En este engranaje de logotipos,
etiquetas y musiquitas...
no quieras entrar;
en el fondo los invisibles
habitan nuestras entrañas.
En la insignificante y
triqueñuela de encantar...
no quieras entrar;
en el fondo los invisibles
habitan nuestras entrañas.
La gente pasa, escupe
y se difumina grisácea...
no quieras entrar;
en el fondo los invisibles
habitan nuestras entrañas.
Si eres vagabundo, perro muerto,
vago, maleante o superstar...
no quieras entrar;
morirás, invisible,
en el fondo
de nuestras
desgracias.
Quintí Casals
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