martes, 7 de enero de 2014

Pareja

Alberto, 24 años, técnico electricista: especialista en ascensores, le encantan las infusiones de tomillo. María Cristina, 26 años, licenciada en derecho: sin ocupación fija, le encantan las manzanillas. Se conocieron en Pacha, viernes, 12 de octubre de 2007. Alberto iba con sus amigos a ligar. María Cristina iba a una despedida de soltero. Ambos eran su tipo, ambos se gustaron con dos copas de más. Quedaron varias veces por día, por semana, por mes. Restaurantes caros, paseos por el parque, primer beso ¡Qué viva el amor! "Estás preciosa en bikini", "estás divino con pajarita", "cuánto nos encantamos". Una llave de regalo, "ven a vivir conmigo", todo es genial, "eres el mejor". "¿Quieres casarte conmigo?", "¡Claro que quiero!", anillo asequible, 2-6-08 ¡Qué viva el amor! 6 meses adelante pasaban. Llegaba la fecha marcada. Una pequeña oración, ya saben, conlleva siempre una gran unión. "El banquete fue espectacular", "¡oh, qué gran boda!", "gracias por todo pareja”, “hasta siempre, adiós". Luna de miel, destino: Cuba, creo que ahí conocieron Luis Alfonso: un gran pintor. Pasaron los días. María Cristina echó barriga. Vino un niño, vino un aborto, vinieron dos. Tardes comprando cartuchos de impresora, montando estanterías, haciendo números, se amontonaban sobre el velador. La vida se volvió sencilla, la vida se volvió aburrida, la Visa se volvió amarilla. Alberto hizo del bar su doctor. "Papá no llega", "papá huele mal", "mamá ¿Dónde está?" "mamá ¿Dónde va?" "¿Por qué cae del sillón?" Pronto las desconfianzas llegarían. Pronto los almuerzos se socavarían. Poco a poco, el petróleo mancharía el corazón. "¿Quién es esta zorra del whatsapp?", "estamos en números rojos", "hueles a puta de extrarradio, a conejo violador", "¿De verdad no te acuerdas de nuestro aniversario?", "Alberto, ¿Qué pasa?", "¡Vete! ¡Aquí tienes la maleta, cabrón!".

Quintí Casals

No hay comentarios:

Publicar un comentario