecían entrar.
Las gentes, no se dieron cuenta que
aquello que odiaban; su enemigo,
era el resultado a una ecuación
dónde ellos eran la incógnita
que debía ser despejada.
Quintí Casals
miércoles, 2 de octubre de 2013
El momento
Las cigüeñas se apilan en las grúas.
Los ángeles tocan sus gloriosas trompetas.
El suelo se cubre de cojines de plumas rotas.
El cielo presta sus nubes pálidas a los presentes.
Las gentes sacan sus cámaras, sus flashes, su asombro.
Cúpido esnifa ketamina mientras enamora a otra pareja.
El tiempo congela cada uno de sus estandartes.
Las calles se alumbran con la sonrisa del sol.
Los poetas académicos recitan canciones.
Lo que todo era ahora ya es nada.
Por fin ha llegado el momento
de sortear un beso tuyo.
Quintí Casals
Los ángeles tocan sus gloriosas trompetas.
El suelo se cubre de cojines de plumas rotas.
El cielo presta sus nubes pálidas a los presentes.
Las gentes sacan sus cámaras, sus flashes, su asombro.
Cúpido esnifa ketamina mientras enamora a otra pareja.
El tiempo congela cada uno de sus estandartes.
Las calles se alumbran con la sonrisa del sol.
Los poetas académicos recitan canciones.
Lo que todo era ahora ya es nada.
Por fin ha llegado el momento
de sortear un beso tuyo.
Quintí Casals
Personas
Las personas no cambian
simplemente se modelan.
Estamos hechas de barro
y estamos, también,
humedecidas y empapadas por el tiempo.
Hay un imbécil dónde sea
-el Parnaso, el Olimpo, la Nada incierta, Tú-
que se dedica a lanzar más o menos agua al barro
y remueve y remueve y remueve
y esculpe y esculpe y esculpe
y decide y decide y decide
como quiere que seamos finalmente
a la vista del infinito.
Quintí Casals
simplemente se modelan.
Estamos hechas de barro
y estamos, también,
humedecidas y empapadas por el tiempo.
Hay un imbécil dónde sea
-el Parnaso, el Olimpo, la Nada incierta, Tú-
que se dedica a lanzar más o menos agua al barro
y remueve y remueve y remueve
y esculpe y esculpe y esculpe
y decide y decide y decide
como quiere que seamos finalmente
a la vista del infinito.
Quintí Casals
martes, 1 de octubre de 2013
Si tú estás cerca
Las moscas están volando encima de los cuerpos muertos
y parecen bellas
y parecen bellas
si tú estás cerca.
El orden de las cosas está disparando al corazón de la lógica
y parece bello
y parece bello
si tú estás cerca.
El mundo es un pañuelo
esputado
y
la gente se mancha las manos
hasta con agua limpia
pero se plantan girasoles en mi sonrisa,
pero se llena el cuenco de lo absurdo
si tú estás cerca,
si tú estás cerca.
Estamos descifrando los jeroglíficos del
propio enigma que somos nosotros y
parece que lo hacemos bien
pero vivimos en un mundo sin color
dónde nada es fácil
y ahora el universo ha decidido organizarse para jodernos,
y ahora vuelvo a estar conversando con un vaso de whisky,
y ahora tengo mi maldita cabeza justo por debajo de mi sombra.
Las cosas son así, inestables.
La realidad es así, puta.
La felicidad es así, pasajera,
pero yo intentaré tener el placer
de darle cobijo y comida en mi alma
si tú estás cerca,
si tú estás cerca.
Quintí Casals
y parecen bellas
y parecen bellas
si tú estás cerca.
El orden de las cosas está disparando al corazón de la lógica
y parece bello
y parece bello
si tú estás cerca.
El mundo es un pañuelo
esputado
y
la gente se mancha las manos
hasta con agua limpia
pero se plantan girasoles en mi sonrisa,
pero se llena el cuenco de lo absurdo
si tú estás cerca,
si tú estás cerca.
