sábado, 31 de mayo de 2014

La dictadura del capital

En Nueva York le tienen hecha una estatua a la libertad. En medio de ese enjambre de cristales, acero y hormigón reluciente... se supone que existe un pulmón dedicado a la libertad. En medio de esa exhuberancia fatal... se supone que los hombres campean seguros sobre una pista de hielo, se supone que los hombres hacen volteretas mientras admiran la creación.

La noche llega y con ella miles de destellos de neón. El Empire State figura, imponente, erecto, sobre el horizonte infinito. Broadway acoge funciones y visitas. Coca-cola se anuncia en lo alto de Times Square. Mientras tanto un puertorriqueño en Queens asesina para poder comer, un marfileño costea el valor de su sangre en horas de trabajo. La libertad de la ciudad refulge en la tempestad de todas aquellas libertades aplastadas en un día laboral. Entre suelo y cielo hay algo...

es el poder del capital.

Quintí Casals

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