lunes, 29 de abril de 2013

Pocos se quieren mojar

Díganme ustedes quién sale cuando llueve.
¿Quién? Si no es un drogadicto o un enamorado.
Díganme quién quiere una ropa empapada o que un coche le salpique.

¿Quién quiere llevar los pies calados, la cabeza fría, el corazón ahogado?
Díganme ustedes dónde coño andan esos faustos.                                                                          
¿Queda alguien que no invoque
un paraguas, una capucha o un plástico protector                    
para refugiarse del riesgo de esas lágrimas que caen                                            
-plim-plim-      -plim-plim-                                  en el suelo adoquinado?
Díganme ustedes quién tienta el peligro de mojarse                                        
si no tiene alas,                   si no es un loco,                si no es un pájaro.

Quintí Casals

jueves, 25 de abril de 2013


Onírica pesadilla

Dormir:
puede llegar a ser un peligroso campo de batalla.


Payasos sin sonrisa y escorpiones
mastican la parte fulgurante del sueño.
El pulso no para de hacer sprints. Suda hielo.
Yo ando incomunicado, protegido por los dos sacos de algodón
que en mi pecho se inflan y vacían de escarcha.
Guerrillas de murciélagos hostigan mi zona, caen piñas sin anillas
y mi locura evoluciona a mejor, mayor. Ataque virulento.
Hemingway y Bukowski se buscan viriles a guantazos
mientras Ariel se masturba con fuerza. Mi pene eyacula para dentro.
Otra erección tiene mi subconsciente. Despierto entre dunas, sábanas

(un poco de oxígeno neutro)

Y no vuelvo porque le tengo miedo al cuarto lóbrego que da a mi interior,
vuelan átomos de gas color negro marfil y la terminal palabra que susurra una abeja al oído
y yo, yo

yo, querido Mr Shade

le
tengo
miedo
a la oscuridad.

Fino e irrompible celofán que me tiene preso
abajo de mis estáticos globos oculares.
¡Violáceas ojeras dejadme dormir, dejadme levantar!


Quintí Casals

miércoles, 24 de abril de 2013

Disipación

Como el jugador que apuesta suerte en las tragaperras.
Como un nómada leyendo la Biblia.
Como la sensación de un mosquito antes de picar a Goliat.
Como una prolongada espera.
Como la señora gorda que ve la ciencia en el Zodiaco.
Como el virgen que mira a otra virgen.
Como un bolígrafo de cuentos estrechos.
Como un drogadicto que espera para ir con su camello a por una cebra.
Como un sosegado loco desmenuzando mierda entre sus manos.
Como yo cuando contaminado me miro en el espejo

con aires de esperanza
así me evaporo yo.

Quintí Casals




martes, 23 de abril de 2013



Eco[sistema]

Hormigas corretean
inquietas, rápidamente, hacen lo que siempre
con mortaja encima del alambre de sus antenas.
Van por parajes marchitados, agotados, repletos de basura.
Y gimen chirridos, rayos, pero siguen trabajando.

Les observan las arañas vestidas de seda
en su casita del árbol. Reposadas, vigilando
sus esqueléticos pasos. Crujen ellas trabajando las hojas secas.
Las hormigas no pesan como la piel de mujer fina
pero si el pesar les pesa en sus pies negro marfil.

Una se va de la fila. No quiere cazar. Se rebela.
 Decide irse, desvanecer
recogiendo migajas de pétalos de rosas y magnolias
para su concupiscible amada. Pretende dar una sorpresa.
Tierra hostil para hacer lo que quieres hormiga.
La araña le caza y desaparece otra sublevada trabajadora.
Otra vez el inapagable eco del sistema gime.

(Tantos años oyendo que des de arriba parecemos hormigas
y ahora descubro que no es distancia, no es efecto óptico,
es nuestra adiestrada esencia)



Quintí Casals


La oscuridad en la sombra de lo que es nada

No se ven las concavidades sucias, obtusas,
aburridas que quedan entre los bloques de
dos edificios paralelos. Son invisibles las fotos
degradadas del suicidio de un tahúr y ludópata
del juego del ahorcado y poco se habla de la
metamorfosis de una larva o de como crece
un cisne. En bulevares braman las madres
desesperadas a sus herederos "Niño eso que
sale del cruel labio de esa puta no es una sonrisa"
y siguen sin verse los interiores de las casas anidadas
y decoradas por los "Gregorio Samsa". No sé quien
son los vagabundos, tampoco los sabuesos, los lobos.
Dónde quedan los feos, los amorfos, las materias gris
frías. En este espacio ambiguo de gravedad, de
supuesta luz cenital. En esta cúpula de cristal opaca.
Existen huecos, hombrías. Y no, no se divisan.


