Cuando eramos pequeños...
veíamos películas, leíamos cuentos
y
creíamos poder ser
detectives de lo oculto, exploradores
del mundo sin igual.
Ahora la vida se nos ha vuelto
aburrida; pasamos horas frente
al tedio digital del ordenador, y,
cuando nuestros labios recitan una
sola sílaba de infelicidad,
nos miran mal
como si fuera nuestra culpa
haberle fallado a
nuestros padres
al nacer.
Quintí Casals
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