viernes, 5 de abril de 2013

Evangelio de Quintí: Capítulo 14 versículos 13 a 21

Y estaba allí Jesucristo hijo de Dios,
flamante y en pleno apogeo,
regalando milagros y milagras
a todos,
multiplicando pan y peces
para que comieran todas las barbas.

El problema llegó
cuando se tenían que compartir
los cigarros.

(Porque si los multiplicara
haría el mal,
el cáncer haría estragos)

Y Jesús cogió el pitillo y lo compartió
partiéndolo,
lo dividió en dos
y lo dio a los primeros despistados
que pasaban por allí.

[Uno se quedó con el filtro pudiendo fumar
y el otro con el opuesto e infumable flanco]

Uno había tenido suerte y el otro

tenía que tener fe
en qué algún día podría llegar a fumarlo.

(Y no se sabe
si murió en vida, al milagro esperando,
se llamara cielo
o inalcanzable pitillo)

en la solidaridad del azar,
tubo esperanza,

creyó,
pero

no existen los milagros.

Quintí Casals

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