lunes, 16 de noviembre de 2015

Catamarán

Surcando en un débil catamarán,
como un cielo que se disipa en el humo...

se ubican nuestras manos en un sistema de espejos,
diferentes en un espacio igual.

Dónde las ventanas son un mundo,
dónde las puertas, simplemente,
lejos de las horas
están.

Quintí Casals

domingo, 1 de noviembre de 2015

Bajo tiernas nubes de botox
crece el césped de nuestros días.

Una tímida sensación de alivio recorre
cada parte de mí, cada ceniza de mí

y veo titilar una hormiga
ante el asusto de la tierra.

Explota el suelo hacia los bordes del párpado,
hay confeti recubriendo la boca de las ventanas.

Pido perdón si algún día fui malo,
everybody hurts, everybody bleed.

Quintí Casals

jueves, 1 de octubre de 2015

Las cenizas de las polillas

All da fish is sold

Herbasius

Monochrome floors, monochrome walls, 
Only absence near me, Nothing but silence around me

Yann Tiersen

se encienden las luces de la ciudad;
yacen serpentinas y jolgorios en el suelo

mientras dos viejos fuman un ducados negro terciopelo,
veo mis manos como fundidas en atrezzo de peli porno


soy atrezzo de peli porno

soy ducados negro terciopelo

todos aman, trabajan, saben preguntar la hora;
yo ya no tengo ni lágrimas ni perdón

soy el desastre milimétrico del cielo
soy la hez de siete mil millones de animales bailando

¿por qué carajo la luna frente a los espejos se verá pequeña?
¿por qué en los bares se resolverán la dicotomía de los cuerpos?

aprieto mi sangre hasta explotar en cien rabias,
sólo veo goma quemada en la mirada de mis hermanos

y sí
en la tv anuncian una nueva edición de gran hermano
y sí
en el mar los pececitos mueren atrapados en plástico

quisiera levantarme, rebelarme, en fin,
seco mis mentiras y me vuelvo hacia la cama.

Quintí Casals

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Disney

Yo no le temía a nada, y ahora le temo

Yung Beef

Que todas las heces del mundo caigan en tu cara
y sepas entonces cuán valuosa es cada pestaña del cielo.

Las nubes y sus cosas. El aire y su frenesí.
Soy incapaz de sentirme sólido en tierra.

Vibra cada vértebra del recuerdo que un día tuve.
Me calo en cada conexión con la eterna encrucijada.

Verte será siempre mi condena más dulce,
mi más insoluble satisfacción.

Odio todo el amor que sentí por ti.
Quisiera vivir en Disney.

Quintí Casals

lunes, 21 de septiembre de 2015

Un trozo de madera tiene más uso que mis pies.
Me gustaría ser un árbol y pegarme al suelo,
apagar cada una de mis fuerzas motrices
y ser, por fin, un hijo de la tierra;

un ser digno de esta creación.

Quintí Casals

lunes, 14 de septiembre de 2015

Reclamo

No sé qué soy, de dónde vengo, a quién pertenezco.
Veo las formas del mundo escogerse en blanco o negro.

En el centro de la ausencia planean ciertas mariposas.
Vuelan y sonríen ante el baile de los cuerpos.

Quintí Casals.

Bajo mi piel

¿Cómo asir el azul de las nubes,
si la tierna esponja que los recubre
se eleva hasta la figura más futura y más lejana?

¿Cómo entender que la madera con el fuego se quema,
que con el agua se moja, que entre vapor no se ve?

¿Cómo dejar crecer la uña, el dedo, el problema,
cómo actuar delante del huracán o el hecho?

¿Cómo no parar al nutriente que emigra hacia la piel,
cómo no apalear al perro manso que todos llevamos dentro?

¿Cómo amilanar la sangre mareada en música,
cómo no romper el hueso, la palabra o la vanidad?

Pies enlutados,
el silencio ante el triste OK del ahora.

Ser un ser es sufrir suficiente sufijo.
Ser no es ser antes de ser para ser.

Me he visto derramar en los demás.
He ennegrecido debajo de mi sombra.

Los sueños ahogados bajo los nenúfares duermen.

Un pubescente grita borracho abajo de casa
y creo recordar que un día escribí sobre él

bajo mi piel.

