jueves, 23 de mayo de 2013

Caótica Elena

Llegaste tú, amorío,
acabando con todo:
dejando del mundo
una omisión de mundo,
una nada eterna
de éste
en nuestra caducidad.

(Qué importan la tropelía,
la injusticia y la crueldad
ahora que estás aquí:
estoy yo en un paraíso
unánime
con todo, qué miserable,
qué agradable sensación)

Por suerte aún me quedas

y
el estallido del planeta
desde el magma
interno
de nuestro delirio bullicioso
y también
me queda aún
la expansión lumínica
obcecándome en la explosión.

(BOOM)

Joder, cariño,
llegaste tú
y lo agitaste todo,
te desnudaste
de apocalipsis

y ahora
me pides
que a besos
arregle
el mundo

abandonando
así
el que piso,
vistiéndote
sólo a ti
de amor.

Qué locura.

Quintí Casals

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