El único poema que me han hecho
Extraviado, yo, ando entre cemento y llanura.
El cielo se desnuda y me hecha su ropaje
líquido: gota a gota
mientras las aves batean las brisas.
Se abre el telón de nubes en la bóveda celeste
y el sol aparece disparándome un torpedo de luz,
brillan las gotas como perlas
en mi ropa: son mercurio.
(Sigo inmóvil: contemplo)
Los perros ladran, los gatos se escondieron antes,
las percepciones parece que bailen
el mejor tango que se ha sumergido en mis ojos.
La calle escupe reflejos de centelleo,
mojada, golfa, ella posa para mí.
De repente crece una curva de colores
a la que los humanos llaman arcoiris
que cae del cielo hasta
besarme los pies.
(Me hace la naturaleza
un poema, una alegoría)
Por memeces como ésta
¿No es magnífica a veces la vida?
Quintí Casals
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