Quintí Casals

jueves, 27 de agosto de 2015

Blanco casi blanco

Recuerdo con todas mis vidas 
por qué olvido 

Alejandra Pizarnik

Está todo el raso lleno de cadáveres de mosca.
Por todos lados mienten, en todas ciudades huyen.

Ya no hay viento que disipe la nube, ya no hay solana que depare día estable.

¿Es este el mundo que querías para nuestros hijos?

Jóvenes izquierdistas fumando marihuana;
citando, después, a Mao Tze-Dong.
Banqueros en Miami, homeless en prisión.

¿Es este el paraíso que te enseñaron en las clases de historia?

El hombre del perro y el periódico a las 8 de la mañana.
La selfie de una niñita en plena pubertad.

¿Te habló alguien de los resquemores de su corazón elástico?

La peor parte de ti mismo.
El día en que insultaste a tu madre, en que la hiciste llorar.
Ese instante en que deseaste la victoria agazapada, el derribe amigo.

¿Quién te dijo que eras alguien sin tus raíces?

El electrodoméstico muerto que quedó allí, apartado.
El muñeco de Spiderman que, ya con pelos en el pubis, tiraste al traste.

¿Supiste alguna vez acerca de su destino?

El amor que prometiste a los 16.
Tu polla penetrando la presencia de la amante.

¿No eras tú tan auténtico?

Un universo cubriéndose en las paredes herméticas de la piel.
Familias sirias muriendo mientras tú te miras al espejo, mientras tú lloras tu teléfono perdido.

¿No creíste ser en algún momento inmortal?
¿No creíste traspasar, así, las barreras de lo inocuo?

Nunca hubo solución posible, dicotomía afable.
Nunca nadie supo nada más que ruido tonto que crece en algún lugar, en alguna parte.

Tan solo flores de papel, incendios de celofán.

Nunca hubo pena que valiera la gloria, gloria que valiera la pena.

Nunca hubo blanco, negro.
Sólo blanco casi blanco, negro casi negro.

Nada.

La única verdad certera siempre fue la mirada del perro, la respiración de la vaca.

Nada.

Morimos al sentir cada gota de lluvia reventar sola.

Nos desvanecemos en el pecho del mañana.

¿Seremos las personas las lágrimas de Dios?

Quintí Casals

martes, 28 de julio de 2015

París

Oír un temblor en tu estómago como un tambor
y mirar al gris opaco como algo neutro, algo aceptable.

Ir a las fiestas, fumar cigarros, demoler emociones
y dejar que el tiempo se mate a sí mismo.

Mojarse, tímido, al caer las primeras gotas de abril
y sacar el paraguas y coger preventivamente las botas
mientras los planetas estallan en el irracional orden de las cosas.

Tocarse el pecho y sentir volar una nada extraña,
un vórtice importante en la grieta impermanente.

Ver ahogarse una mosca en el agua
y sonreír sin hacer nada al respecto
y dejarla extinguir, jadeante, en sus patitas de bastón.

En el silencio de las iglesias nos sentimos desnudos.
En París un día dijimos ser felices, ser felices.

Quintí Casals

Amar lo impermanente

¿Qué importará morir con o sin motivo?
 Prefiero pensar que un día fuimos jóvenes.

Ayer te dije adiós por enésima vez
y ya van unas cien despedidas sin rencor.

No es que me sienta vivo o muerto,
sino que no aprecio diferencia alguna.

Los ojos sobrepasaron al párpado,
ya no me importa tener o perder.

Soy una pestaña
sobre una mesa vacía.

Soy un boleto premiado
que tocó hace ya unos años.

Quintí Casals

viernes, 24 de julio de 2015

El niño

Cuando entiendes que la gente es así,
que los problemas que tanto miran son asá
y que los espejos no buscan el reflejo sino el ego...

sientes tu alma esparcirse en el viento,
sientes un balón golpear en tu cara.

Cuando cubres tu tiempo con un ladrillo laboral,
cuando comprendes que los impuestos sirven
para cultivar la flor del estado...

sientes morir cada pestaña de tu piel,
sientes de veras el corazón envejecer.

Cuando cuentas los amores de tres en tres
y el horizonte consiste cada vez más
en no morir solo...

sientes comer pasto y pan,
sientes caminar para quién no quiere una meta.