Quintí Casals


Tant de bó sapigués escriure quelcom bonic, un conte de fades o bé un paradís. Tant de bó pugués dir-te de tu a tu tot això aquí o ara i tant de bó ho poguessis escoltar a cau d'orella. Tant de bó et regalés un petó de bon dia, bona tarda i bona nit. O tant de bó et trobés passejant pel carrer sense saber res de tu. 

Però tu, tot això ja ho saps.

Quintí Casals
Aquí la gran mayoría somos mosquitas muertas


Un moscardón cetrino y orondo vuela
en una habitación cerrada conmigo

frota sus alas y limpia sus manos
mientras vuela, es un chuleta,
me mira con sus dos ojos externos
y con sus miles de ojos internos
pero quiere irse,
me tiene miedo

y
todo el rato,
choca contra los cristales,
una y otra vez se golpea,

(incansable)

hasta que el pobre cae desplomado,
otro cadáver, otra cáscara de insecto

que buscaba una salida en aquello que parecía
transparente, imparcial, neutro,

y igual que unos la pasan (suertudos)
cuando está la ventana entreabierta
o lo dejan de intentar cuando se marean

él murió intentando pasar la barrera traslúcida y ilusoria
que es un sueño.


Quintí Casals

lunes, 22 de abril de 2013

Sexe/poesia oral 

Que boniques són les paraules
quan són expulsades per la teva suau escletxa labial.

Les mateixes. La mateixa silueta en elles. El mateix so.
Inclús el meu mateix jo d'aquell moment.
No són possibles a l'extranger femení, no.

I ni que ho fossin,
no vindrien de tu, serien dibuixos calcats,
miralls que imiten, disfresses,
paraules que perden forma
i que s'expandeixen a l'extens,
a l'oblid

serien fum.

I jo no sóc maleducat, el fum el deixo entrar dins meu,
l'escolto,
però no me'l prenc seriosament,

jo amb el fum només ric

(com fan els tontos quan no senten quelcom)

Però tranquil·la, jo et tinc sòlida en ment,
en el racó reservat a la teva vagina parladora i el meu pit.

Només quan em parles tu, l'acte es fa noble, bonic.

Quintí Casals

Qué guapa ve un varón a una hembra cuando éste está ciego


Lo nuestro es como lo nuestro dicho en sí,
no sé, como el pronombre,
como la posesión fina y abismal del uno al otro
o como la necesidad neurótica que es nuestra.

Lo nuestro, como lo que tiene Él, Dios,
con todas las monjas prostitutas que le venden
cuerpo y alma
a su exclusiva omnipotencia
o como lo que tiene Ella, Sasha Grey,
con todos los internautas que se enganchan a la pantalla del ordenador
con su semen de bestia. O como lo que tengo Yo con mi cuerpo.
Siameses. Como lo que tienes Tú con tu alrededor. Fe ciega.


Y la verdad que ésto nuestro,
esta sutil porción,
cómo que no tiene pies ni cabeza

pero al menos,
a esta delicadeza cerrada herméticamente, al menos,
le queda el corazón,

le quedan las partículas no biodegradables
que contiene un "para siempre"

y le queda poder decir que sin querer
nos queremos de puta madre,

que lo nuestro es el amor.

Quintí Casals

sábado, 20 de abril de 2013

N(sí)O


No hay sobresalto a la muerte
válido,
no hay rebeldía osada a una madre
válida,

somos los hijos paridos
de una calavera dormida,
de un no-instante,
de una sordomuda ausencia,

de un espacio abierto sin nada,
de un gemelo de la muerte
que un día
de repente
nos hizo aparecer aquí
habiéndonos concedido la vida

(otro bebé sale por el final del túnel
listo para temer en el futuro al epitafio
que hoy, le regaló su fresca energía)


Quintí Casals

viernes, 19 de abril de 2013


Mojigato/s

Si Dios existiera,
aunque en este momento existiera
continuaría
todo igual sin equidad
y continuaría Él, todopoderoso,
siendo un canalla hipócrita.

