Ayer pasé la noche
junto a una amiga
y no pasó nada
y nos quedamos
quietos. Tanto el uno
como el otro quería
abalanzarse sobre el
uno y el otro y el otro
y el uno; pero no, no pasó
nada. Tan sólo susurros,
magia, miradas, bajo la presencia
inútil del aire acondicionado.
Fue bonito... y pensar que yo
quería morderla en el cuello
como un
vampiro...
Quintí Casals
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