Despertarás, confuso, después de varios insomnios y alardes.
Lavarás tu cara, sorberás un café e irás al trabajo.
Hincharás tus sienes ácidas en medio de un atasco,
comerás tu emparedado, handicap sintomático, llegarás tarde.
Hablarás con tus compañeros, probablemente a la contra.
Te enfadarás. Te estresarás. Fumarás un cigarro prestado.
Tu jefe cantará toda la tarde a tu oreja un "Ora et labora".
Te escaparás media hora antes. Goodbye. Irás al gimnasio.
Uno-dos, uno-dos, por hoy creo que ya es suficiente.
Tomarás un vermú con Jaime. Dos, tres, adiós mente.
Comprarás el libro anunciado por la radio. Te gustará,
cenarás en silencio y un plato de espaguetis te sobrará.
Pondrás el lavaplatos en marcha. Limpiarás la vitrocerámica.
Encenderás el ordenador. Sudando, fiel, mirarás películas porno.
Desearás ser un anciano. Morir. Haber tenido un vigor hermoso.
Recordar aquello que queda por vivir, triste cobardía estática.
Quintí Casals
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