Caótica Elena
Llegaste tú, amorío,
acabando con todo:
dejando del mundo
una omisión de mundo,
una nada eterna
de éste
en nuestra caducidad.
(Qué importan la tropelía,
la injusticia y la crueldad
ahora que estás aquí:
estoy yo en un paraíso
unánime
con todo, qué miserable,
qué agradable sensación)
Por suerte aún me quedas
tú
y
el estallido del planeta
desde el magma
interno
de nuestro delirio bullicioso
y también
me queda aún
la expansión lumínica
obcecándome en la explosión.
(BOOM)
Joder, cariño,
llegaste tú
y lo agitaste todo,
te desnudaste
de apocalipsis
y ahora
me pides
que a besos
arregle
el mundo
abandonando
así
el que piso,
vistiéndote
sólo a ti
de amor.
Qué locura.
Quintí Casals
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