(Bueno, él nunca ha dicho nada)

Es ciertamente
en el boca a boca terrenal,
(de los fieles a esas afónicas palabras)
dónde siempre patina la mentira

y la aspira otra faringe buscando ser justificada.

Quintí Casals

jueves, 18 de abril de 2013

Alcanzo sólo/solo desde mí una galaxia inabarcable 

Este sentimiento de soledad viva
transforma mi carne blanda
en la polvorienta y acuosa Tierra
porque no sé de mis compañeros
si alguno igual que yo respira,
si existe vida en otro planeta.

/No se [me] ha demostrado/

Y en esta curiosa metamorfosis,
tú, amorío, medio aliento mío,
(ojalá no seas basta visión y existas)
porque eres mi luna/mi musa eterna,
un cuerpo celeste que gira junto a mí
y que cuando se me aproxima
remueve mis estados, mis mareas.

Y el sol es un casual destino,
quién marca mi dirección

y el universo es mi inexistencia,
quién recuerda mi olvido,

la fuga fugaz de mi esencia,
la única alma que he podido conocer yo

(y sigo empeñado en dejarme tentar en cálidos eclipses de luna,
ciego, chupado de luz por una química dulce y quizá una bella ilusión)

Quintí Casals

miércoles, 17 de abril de 2013

Made in Vietnam

El dinero tiene en sus efigies
[$/€/¥/£]
una o varias líneas
que dividen el signo
y a la vez el mundo.

Lo agrietan, lo parten,
y crean una falla difícil de cruzar
que separa el suelo blanco
y el oscuro

(una hendidura muy difícil de volar)

y visten aquí en el Parnaso hipsters Adidas rasgadas

y allá un ser bruno e invisible les cose en la etiqueta
un "Made in Vietnam".

[Esos individuos existen, tienen vísceras,
pero no los vemos, son un robot de vidrio,
trabajan las lunas que nosotros dormimos]

porque nuestros ojos buenos a esa tierra no arriban.

Llega por el mar de la compra-venta
otro mensaje de auxilio en una botella,
                                          otro "Slaves in Vietnam".


Quintí Casals
El monstre metàl·lic de sang elèctrica

Un vagó espera, es para el temps,
s'obra meticulosament la porta

i és allà al cristall el meu reflex
i dins del seu gran estomac
la meva ombra.

El vagó desperta pel timbre del seu propi avís,
(pèrfid i malintencionat)
tanca sense demana permís
i
el batec de l'ombra s'emporta.

Sona opac el meu últim crit

però la boca del metro ja s'ha empassat
(durant la meva curta estança)

l'aire pesant de la meva per   so       n               a.

Quintí Casals
El Che comercial les salió rebelde sabiendo pregonar y tirotear

Aunque no creo en una política perfecta y correcta, dedico esta poesía a la camiseta de David, por matar a tantos necios, ignorantes o simpatizantes de la barbarie capitalista. 

Llevaba David una flamante T-Shirt en color,
blanca de fondo, morado el difumine,
grande e imponente
y el Che en primer plano pigmentado
en todo su esplendor.

David era de horarios fijos y un calores,
recorría cada día de nueve a ocho y media
los pasillos y cuchitriles de la universidad
con la chaqueta abierta

y mientras paseaba él firme y robusto

el Che iba disparando desde su camiseta
las balas que salían despedidas de sus textiles pupilas,
no paraban, no paraban,
ametrallaba con su invicta presencia
[no se cansaba su vista]
y aquellos que no querían mirar, fisgones miraban a menudo
y veías a esos potentados cayendo
deslumbrados, con pavor, sin rumbo,

el Che seguía teniendo pistola,
seguía en esa prenda viva la guerrilla,

mientras se desplomaba otro injusto.

Quintí Casals

martes, 16 de abril de 2013

Mapa de 69 bits

Mirando está él lírica de orgasmos,
obsceno y natural pajero,
centrado, mirando, espera,
suena y retumba la pornografía
y rompe en mil crujidos
el silencio.

Sentado él allí sudando el culo en la silla,
sobando las carnes con el cursor,
eyaculando en tres dimensiones,
se esmera,

y su cyber-yo del que depende siempre
coge una enfermedad de transmisión virtual,
(puta puta digital)

un nuevo virus para averiar la sed de su verga.

