Dime, ¿qué es lo que quieres,
qué es lo que quieres
de esta desamparada y desagradecida
existencia?
Dime, ¿Adónde quieres llegar?
Plano a plano de la inaptitud permanente,
más allá de todo confín repleto de estrellas,
¿qué es lo que buscas entre tus pantalones de payaso?
¿Qué pretendías encontrar en este juego de aires a contracorriente,
qué es lo que tanto tiempo esperaste de las ranas y las hormigas?
¿Pensabas que eras único?
¿Pensabas que sólo tú podías coger una patata y aplastarla?
No, no, no...
¿Quién te has creído que eres,
James Dean, Hemingway, Harry el sucio?
Deja de hablar
y grita de una puta vez hacia el viento.
Deja de podrirte
en ese sofá comprado en IKEA.
Coge tu dinero, tu calcetines, el tabaco, tu juego de cartas favorito
y salte a correr y a dar saltos por ahí.
No te quedes ahí sentado en esa sillita de cristal,
no esperes nada del vecino ni de ti mismo,
enrédate, oh sí enrédate,
en la telaraña de los abismos.
Mueve el culo, baila, participa,
juega, ríe, enfádate...
pero abandona la esperanza.
Nadie te regalará nunca nada;
recuerda que aquí todos caminamos sin rumbo.
Quintí Casals
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