jueves, 29 de mayo de 2014

Goodbye hijosputa

Ventanas, compras ambulantes, edificios de ladrillos blancos... son demasiado para mí. La ciudad se ondea entre los vapores y los humos, son demasiado para mí. Fábricas que supuran en lo alto de los polígonos, centros comerciales que se refrigeran en las calles más inhóspitas, gentes que les hacen caso... son demasiado para mí. La ciudad gime al primer grito del día mientras los cristos duermen. Voy a cogerme a un pájaro del Kentucky Fried Chicken, voy a irme con él de parranda...

la ciudad es demasiado para mí.

Quintí Casals

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