Quintí Casals

lunes, 15 de abril de 2013

En tierra hostil las milicias plantaron minas de lápiz

Caminan tullidos los soldados de cristal,
se quiebran y van dejando líquido vidriado y transparente,
limadura de estrellas, un destello de luz cegadora,
néctar que nutre a la vida.
Los pasos pesan y España en el otro bando,
observando, con panderetas por escopetas.
Caminan tullidos los soldados de cristal
hacía la última batalla que enmarca una utopía.

Pierden, pues son un ejército exiguo
y España la armada invencible de los locos disparando,

caminan tullidos los soldados de cristal
por encima de un suelo llamado España

dejando ellos polvo de libertad en su último rastro
y perdiendo sangre ante los perdedores de la sabiduría,

los hijos bastardos de esa malvada muchacha.

Quintí Casals

Un grazie mille fundido desde una boca belfa

Gracias fémina,
por irse, por ser despistada,
por no pensar en sus cosas,

por trastornarme con su marcha,
por dejarme ver su ceñido trasero,
por dejarme con la palabra
en mi boca.

Gracias fémina, gracias,
por irse y descuidarse su endeble amor
justo encima de mi barbudo pecho.

Gracias fémina, musa de lo transitorio,
por concederme usted, sin querer,
este lindo y agitado riesgo.

[No se admiten devoluciones]

Quintí Casals

Un boleto de la ONCE encarnado volaba

Un descarriado vagabundo anda ebrio
sin casa dónde esconderse del mundo,
camina por encima del puente
comiendo un snack crudo entre sus pringosas manos,
pasa una pulcra doncella escapada de un castillo
y se pregunta el vagabundo el porqué de su aparición,
"¿será amor? quizá tuve suerte", dice
una cubana le mira sacando un aro disparado,
una araña le mira, le aconseja el apresado grillo
y el cielo cae a moléculas para su redención.

Se para el tiempo en sus pupilas,
parece que es el momento, lo ha conseguido,
para saber la hora de su gesta mira el reloj
pero unos segundos han pasado,
la doncella ya no se otea en la bruma, no

una lágrima colma su vaso

(Pobre Sin Perdón)

Quintí Casals

domingo, 14 de abril de 2013

Vieja nota de una erudita y todopoderosa fuerza cósmica referente a la evolución humana 

Llegará el día
en qué los hombres
disfrutarán saboreando sushi de plástico,
se lavarán en barro y petróleo
y respirarán nicotina y no aire.

Llegará el día
en qué los hombres
cazarán edulcorantes, colorantes y no animales,
creerán y venderán su alma a un Cristo electrónico
y morirán por poder fluir deslizándose en un orgasmo.

Llegará el día
en qué los hombres
harán que el césped huela a gasolina o óxido,
se enamorarán de una mujer guillotinada y que no habla
y aplaudirán a los imbéciles con más fortuna que ellos.

Llegará el día
en qué los hombres
matarán y comerán vidas por tierra o materia,
se inocularan veneno en sus venas en su recreo
y se enfundarán una capa de Dios hablando flores que no son.

Llegará el día
en qué los hombres
pintarán polución en los coloridos arco iris,
se convertirán en códigos de barras obesos y sedentarios
y salivarán apacibles y joviales atendiendo a la violencia.

Llegará el día
en qué el hombre será nuclear y radiactivo
y superará la ficción y la realidad,

y pasados unos días después del día
acabarán los hombres viviendo entre basura, vanidad y gaviotas

o bien, esta nota junto a ellos quemará y desaparecerá.

[Se cumplió la primera parte de la profecía/Esperando la segunda sentado en un bar]

Quintí Casals

sábado, 13 de abril de 2013


Houston tenemos un problema, cambio

Negocios cambiantes e inestables en mi hediondo barrio
probar suerte en la asfixiante crisis,
surge un fresco comercio y marchita,
algunos, tenaces, resisten en las trincheras,
pero la guerra sigue, tirita, avanza,
y unos pierden, pocos ganan, así es,
y siempre queda el cambio.
(una flamante, fugaz y embustera novedad)

Cambios cambian a cambio igual
mal seguirá girando
[vacas flacas, ahorita gordas y de nuevo famélicas]

hasta que estalle en mil pedazos la ciudad.