Si para ti la moral ya se convirtió en goma quemada,
si  ya nada te importa lo que hicieran el PP o Podemos,
si lo mejor que tienes al llegar a casa es tu perro o una cerveza...

será que ya te hiciste mayor,
será que ya llegaste al tope de tus límites.

Pero existe un niño, un tímido pero locuaz niño.

Un niño a quién no le importa la cocaína,
a quién la muerte le miró sin dolerle a los ojos
y no vio aún a un amigo trabajando en Mc Donald's.
y no le chuparon aún el falo con amor o con astucia.

Un niño quién pasa el rato observando las mariposas,
a quién le gusta jugar horas al fútbol
o al que le encanta escuchar las hazañas del abuelo.

Un niño quién recoge las flores del valle,
quién saborea el bombón más dulce
en la huella de la supervivencia.

Atrápalo.

Quintí Casals

martes, 23 de junio de 2015

Decálogo

Deja que la luz de la ventana entre;
abre tu estómago, tus costillas,
cada micra de tu alma

y deja que tu cuerpo tímido
explote en el dolor de las horas.

Aspira el aire, actúa sobre el escenario,
reacciona ante el tiempo que corre

y nunca aceptes que estás en tu sitio.

Siente tu carne prendida en el fuego,
siente tus manos válidas como el agua

y ningunea la más triste, nula y estúpida
razón de vivir.

Atrapa el átomo;
estrújalo, cómelo, ámalo
y no te enfades con el sol;

nunca sabes cuándo volverás a crecer,
nunca sabes si sabrás algún día nada.

Emergente y ágil como el ángel;
canta, plañe, corre / grita, bebe, ama.

Sufre con pasión.
Muere ante la vida.

Quintí Casals

lunes, 25 de mayo de 2015

Después de ver mi rostro
empapado en el jolgorio de los últimos días,

después de sumar uno más uno

o de dividirme yo mismo
en la tímida desazón
de existir para alguien,

después de llorar mucho, de besar poco,
de matar a Dios, de buscar en la agenda telefónica;

después de ver en el telediario
"Bin Laden ha muerto",

de pasar días atento a
cómo vuela una mosca...

siento que sangro
hacia el horizonte,

siento mi piel
hacia dentro.

Quintí Casals

jueves, 21 de mayo de 2015

Elásticos paisajes

Me ha tocado vivir fuera de los límites,
soy un acento entre dos palabras,
soy la hoja que cae del árbol.

La muerte asoma en el tiempo que no mira;
una vida de nada, una vida de agua.

"Ya vendrán tiempos mejores"
dicen los tontos.

"Ya me encontraré"
dicen los supervivientes.

Quintí Casals

domingo, 17 de mayo de 2015

Búscame dónde el mar no nos pueda ahogar,
dónde el cielo permanezca cerrado.

Búscame en el vendaval del año que no crece,
en la soledad del átomo que titela triste.

Apriétame fuerte dentro del puño,
siénteme como si fuera real.

¿Qué hora será en nuestro corazón?

Quintí Casals

miércoles, 13 de mayo de 2015

Las entrañas del espejo

Si supiera hasta dónde los dioses pueden ver,
sabría al menos hasta dónde yo puedo saber.

Siento mis dedos desprenderse del cuerpo;
soy un muñón en las ascuas del conocimiento.

Quintí Casals

martes, 28 de abril de 2015

La eterna lucha

¿Qué será este brazo tan largo, estas manos tan raídas,
qué son estos dedos, esta agua, este basto cielo; qué serán?

Difuminado yo en el aura intemporal
del alma que se ensancha

siento caminar entre sombras
que me encogen.

Quinti Casals

jueves, 23 de abril de 2015

Se quema el mundo en el infierno de la mentira
y las personas creen saber por dónde andan
mientras yo, difuso en el etéreo placer de la ignorancia,
me quemo en el fuego de la destrucción
supina.

Quisiera ser ceniza, tirado en el cenicero de las horas,
quisiera irme como quién no nace,
quisiera irme como la música que no se escucha.

Quintí Casals

jueves, 16 de abril de 2015

Ser/Estar

Explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome.

Alejandra Pizarnik

¿Hasta que punto puedo decir que me aprieta el alma,
que me incita, que me cubre, que me hidrata
cuando me impregna de los resquicios y los muros
del ser y el estar.

Hasta dónde puedo correr, hasta dónde puedo mirar,
si no poseo yo piernas u ojos sinceros.

