Nubecitas pequeñas, consistentes, obtusas;
corren los ángeles con sus alas plateadas,
San Pedro juega al paddle con un muerto;
Dios, omnipotente y todopoderoso,
sentado en un trono; allá en un altar.
Mira al mundo, esboza sonrisas infames,
ve a personitas pequeñas luchando
contra sus problemas, sus caídas,
sus virtudes, sus errores.
Dios tiene ideales -claro que tiene ideales-
y los inculca en iglesias, ONG's y alcohólicos anónimos.
Sé bueno y vendrás al cielo. Sé fiel y 20 vírgenes lamerán tu picha.
Sin embargo, a Dios le gusta el suspense, las orgías y el Rock & roll.
Es espectador de lo ocurrido, controla todas historia fecundada.
Cuando una se vuelve aburrida, le basta con cambiar de canal.
Los humanos, mientras tanto, le vamos divirtiendo
con nuestras victorias o derrotas. Las leyes
de la física y causalidad, rompen almas
o las llenan de un líquido
alto en autoestima.
Dios contempla
this reality show.
Come palomitas mirando
cómo un enamorado pierde los papeles
por una hembra que ni tan sólo sabe quién es.
Infidelidad, ruina, lágrimas en un pene ¡Qué guachi!
Crea ninfomanas y hombres atrasados
para hacerse Él pajas interminables
cuando estos copulan;
tiene cuenta premium
en todos los
dormitorios.
Analiza plano por plano
-diegesis, relato, estética...-
aquellas biografías épicas (americanas)
dónde el personaje consigue su cometido.
También le gustan los dramas, las tragicomedias
y odia los musicales y la animación: demasiado embusteros.
Pone a disposición drogas, camellos, líderes
y, paulatinamente, van configurándose miles
de redes de narcotráfico infinitas, legales.
¿Italianos? ¿Mexicanos? ¿Yonkys?
Estilos varios, diversión asegurada.
Dios también es fan de la violencia, la muerte y la perversidad.
Observa cómo dos bandas gangsta se matan a ostias,
cómo 200000 cadáveres ocultan la costa de Sudan,
cómo el AK-47 ametralla niños en Afganistán,
cómo un hombre zurra a una mujer...
y aplaude y aplaude y aplaude.
Por lo contrario,
odia los documentales;
acostumbran a tacharlo de vago
y a recrear con análisis crítico su labor...
y a Dios no se le puede decir nada ¡Blasfemia!
Dios, omnipotente y todopoderoso,
sentado en un trono; allá en un altar...
controlando el orden gramatical de las cosas
sin hacer nada ¿Estabilidad pérfida? Está en su lugar.
Menos faena, más entretenimiento ¿Puede alguien pedir más?
Dios podría mover un dedo,
Dios podría curar al mundo...
pero es malvado, cruel;
disfruta la realidad.
Quintí Casals
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