martes, 24 de diciembre de 2013

Tal vez

Tú y yo que íbamos a casarnos,
a tener hijos, a viajar a Venecia, Berlín, Perú...
a fundirnos en la remota inmortalidad,
a despertarnos juguetones cada medianoche...

nos quedamos en la creencia orgánica
del augurio.

Toda aquella entelequia quedó traspuesta
                          a la basura más próxima.

-junto a las moscas, tetra briks de leche y pieles de plátano-

Y ahora estoy planteándome si ir de putas
o si escribir algún poema con un bolígrafo sordomudo
tal sábado-noche

porque he olvidado
cómo se besaba
francamente
a una mujer.

Quintí Casals

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