Hasta que enmienda puedo saber que el agua
corre en buena dirección si nunca estudié yo
la caligrafía caprichosa de los dioses.

Hasta que astilla llega la belleza,
hasta que escarabajo fluctúan los ecosistemas?

¿Pudriéndome en el pérfido suicidio del tiempo...
hasta dónde puede temblar el mundo,
hasta cuánto puede volar el silencio?

Siento, oigo, respiro, hablo
sin fin alguno.

Mis entrañas se remueven entre las paredes del destino.
¿Hasta que punto puedo llegar hasta mis manos?

Quintí Casals

viernes, 10 de abril de 2015

Una belga en mi ciudad

Me dijiste que aprenderías catalán,
que te encantaría escuchar mi acento en holandés.

Me dijiste que me enseñarías el centro de Francia,
que era un hombre de mundo y, como tal,
tenía que conocer hasta donde llegaba mi origen.

Y tropezaste por aquí, en el nido de mis miserias,
desabrochando toda la luz que le quedaba a mi piel.

Y caíste, color naranja tal como tú eras,
en la buhardilla del recuerdo que se abre, estúpido.

Mas dijiste, también, que amabas cada uno de mis átomos,
que quisiste venir a saber qué era de mí, que quisiste conocer
cuándo, cuánto y porque era de mí.

Se rompe una ola en nuestro corazón.

Todo está bien, todo está mal.
Nos hundimos en la arena del espacio-tiempo sin igual.

Hablaste de tus abuelos, de tus padres;
vimos que tan diferentes no eramos,
supimos que tan largo no es el palo, que tan corta no es la vida.

Y viste los almendros florecer, a mi tío tirarse pedos
y nos prendimos en el fuego de lo que ya no prende
y nos prendimos en el fuego de la ocurrencia singular, fugaz.

Se rompe una ola en nuestro corazón.
Quiero amanecer encongido a tu lado.

Me prometiste volver al punto de salida, al peligroso rincón de la caricia.
Muero en cada una de las palabras que declaras a los planetas.
Leo tu último mensaje en Facebook y recuerdo que estás lejos.

Quintí Casals

martes, 31 de marzo de 2015

Formidable

Si no se cuánto mas bonita estás
ya sea llorando ya sea sonriendo...

¿Qué le voy a hacer? No es mi culpa, créeme;
la casita del niño de ya hace mucho tiempo
se me quedó pequeña, pequeña.

Si me cae el papel al suelo, el viento sopla
y el odio se desmide entre los vórtices del amor...

¿Dónde voy a ir, qué quieres que sienta?
Nadie sabe nada sobre si el sol brillará mañana,
nadie entiende hasta cuántas hectáreas abasta una mirada.

Hoy por hoy los dioses están muertos, el nivel de batería bajo,
la dimensión del color se mide según cuánto veas y
la dimensión de la verdad según cuánto creas.

No te vayas jamás, no, no soy tiempo sin ti;
siempre dijiste que los días no existen.

Quintí Casals

sábado, 21 de marzo de 2015

3

Habitar en el suspense del salmón que es cazado por el oso,
transitar las carreteras nacionales medio desnudo y borracho,
encontrar cada día más vivaz el vuelo de las mariposas.

Sinceramente no sé a qué vine al mundo,
por que caí de la nada y de repente sentí mis nalgas prietas.

De las raíces surgen plantas
y de las plantas medran flores.

Otro 21 de marzo que colorea el cuadro, otro

y aún todo el horizonte en blanco.

Quintí Casals

miércoles, 11 de marzo de 2015

Sociedad

En este engranaje de logotipos,
etiquetas y musiquitas...
no quieras entrar;

en el fondo los invisibles
habitan nuestras entrañas.

En la insignificante y
triqueñuela de encantar...
no quieras entrar;

en el fondo los invisibles
habitan nuestras entrañas.

La gente pasa, escupe
y se difumina grisácea...
no quieras entrar;

en el fondo los invisibles
habitan nuestras entrañas.

Si eres vagabundo, perro muerto,
vago, maleante o superstar...
no quieras entrar;

morirás, invisible,
en el fondo
de nuestras

desgracias.

Quintí Casals

lunes, 2 de marzo de 2015

Los niños

Hace hoy un día precioso para explosionar.

