La cicatriz
que achica la soledad,
lloriquea por las esquinas
en la demencia y el sigilo.
Esquizofrenias, paranoias,
muertes,
un árbol seco.
Fetichistas, oficinistas:
máquinas de sufrir,
fracasados por vivir;
nadie se libra de la locura.
Un grito grita en el grito.
¡Cállate, coño!
Quintí Casals
No hay comentarios:
Publicar un comentario