(Una explosión sorda de lo que ya se venía diciendo)

Oh là là

Quintí Casals
Año 19 después de mí

L'Antiquité fue de las primeras letras a la caída del imperio romano
vino le Moyen Âge y acabó muerta y colonizada por Colón en América,
llegó l'Époque moderne y la decapitó la Revolución francesa,

l'Époque contemporaine está en el aire,
pero que sabría yo sin historia,
esa novela macabra y realista

(si aparecí tal fecha del 94)

sin un tempus escrito
estaría yo interno en un hospital por alzheimer

(con todo por olvidar y con todo olvidado)

Agradezco poder escribir. Poder ser.
Un perro que habla. Un ruido de saxofón.
Algo que recordar. Un ilícito anonimato.

Quintí Casals
Ambos


Una dama que se enamora de un poeta
es una lunática suicida

porque se enamora del dolor,
de una no-vida,
de una radiación quebrantadora,
de la amargura de la sal de las lágrimas

se enamora

(sufren ellos, encogiéndose placenteramente,
cada vez que los labios recitan un verso/orgasmo)

y extraviados los dos
se dirigen a un embrollado amor

y en su corazón medra un callo.


Quintí Casals

viernes, 12 de abril de 2013


"Sayonara Sentido" le dijo Schopenhauer

Una mala poesía, exquisitez en un queso azul con gusanos,
ningún pedante ahí, una chispa en una erección por un fantasma,
un pájaro desafinando, un cerebro carnoso y embriagador,
una hormiga desorientada, una mujer sin lengua de serpiente,
un tembleque en el vértice de los dedos por un polvo mágico,
una familia sin muertes, un rasgo de metafísica,
un "Omnia mors aequat" en un retablo, un ligero affaire,
caos racional viendo a un mago, un silencio armónico,
una llamada esperada on the air, un depende,
unas abuelas en un Ford Fiesta, un sarcasmo encallado,

una cotidianidad sorprendiéndote

(mientras el ahora se escapa
con disimulo
entre las manos del pasado)

y pregunto mientras desvanezco
¿Todo ésto que me aburre o sorprende para qué es?
Responde un silencio un sabio anciano.

al menos puedo llegar a saber
(entre lapsus dinamitando mi psiquis)

que

el poco sentido de la vida te asesina al nacer,
en el acto.

Quintí Casals

jueves, 11 de abril de 2013

Muerte prematura


Hija de una ramera de lujo
que sólo coge con ricos y con guapos
llamada ella Justicia,
hija quizás de esos bastardos
que afinan el acorde/acuerdo chirriando
y siempre sirven la cerveza
acompañada de patatas fritas,
hija quizás de esos bastardos
que recortan el sonido de las palabras
y no permiten cambio, no permiten vida,

no sabe quien es su padre
muchos espermas
fecundaron
la efervescencia en el óvulo

y nació una chiquilla llamada Rebeldía.

(Crece ella y crece una rosa llamada Ética
que descompone su misma savia
con su mentira)

Ahogo, primer y último aliento
de hipocresía
y poder

está condenada a la cadena perpetua de la muerte,
la mantienen en prisiones y manicomios

pero

vive en constante despedida.

(Nunca podrá ser como le gustaría ser
mientras ella/su motivo exista)


Quintí Casals

miércoles, 10 de abril de 2013


El peso de un silencio obeso

Dos futuros amantes kamikazes
caminan convergentes
por diferentes calles,

caminan y quizá se cruzan,
quizá se miran,
(quizá se repudian)
pero no lo saben

un futuro predestinado
con los pilares del azar
de encontrarse

y no lo saben,

emerge
el peso de ese silencio obeso
porque se amarán en exceso

pero ellos no lo saben.

Dos amantes
siendo ahora a sus ojos invisibles
y pronto serán imborrables.

Quintí Casals

martes, 9 de abril de 2013


Cómo la sociedad del consumo creó a la mujer de abre-fácil

Aún me acuerdo de esas mujeres que sabían hablar,
de esos perfumes esféricos, cuadrados,
sin forma, gaseosos expandiéndose,
recuerdo cuando coqueteaban y manoseaban
con el agrado de una estabilidad
y de algún que otro proceder rebelde y anárquico,
me acuerdo de esas sonrisas y de su promiscua sinceridad
enamorando e ilusionando
a aquello tan insípido llamado verga, digo, macho.

Me acuerdo de ese humor digno de un psiquiátrico,
de hacer con las nubes tirabuzones
hasta con su extremo malo,
recuerdo cuando se querían enamorar o jugar,
cuando no eran hombres travestidos y no pedían sexo
o cuando ellas eran la única vía de visitar el entorno galáctico.
Me acuerdo de cuando sabían besar
y de cuando no tenían sólo pintura
sino unos delicados labios.

