Con el mundo en
silencio, hoy dejaría
de ser. Me iría, me enfundaría
una capa transparente y, sin adornos
ni desventuras, diría adiós muy buenas.
Abrazar la nada, desmedirse en un
instante eterno; descanso, salvación
en una partida necesaria. Hoy me iría
con la noche y las estrellas y los
agujeritos de los ladrillos. No
es lo mismo fuet que secallona,
no es lo mismo descansar
que fenecer. Hoy me
iría lejos. Hoy cerraría
todo recuerdo en la memoria,
haría las maletas en el recibidor
del hostal patético y, envalentonado,
me iría a tomar por culo.
Quintí Casals
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