Pocos se quieren mojar
Díganme ustedes quién sale cuando llueve.
¿Quién? Si no es un drogadicto o un enamorado.
Díganme quién quiere una ropa empapada o que un coche le salpique.
¿Quién quiere llevar los pies calados, la cabeza fría, el corazón ahogado?
Díganme ustedes dónde coño andan esos faustos.
¿Queda alguien que no invoque
un paraguas, una capucha o un plástico protector
para refugiarse del riesgo de esas lágrimas que caen
-plim-plim- -plim-plim- en el suelo adoquinado?
Díganme ustedes quién tienta el peligro de mojarse
si no tiene alas, si no es un loco, si no es un pájaro.
Quintí Casals
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