Me acuerdo de cuando las mujeres eran castas flores
y no una imitación hecha de plástico.

Me acuerdo de cuando las mujeres se merecían ramos de flores
y no una imitación hecha de plástico.

(Aún quedan de esas flores de loto pero se hallan entre los restos orgánicos)

La competencia las arrojó, porque en ella ellas no entraron.

Quintí Casals
Killing me slowly

El agridulce verbo amar
es en su parte oscura
una infección por transmisión sensorial
porque engendra la locura
y la obsesión
en el vientre ovalado
que es el cráneo.

La enfermedad avanza a tu lado
y agoniza el alma.

Sudores fríos, ansias, auto-lesión
el peso del aire, uno o una,
los tentáculos de un pulpo estrangulador,
desesperación y el placer de padecerla
sin querer te acompañan.

Y lo peor
es que cuando esta enfermedad sucumbe, finaliza
ésta te deja a ti sin vida
pero no te mata.

(es incurable la marca de la pústula
de la flagelación de una sempiterna mirada)

Cuántas pieles desocupadas
sorbidas, de entrañas vacías
caminan

[El amor es la primera causa de muerte
y la muerte de causa más larga]


Quintí Casals


Picos, picas

[Como quién colecciona cromos o cromosomas]

Yo voy de garito en garito,
de espacio en espacio,
meándome en picas,
(no por tocar los cascarones)
sino para escalar otra pica,
otro pico,
otra conquista.

(Como cualquier objetivo)
de ésos que tú mismo te delimitas.

Es bizarro, incluso permitiría a la neutralidad
de llamarle extraño,

y seguramente el porqué
ustedes se preguntarían
de ir saltando y meando

la verdad es que no lo sé

pero le voy a buscar ocho pies al gato
y les diré
que lo hago

por ver que ustedes al viento pudiente
de la realidad
poco quieren escuchar,
me tientan el enfado
y pienso que

mejor es que beban/lean
mis íntimas partículas de orín,
aquello que expulso
que no quiero,
(mis desasosiegos)

porque al fin y al cabo,
son la mejor conclusión
de todo lo que me pasa dentro.

(Espero que cuando muera
pueda aún dedicarles mi último pedo)

Les odio, lo siento.
Lo seguiré haciendo.

(Voy marcando territorio
y ustedes sin querer
con algo de mí
se quedan en su estómago/cerebro)

Quintí Casals

lunes, 8 de abril de 2013

Algún número de abril de 2013

Había visto el agua
nutrir y pudrir los pétalos de las flores
y el vuelo de unas moscas
deshaciendo el amor estando unidas.

Había visto los nimbostratus grises
matando/matizando al sol
y a las bicicletas
llevar cuerpos vestidos y muertos encima.

Había visto a los hombres borrachos
y en celo
y a su espejismo suicida
de unas flácidas princesas
haciéndoles tener con su laguna
el boceto de lo que sería para ellos
algo un poco bello.

Había visto lo que normalmente se ve
sólo que
era primavera
y quería florecer mi amarga poesía
tal día de abril de dos mil trece.

[Es fascinante pararse
para ver
como el mundo se mueve]

Sólo me fijé en lo amorfo y impredecible
que es el fuego,
la tierra, el agua, el aire,
los seres vivos y las gentes.

(El mundo no para, vive el presente)

Quintí Casals

sábado, 6 de abril de 2013


Microorganismos problemáticos

[Como todas las personas de este mundo]

Tengo
todo el cuerpo
plagado de microorganismos
que viven de mí y por mí,
que se mantienen
gracias a que los nutro,
lapas, crustáceos
diminutos
que me roban un poco de vida
y un poco de vivir.

Me infectan, me enferman,
me dan úlceras,
me crean escorbutos,
me hacen tener pena,
dolores de cabeza
e incluso estornudos

(son los putos problemas)

bichos brutos.

A veces les tiro alcohol
y me conmuevo
viendo como se queman
todos en crudo

pero acaban apareciendo de nuevos

y sino,
aún quedarán de los anteriores
los malditos huevos.

Quintí Casals

Alegoría a mi pereza

(...)

