viernes, 17 de mayo de 2013

Nacemos los blanquitos ricos con un puñal en la espalda

Todos los chicos hijos de este capitalismo
quieren ser algo, hacer algo, arrancarse muy muy rápido
la costra del anonimato.

Han visto ellos, sentados en medio de la moqueta del salón,
como la tele les bombardea la cabeza con anuncios de triunfadores,
con discursos políticos rebosantes de frases de auto-ayuda,
con películas felices
o con las estrellas que algún día ellos creen poder ser,
viven pobres chiquillos
con una tela colgada en su cara opaca a la realidad.

No creen ellos poder llegar a ser presidente de los vagabundos, no.
Tampoco en codearse con ratones o la sombra refulgente de la luna.
Es difícil que alcancen uno de estos placeres, pienso que es normal.
Sé un ganador- les grita su padre repeinado,
y con esta genial locución
tenemos
un planeta con 7 mil millones de perdedores.
Artistas, ingenieros, empresarios, políticos, genios,
cuántos creerán ser una falla en tierra firme,
cuántos realmente existirán,
cuántos se difuminarán en la caligrafía del tiempo.

Éste mimado-boom cree poder llegar a "algo"
son los reyes de su casa
y creen que llegarán a serlo del mundo

(futuros fracasados)


Quintí Casals


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