lunes, 15 de abril de 2013

En tierra hostil las milicias plantaron minas de lápiz

Caminan tullidos los soldados de cristal,
se quiebran y van dejando líquido vidriado y transparente,
limadura de estrellas, un destello de luz cegadora,
néctar que nutre a la vida.
Los pasos pesan y España en el otro bando,
observando, con panderetas por escopetas.
Caminan tullidos los soldados de cristal
hacía la última batalla que enmarca una utopía.

Pierden, pues son un ejército exiguo
y España la armada invencible de los locos disparando,

caminan tullidos los soldados de cristal
por encima de un suelo llamado España

dejando ellos polvo de libertad en su último rastro
y perdiendo sangre ante los perdedores de la sabiduría,

los hijos bastardos de esa malvada muchacha.

Quintí Casals

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