Quintí Casals

Cosas de la vida

Después de la tormenta
viene la calma

y después de la calma
tarde o temprano
llegará otra tormenta

(eso es así y así será)

pero como me dijo
mi amiga Gemma
la cuestión
es aprender
a bailar bajo la lluvia

Y aunque te mojes,
sabrás mojarte
con tu alma desnuda.

Acabarás resfriado,
la cuestión es saber llevarlo
y no acabar aún más enfadado.

La naturaleza del mundo es así,
intenta unirte a ella, aceptarla
y
aprovecha la lluvia para plantar
el mejor de tus pasos.

En la tierra brota el tiempo
y el arte de aprovecharlo.

Quintí Casals
Gumersindo de San Cristóbal 

Dicen que hace un tiempo
(lustros, siglos, milenios
o durante la era de la nada con algo)
existió un tipejo peculiar peculiar,
llamado
Gumersindo de San Cristóbal.

Dicen que un día
estaba su piel/espíritu negro
y decidió lavarse y quedarse
con la espuma del jabón
cuajando en su pellejo,
haciendo una armadura pulcra,
limpio de por vida,
hasta la fecha en qué le hicieran la sanja
cuando éste apareciera muerto.

(Hablo de moral,
de higiene ética)

Pero dicen también que Gumersindo
acabó andando
entre
la suciedad de las farolas, del cemento,
de la sabana, de las olas del mar,
de las sequoias, de los ornitorrincos, de las personas,
[más que nada]
del mundo por completo,
y se ensuciaba
y dejaba de ser un ejemplo.

Dicen que Gumersindo al final
tubo que lavarse más veces,
que esa cáscara acabó sucia, llena de roña,
había intentado hacer lo correcto

pero las manos siempre se ensucian
en este mundo o en otro paralelo.

[Esa costra de champú y gel de ducha
llamada honestidad
siempre se mancha
de intereses y deseos]

La pulcritud moral intentó Gumersindo,
pero se pringó,
él tampoco era perfecto.

(La ética sí, pero es una palabra, una esencia, una teoría,
nosotros una realidad, un mal espejo,
que aunque la intentamos reflejar,
estamos rotos y tenemos una luz mala,
estamos lejos, no nos aproximamos
para nada
ni a su más asqueroso y burdo asemejo)

No vivimos en la Tierra, vivimos en el Excremento,
mancharse es normal, pienso.

Quintí Casals

viernes, 5 de abril de 2013

Calfred

Un calfred

és una espurna elèctrica,
un tremolor de les escletxes dels àtoms
entre els sentits i la pell
que esbossa però
no permet
ni deixa estirar,

l'interval
entre la calor i el fred,

(junts caminen, junts s'agafen)

i així és com em sento jo

quan t'estimo amb ganes
però és buit el teu seient.

(sento el foc i alhora el glaç)

sento el cop del tro just després del guspirejant llampec

[contranatural no]

perquè l'amor,
artificial només pot ser.

Quintí Casals
Cuando una mujer guapa te pide fuego

[En la calle, casa ajena o bar]

Cuando
una mujer guapa
te pida fuego

(ya puedes rezar
si caíste en las garras del apego)

para que funcione bien
tu pene/mechero.

Porque sino serás tú
quien se encenderá

de vergüenza

(rostro bermejo)

y
acabarás tarde o temprano
recordando
que tú sólo [te] enciendes

con las trizas de las cenizas
de ese amor viejo.

Quintí Casals
Evangelio de Quintí: Capítulo 14 versículos 13 a 21

Y estaba allí Jesucristo hijo de Dios,
flamante y en pleno apogeo,
regalando milagros y milagras
a todos,
multiplicando pan y peces
para que comieran todas las barbas.

El problema llegó
cuando se tenían que compartir
los cigarros.

(Porque si los multiplicara
haría el mal,
el cáncer haría estragos)

Y Jesús cogió el pitillo y lo compartió
partiéndolo,
lo dividió en dos
y lo dio a los primeros despistados
que pasaban por allí.

[Uno se quedó con el filtro pudiendo fumar
y el otro con el opuesto e infumable flanco]

Uno había tenido suerte y el otro

tenía que tener fe
en qué algún día podría llegar a fumarlo.

(Y no se sabe
si murió en vida, al milagro esperando,
se llamara cielo
o inalcanzable pitillo)

en la solidaridad del azar,
tubo esperanza,

creyó,
pero

no existen los milagros.