Nacho Vegas

Pensemos por un momento en los niños,
en los pobres y desgraciados niños,
aquellos que vendrán y serán bombardeados
con las dulces hipocresías de la democracia,
con la tímida validez de vivir.

Pensemos en sus ojitos, en las tinieblas de todo aquello que querrán ser;

el runrun de las sirenas tambaleando la ciudad,
la mediocre y solitaria omisión de los días
cayendo, como diarrea,
directamente al suelo del sinsentido.

¿Qué pensarán al ver que más de medio mundo muere de hambre?
¿Qué pensarán cuando su abuela les vomite un martes-noche su ultimo aliento?

No vale la pena traerles a esta condena burda.

Nadie sabe qué mirarán las gaviotas al pasar.
Nadie entiende porque al sentarse en una silla descansamos de veras.

Celebramos la vida en el charco de sus desprecios,
Celebramos la vida y se nos cae la sonrisa.

Nadie sabe qué mirarán las gaviotas al pasar.
Pensemos en los niños,
pensemos en los niños.

Quintí Casals

martes, 24 de febrero de 2015

Napule

Otro crucero que se va pensando que por nada del mundo viviría aquí.
Después de 4 fotos mal hechas al Vesuvio, 2 o 3 spritz
y la pizza margherita devorada en cualquiera de las plazas
más sucias jamás encontradas,
los cruceros parten.

Echan los nudos, encienden el motor, surcan el mar y se dirigen,
valerosos y avispados, a cualquier otro destino perdido de la mano de Dios.

Y pensar que nunca escucharán explotar un petardo en San Paolo.
Y pensar que nunca les gritarán un "affamocc", les cantarán desde un balcón.
Y pensar que no encontrarán nunca moral que los niños fumen porros, que vayan en moto.

Y pensar que nunca habitarán en el manicomio
más bello de todos los confines terrestres;

el ano de Europa, el pezón de Gomorra:

Napule.

Quintí Casals

Feliz cumpleaños

Me siento como la reja de un aire acondicionado;
todo el día ella ventilándose y suspirándose
entre la soledad del azar
y la inmensidad de los días.

Me siento como un pez correteando en un mar;
perdido, tonto y circundante
en el futuro tímido de su brutal presente.

Me siento como la uña de un pie,
afablemente inútil;
como una planta de plástico,
meramente decorativo.

Saber salir por la puerta, saber dar el primer paso hacia el mañana,
conducir, sentir, mirar bajo el cuenco de las arañas;
sentirse vencido en el albor de la llama
viva / no puedo.

No sirvo para nada más que vibrar,
“Los chicos nos lloran tienen que pelear”.

Cuando era pequeño quería ser jardinero,
mañana cumplo 21 y aún no sé cómo crecen las flores.

Me deshincho en el trastero de los años de ayer.
Me deshincho y crezco grande como un desastre.

Quintí Casals

viernes, 13 de febrero de 2015

Oración

Dime, ¿qué es lo que quieres,
qué es lo que quieres
de esta desamparada y desagradecida
existencia?

Dime, ¿Adónde quieres llegar?

Plano a plano de la inaptitud permanente,
más allá de todo confín repleto de estrellas,
¿qué es lo que buscas entre tus pantalones de payaso?

¿Qué pretendías encontrar en este juego de aires a contracorriente,
qué es lo que tanto tiempo esperaste de las ranas y las hormigas?

¿Pensabas que eras único?
¿Pensabas que sólo tú podías coger una patata y aplastarla?

No, no, no...

¿Quién te has creído que eres,
James Dean, Hemingway, Harry el sucio?

Deja de hablar
y grita de una puta vez hacia el viento.

Deja de podrirte
en ese sofá comprado en IKEA.

Coge tu dinero, tu calcetines, el tabaco, tu juego de cartas favorito
y salte a correr y a dar saltos por ahí.

No te quedes ahí sentado en esa sillita de cristal,
no esperes nada del vecino ni de ti mismo,
enrédate, oh sí enrédate,
en la telaraña de los abismos.

Mueve el culo, baila, participa,
juega, ríe, enfádate...
pero abandona la esperanza.

Nadie te regalará nunca nada;
recuerda que aquí todos caminamos sin rumbo.

