Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
José Hierro
Antes del Big Bang, la perspectiva era nada. Antes del comienzo, el universo era nadie. El cosmos era de un blanco plebeyo y el horizonte se serpenteaba a sí mismo en círculos. No existían los mamíferos, los reptiles, las aves. La inmensidad estaba colmada en la uniformidad del vacío y la velocidad de la luz era inmortal; no era. No habían gentes, coches, deshechos tercermundistas... y para nada se habían edificado aún las ruinas de óxido que hoy nos envolvían. Asteroides, densidades planetarias, teorías sobre la física cuántica... eran la transparencia de aquello que no hacía ni falta olvidar. La vida aún no había nacido, el génesis estaba por venir. Antes del Big Bang no había nada. Antes del ser no había nadie. Ahora, pasado un todo por delante mío, me pregunto que habrá después de yo mismo
y se colma el aire.
Quintí Casals
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