Quintí Casals

miércoles, 3 de abril de 2013


Algo con o sin sentido

En cada aserción
existen matices, lados buenos
y
lados malos.

Pero se empeña el poder
en decir que ésto es así,
que aquello es asá,
en que todo tiene que estar bien determinado,
bien designado.

Lo que me viene a comentar

que somos los esclavos del determinismo
en público,
y los esclavos del relativismo
en privado.

Somos unos convictos,
unos pobres diablos.

Pero en fin,
(lo que iba yo a decir)

si lo único que estoy afirmando
es que no existe ninguna afirmación

dígame, señor,
¿Cómo carajos va usted
a quitarme la razón?

Quintí Casals

martes, 2 de abril de 2013


Caraculos 

El cuerpo humano
se pasa la vida
evacuando cosas asquerosas:
vómitos,
sudor,
orín,
mierda,
flemas,
pedos,

e incluso palabras.

[Sí, aquellas sucias y malolientes
que te ponen el caramelo en la boca,
te dicen que todo lo puedes saber, conocer,
pero lo cierto,
es que nunca sabrás del cierto

nada de nada]

La palabra es un oasis del conocimiento,
correrte antes del polvo con una paja,
querer mediante un código comunicativo
saber de todo ésto

y quedarte con las ganas.

La palabra es nuestra interjección entendida,
algo que no nos define
pero nos acompaña.

Y duelen, cada vez que salen de un cañón labial
(porque te ilusionan y te defraudan)

Quintí Casals

Pobre Bulldog castaño / (La mayúscula es porque no pudimos saber su nombre)

Pasaba paseando el perro
por mi barrio
que a Franky y a mí
nos tiene enamorados,
él, coqueto y muy perro
junto con su amo,
nosotros apáticos y mirones
lo observábamos,
incluso [por su esplendor],
contemplábamos
y en tono agradable
a su amo
le dijimos lo hermoso que era ese bulldog castaño.

No nos pudo entender,
(un mal día, un mal año,
una mala vida, un mal algo)
y de nuestro piropo
hizo un insulto,
un mal halago,
nos pedía indulto
[a gritos duros, no justos]

nosotros, sintiéndolo mucho
no le hacíamos caso.

Pobre perro, nos miraba,
consciente de nuestra alabanza,
acallado.
Un pobre perro feo y gordo
(uno de esos que no agrada)
y un día que despierta
la pasión de dos curiosos,
su amo se lo toma a mal
haciéndole tener una mala pasada.

Miserable y desgraciado era ese perro,
que con sus ojos con nosotros
se compenetraba,
podíamos ver en ese brillo mate y apenado
la comprensión en su mirada.
(Mientras oíamos el silencio de los rugidos del amo)
pues no lo escuchábamos,
estábamos demasiado ocupados

atendiendo como un perro con sus ojos
nos daba a entender

lo estúpido que puede llegar a ser un humano.

Quintí Casals


El gusto de escribir un libro de cuentos cortos

[Nunca se habrán fijado
(supongo)
pero si se paran a pensar]

el sexo se asemeja
a la escritura de una carta,
exige presentación,
(con mentiras o verdades)
un nudo
(entre pieles y extremidades)
y una despedida, una conclusión
(al interior del sobre o volando como una paloma blanca disparada)

con cada letra palpitada bien definida,
cada frase muda bien argumentada,
con una estructura libre
y bonita,
[con el talento de hacer bello,
ahora que la gente ni lee ni hace el amor,
lo que muchos ven como una mariconada
o en el otro extremo,
una guarrada]

Un bolígrafo, un teclado, un pene,
son utensilios
que permiten escribir
mediante gemidos o palabras
un pretexto a incremento
de nuestro destino
en tu abdomen o en una página.

Eso sí,
cuando acabe la carta,
(después del clímax)
recuerda de sellarla,
con plomo,
con saliva,

tan sólo,
con un beso
vestido de carmín rojo.

(Ciérrala, lácrala y envíala,
demuéstrame que todo ese placer
[no se despilfarró en tan sólo diversión]
demuéstrame
que valió la pena,
que hubo amor en evaporación y no sudor,
que no escribimos por escribir,
que la carta llegará a su dirección,
sana, salva y en su salsa,

esa carta

llegará directa
(sin qués ni peros)
a nuestro quebradizo corazón)

Ese último beso,
te lo pido,
me lo robas,
(ese último beso
es nuestra única condición)

Quintí Casals