Quintí Casals

martes, 3 de febrero de 2015

2

Estoy feliz de vivir los majestuosos años de mi generación porque me permite certificar, por fin, a mí y a todos los que sean partícipes de esta triste apocalipsis llamada posmodernidad, que el humano y toda su historia han sido siempre una magnífica y fascinante mierda.

Quintí Casals

1

Me gustaría saber por dónde piso,
por dónde estoy,
tocar mi piel estirada y fina

y aceptarla como tal.

Quintí Casals

Tiempos modernos

No tengo ganas de nacer, aún mamá,
no quiero hacer camino 
en este mundo mezquino
en el que se matan por fuel, por follar
y por mearse en el jardín del vecino.

Microbio

Si fuimos capaces de cegar nuestras pestañas ante los invisibles,
Javier -el chapista del barrio-, Irak, Senegal
o la flor de loto
que nos cubrió durante lustros la piel en escamas de luz,

si llegamos, por un momento de nuestros
tímidos y rasgados
instantes de libertad,
a ofrecernos para perder holgadamente el tiempo,

si tan listos fuimos para olvidar
aquellas noches de niños jugando a los puzzles con nuestras madres,
aquellos parques dónde la arena tan sólo cubría
la sonrisa
de nuestros primeros días,

si nos atrevimos a encender el televisor,
a escribir este poema que tan poco vale,

si tan valientes fuimos para vencernos a nosotros mismos...

¿Qué queda de nuestros nombres, qué queda de nuestras manos,
qué hay más allá de una luz que, incompleta, se apaga,

qué hay más allá del aliento de la incertidumbre?

Quintí Casals

miércoles, 21 de enero de 2015

Borrador

I

Espaciosa área de mi cuerpo sin igual,
construida ella entre pieles, músculos y carantoñas,
magnificada y seducida
por unos minúsculos ojos
-fieles contempladores del mundo-
que miran, seleccionan y construyen
ya sean barreras o campos a través,
que desean, quieren o regalan
ya sean plastidecors o lunas en negro.

Espaciosa área de mi cuerpo sin igual,
racionada mediante unas tímidas manos
-atrevidas balanzas del azar-
que señalan, buscan y perturban
toda aquella realidad disidente
y palpan, estrujan y reparten
aquellas donaciones de lo que es, fue y será.

Espaciosa andrómina, de carne y también hueso,
no sé si toco algo verdaderamente firme
bajo la tenue escabullida de la almohada.

Incomprendido el sentimiento como instrumento,
perdida mi mirada sobre el mar que camina
                                 obtuso en sus olas,
no sé si mi yo es.

II

Y sí, puedo suponerlo.

Soy cada partícula de mi cuerpo, cada célula,
cada etapa pasada en adolescencia,
cada chica besada, cada paja deformada,
cada nickname en messenger y cada foto en Facebook,
soy mis padres, mis abuelos, mis primos y mis tios,
soy la triste iglesia que años atrás dejé,
soy mis principios perdidos y mi moral disuelta,
mis calzoncillos preferidos y la canción favorita de Franky,
soy el señor que cobraba las entradas en el campo del Lleida

y cada espina clavada en mi espalda
y cada amor de puerto tenido.

Sí es cierto, estoy aquí,
puedo respirar, puedo agonizar,
puedo pegar un puñetazo a la pared
y sangrar,
puedo comer, silbar, gritar,
puedo sentirme vibrante en la lluvia o el viento,
puedo escarnecer mis uñas en el error del instante
y puedo, también, cagarme para dentro...

pero no sé de adonde vengo,
pero no sé adonde voy.

Estoy ciego como el observador que
ya demasiado galaxia vio,
vacío como el ojeador que hace tiempo
que nada fichó.

Una nube habita mi alma,
se disipan mis palabras en en blanco.

Respóndeme, oh, sirena del silencio,
quién está dentro de mí

y qué quiere
a cambio de mi vida.

Quintí Casals

miércoles, 14 de enero de 2015

Terra del fuoco

Chiusa nella fortuna dell'amore,
una parete bianca ricorre
tutto il percorso de la camera;
cerco un nuovo orizzonte,
una goccia d'acqua
incarnata nella mia domanda
verso la verità.

Ballare nel'abismo,
perfeto fu.

Un mondo scettico, magnetico,
perso tra l'alluminio industriale
e la festa della gioventù eterna
e da fronti i miei piedi.

Chiamo, cado, batto
e non mi sente nessuno.

