"Un menú Big mac, patatas, Sprite,
un pack de 6 nuggets y salsa barbacoa".
Sacan el libro en medio del McDonald's:
leen a García Casado en un ambiente contrario.
¡Qué underground sois, modernos contemporáneos!
¡Qué papilla tan buena la que coméis!
¿Sienta bien no ser mainstream?
Gafas de pasta, camisas de cuadros,
botones bien encajados... todo hombre tiene una imagen.
Citar a Bukowski, salir el sábado; sabemos, es cool.
Beber whiskys, fumar hash, ir a librerías antiguas; sabemos, es cool.
¿Cómo llegar a ser tanto un bolso Prada de top manta?
¿Hace falta esforzarse por ser erudito, sabio, culto?
Yo pensaba que eso era cuestión de necesidad,
yo pensaba que no era cuestión de trabajo...
¡Pero qué tonto he sido! ¡Pero qué tonto he sido!
Se ríen de mí el cantante de boleros, los planes urbanísticos,
los maníacos que matan sin pensar, el profesor de literatura s.XVIII...
¡Pero qué tonto has sido! ¡Pero qué tonto has sido! extienden a carcajada limpia.
Los automóviles lentos explosionan contra cerdos
y los modernos no se afeitan; su desagüe está limpio.
Áreas de servicio abroncan al dinero: ¡Por favor, sed castos!
y un moderno alude al cine coreano
y un moderno critica el star system
y un moderno no sabe ni que dice.
Quedan a las 7 en el Starbucks; Jasmine Orange en mano...
y se pasan libros en corralito -Luna Miguel les aconseja-
no los entienden, declaran en una entrada de su blog
o en su perfil de Facebook, o en Instagram:
"La poesía de Hölderin no vale nada,
me quedo con Leopoldo María Panero".
Algo que no tiene ningún sentido,
antropológica y socialmente hablando...
pero lo publican; todo hombre tiene una imagen.
Entonces, intentan escribir en sus libretas
unos pocos poemas de oposiciones
peores que el -pip, pip, pip-
de la espera de un teléfono.
Manuscriben silencios manchados,
alegan a mucha gente -poetas perversos-
y plasman, más o menos, lo mismo que estos;
sabemos, es cool: todo hombre tiene una imagen.
Las bibliotecas empiezan a archivar
según que libros de estos tipos
y un polígono solitario los lee...
¡Se están haciendo un hueco!
¡Están llegando! ¡Van a hacerlo!
¿Qué te parece, Spiderman?
Una sábana de emoticonos,
frases hechas, pedanterías, ambiciones...
funda la generación online de las artes.
El hipsterismo imperante falsifica la cultura...
¡Ya no sabemos quién escribe de verdad!
¡Ya no sabemos si las letras son de tinta!
Todas las inspiraciones fueron corrompidas
por la supremacía especulativa del negocio:
música, plástica, lenguaje audiovisual...
-incluso literatura: cuento, novela,
teatro, todo ocio-
pero aún quedaba un pequeño remanso
por este bosque de purezas taladas
llamado poesía. Se puso de moda,
infectaron sus raíces;
desamor, malos poemas,
manifestación de alevosía.
Quintí Casals
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