En tierra hostil las milicias plantaron minas de lápiz
Caminan tullidos los soldados de cristal,
se quiebran y van dejando líquido vidriado y transparente,
limadura de estrellas, un destello de luz cegadora,
néctar que nutre a la vida.
Los pasos pesan y España en el otro bando,
observando, con panderetas por escopetas.
Caminan tullidos los soldados de cristal
hacía la última batalla que enmarca una utopía.
Pierden, pues son un ejército exiguo
y España la armada invencible de los locos disparando,
caminan tullidos los soldados de cristal
por encima de un suelo llamado España
dejando ellos polvo de libertad en su último rastro
y perdiendo sangre ante los perdedores de la sabiduría,
los hijos bastardos de esa malvada muchacha.
Quintí Casals
No hay comentarios:
Publicar un comentario