Trovare qualcosa simile a Dio,
nello silenzio delle chiese rimane la stabilità.

Trovare alcuna rama che sia diretta al celo,
tutta la vita ascoltando gli ocelli cantare.

Chiamo, cado, batto
e la chimica dei corpi esplode
in un volo diretto alle nuvole bianche.

Mi sto bruciando
nel giaccio della noia.

Non so si questo è veramente la terra del fuoco,
l'inferno sottomesso sotto l'umanità,
il magma elettronico dei bracci legati.

Le città già non hanno anima.

Camino diritto per una strada
dove non esiste i carabinieri del karma,
il buon cuore, l'eternità.

Camino e non vedo i segnali de traffico,
no ci stano per guidarmi.

Sultanto posso aspettare la disperazione
da quel polvere che emigra

più lontano
più lontano.

Quintí Casals

martes, 13 de enero de 2015

Poética narcisa

Si alguna vez fui testimonio,
yo: Narciso singular de mi cuerpo,
del indomable saber de los hombres;
si alguna que remota y tórrida vez,
yo: perdedor y jugador de los astros,
estuve tanteado en el tirachinas del destino...

fue tan sólo por la mera codicia hacia
aquello deseado, instantáneo, fugaz.

Si alguna vez yo mismo me puse las alas...
fue tan sólo por curiosidad
hacia la caída libre.

No voy a mentir. Sin duda alguna me habré revolcado
más de una vez
en el error de recorrer una y otra vez el supermercado,
en la trampa de escribir más de cien veces sobre un tema
                                               buscando la poesía redonda.

También he robado, seducido, hecho daño.
También he besado, circuncidado, caído.

Pero estoy bien, no hay nada que decir.

No recurriré, oh, yo, amo y señor de mis ojos,
al opio meta-emocional
de justificar mis malas manos,
a la fácil enmienda
de acoger al pobre por simple charlatanería.

El mundo es de los que hablan y hablan
y vuelven a hablar. Pobre sinfonía del diccionario.

Muy equívoco fue por parte de la sabiduría universal
recoger puntos, comas, signos y poner nombre
a cada piedra, a cada viento.

Muy ingenuo, oh si tanto ingenuo,
fue retratar la libertad, el gobierno,
las intenciones y deliberaciones quiméricas
del amor
               y sus desperdicios.

Perdón.

Si alguna vez volé por los aires de la palabra,
si tuve, decididamente o no,
el valor de recorrer los minusválidos placeres de la felicidad;
no fue por querer habitar el olvido,
no quise intentar nada no intentado;

tan sólo quería ayudar.

La poesía no merece poema como éste,
demasiado superficial.

Me amo desde el fondo de mis miserias.

Quintí Casals

sábado, 3 de enero de 2015

El séptimo día de Dios

Señor corazón de los astros,
carretera sanguínea que de mis pies
a mi pequeño cerebro va,
triquiñuela de significados posibles...
guíame en los espejos de la noche,
enséñame ese tal símbolo exacto
que remate el alcance de la luz
en la verdad del sentido.

Llevo mucho tiempo con un ancla por cabeza,
llevo mucho espacio recorrido sin dirección.

Ayúdame, oh corazón sabio de los astros,
nombrado en la edad media como Dios,
significado en nuestros días como amor propio,
ayúdame tú que el séptimo día descansaste y dejaste
el mundo impío, perdido y gris
en mano de los hombres,
ayúdame tú que me lanzaste a este vertedero
de malos sentimientos dónde sólo besan bien
los labios de colágeno,
ayúdame, oh cenicienta descocada,
a ser valiente en esta orbe de valientes.

Nunca entendí el verdadero objetivo del porno,
siempre me sostuve a tutelar mis pasos en falso;
en mi turbador aquelarre de sombras y confeti,
la furia de mis días
me hizo más pequeño.
Normal es, pues, que solicite tu ayuda,
oh príncipe al que yo nunca rezo,
oh muñón de felicidad dadivosa.

Llévame allí dónde los años no pasen,
pequeño silencio que en mis manos cabe,
extingue esta brasa ardua, deuda, presente

que incendia la nada flamante
en la certeza de ver una nube diluviar.

Llévame, oh tú que un día fuiste Dios,
a tu séptimo día, a tu séptimo día;

necesito descansar.

Quintí Casals