Ten un empleo fijo. Ten un seguro dental. Ten un jardín con naranjeros.
Ten por lo menos dos o tres hijos. Ten un proyecto consolidado. Ten una buena carrera universitaria.
Ten un televisor de plasma gigante, ten un buen orejero dónde verlo y ten, también, siempre la nevera llena.
Ten dinero suficiente para poder permitirte un asilo.
Ten una bici estática para poder mantener la forma. Ten una hipoteca sutil para poder respirar en condiciones.
Ten muñecas bonitas para tu hija, ten sueños imposibles para tu erosión y ten, también, principios de cartera para tu jefe.
Ten una rutina fértil y ten de regalo una cama confortable y un hastío omnipresente.
Ten un perfil en Facebook. Ten una cuenta en YouPorn. Ten una Visa Oro.
Ten un teléfono móvil, ten una mujer guapa y ten, también, una canción de auto-ayuda.
Ten cuatro o seis excusas. Ten una filosofía absurda. Ten una patria y paga tus impuestos.
Ten un nombre serio. Ten un apodo guay. Ten tu funeral bien pagado.
Definitivamente, ten tu vida hecha.
Definitivamente, ten tu vida hueca.
Definitivamente, ten tu vida muerta.
Quintí Casals
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