jueves, 12 de junio de 2014

Asesino

Y quien se obliga a amar a todo el mundo
engendra a un asesino en su propio cuerpo.

D.H. Lawrence

Cada vez me doy más
cuenta que soy como una
flor cerrada.

Sí, como un capullo:
un precioso y brillante
capullo

que no deja ver
sus colores más vivos.

Me gusto demasiado
por lo poco que me amo.

Y no es que sea mala persona;
cada noche le doy un beso a mis
padres antes de irme a dormir,
procuro no pisar las hormigas al
caminar. La verdad, intento ser bueno.

Pero es que estar bien a mí
me supera. No puedo hacerle más,
el agua tibia a mí me quema.

Pasear por la calle
y esas rotondas y esos edificios grises,

pasear por una nube
y todos aquellos ojos brunos mirándome,

pasear por el campo
y aquellos currantes negros comprados
a 4 euros la hora...

me superan.

No sé estar en ningún sitio.
No sé estar en ninguna estación.

Yo vine al mundo para amarlo,
pero me ha decepcionado.

Quintí Casals

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