Estamos descifrando los jeroglíficos del
propio enigma que somos nosotros y
parece que lo hacemos bien
pero vivimos en un mundo sin color
dónde nada es fácil
y ahora el universo ha decidido organizarse para jodernos,
y ahora vuelvo a estar conversando con un vaso de whisky,
y ahora tengo mi maldita cabeza justo por debajo de mi sombra.
Las cosas son así, inestables.
La realidad es así, puta.
La felicidad es así, pasajera,
pero yo intentaré tener el placer
de darle cobijo y comida en mi alma
si tú estás cerca,
si tú estás cerca.
Quintí Casals
Un desierto de espejismos baratos
Hay unos cuántos cadáveres pisando el cielo
que me miran raro.
Yo estoy sentado en un banco o en algo a lo
que decidieron llamar banco.
Ellos bucean en el aire. Ellos caminan en el viento.
Ellos ven su futuro calcado en luces de neón,
alfombras rojas y putas de diseño.
Ellos ven a su hijo vestido con una bata de médico,
jugando en el Camp Nou o casados con una celebrity.
Ellos ven su cara en los filmes, las biografías, los libros de historia
que van a comprar sus nietos o los nietos de sus nietos.
Ellos creen que la vida les ha dado vida para trascender.
Ellos creen que su existencia será un fósil en los anales.
Ellos creen que por algún motivo respiran y sienten.
Y piensan "De entre millones sólo yo sé que existo".
Y piensan "Yo estoy aquí para salvar al mundo".
Y piensan "El Todo se ha postrado ante mí".
Pero todo son
falacias, falacias y más falacias de un ego unilateral.
Yo sigo sentado en ese mismo banco o algo a lo
que se le llama banco
y los pájaros siguen cantando sin interesarse por mí
y mientras tanto hay una mosca posada en la luna
y antes hubo un chico que me sorprendió al pedirme una goma de borrar.
El mundo sigue sin pararse a mis pies, yo ya me dí cuenta.
Y si algún día se para, yo seguiré caminando.
Espero que ellos no se lleven una decepción
al ver que todo transcurre,
al ver que son indiferentes a la mirada del azar,
al ver que quizá no triunfen o que no importa si lo hacen.
Aunque yo no soy nadie para juzgarles,
la culpa no es suya; nunca lo fue.
La culpa es de la vida en sí misma.
¿Cómo no se va a ser egocéntrico cuando ésta le regala a uno tan sólo unos ojos?
Quintí Casals
que me miran raro.
Yo estoy sentado en un banco o en algo a lo
que decidieron llamar banco.
Ellos bucean en el aire. Ellos caminan en el viento.
Ellos ven su futuro calcado en luces de neón,
alfombras rojas y putas de diseño.
Ellos ven a su hijo vestido con una bata de médico,
jugando en el Camp Nou o casados con una celebrity.
Ellos ven su cara en los filmes, las biografías, los libros de historia
que van a comprar sus nietos o los nietos de sus nietos.
Ellos creen que la vida les ha dado vida para trascender.
Ellos creen que su existencia será un fósil en los anales.
Ellos creen que por algún motivo respiran y sienten.
Y piensan "De entre millones sólo yo sé que existo".
Y piensan "Yo estoy aquí para salvar al mundo".
Y piensan "El Todo se ha postrado ante mí".
Pero todo son
falacias, falacias y más falacias de un ego unilateral.
Yo sigo sentado en ese mismo banco o algo a lo
que se le llama banco
y los pájaros siguen cantando sin interesarse por mí
y mientras tanto hay una mosca posada en la luna
y antes hubo un chico que me sorprendió al pedirme una goma de borrar.
El mundo sigue sin pararse a mis pies, yo ya me dí cuenta.
Y si algún día se para, yo seguiré caminando.
Espero que ellos no se lleven una decepción
al ver que todo transcurre,
al ver que son indiferentes a la mirada del azar,
al ver que quizá no triunfen o que no importa si lo hacen.
Aunque yo no soy nadie para juzgarles,
la culpa no es suya; nunca lo fue.
La culpa es de la vida en sí misma.
¿Cómo no se va a ser egocéntrico cuando ésta le regala a uno tan sólo unos ojos?
Quintí Casals
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