Ay, Mika, cuánto te has acomodado
ya.
A traición dejaste tus compañeros
de juego en la perrera.
Ni te acuerdas ya.
Qué habrá sido de tu hermano,
de tu madre, de tus compinches,
de tus amigos. Ya tú no lo sabes.
Que le jodan a ese hielo,
a ese robusto hedor.
Fiel eres a las comilonas
y al amor oblongo e interesado
de los humanos.
Cuánto te has traicionado:
ahí se mueran esos pobres
mientras tú estés bien, piensas.
Quizá si los olieras
de nuevo
cantarías ladridos a los truenos,
no lo dudo.
Pero ahora tú estás holgada
como el desierto: que quede claro.
Aunque,
si miro fuera: por la ventana de mis lentillas
o dentro: en las vísceras de mi vida,
probablemente encuentre al mismo Judas.
Veré como se ahogan en su aliento
los vagabundos
y como los incansables esclavos africanos
son devorados por un muro inamovible de moscas.
El eco de esos sollozos llega a nuestros
tímpanos
pero yo o tú, lector, seguimos fieles
a los estudios, al peso de nuestro estómago,
a nuestra azarosa familia, a nuestro destino,
a nuestra suerte. Somos el semen del desprecio.
Sentiremos pena, pero no la suficiente
como para vendernos a esos espectros,
valen demasiado poco.
Directos irán al paredón de la realidad,
no son más que desconocidos. No existen.
¿Qué valor tienen? Son nadie. La nulidad de la nada.
La mayoría de los humanos somos así,
al menos me dí cuenta,
al menos desearía cambiarlo,
al menos soy un hipócrita.
Lo curioso es que tú, Mika,
besas cuchillos,
comes clavos oxidados,
te lanzas al río
y no sabes ni tienes porque
saber de toda esta mierda.
Pero nosotros Mika,
nosotros lo sabemos.
Somos basura.
(¡Bub!)
Gracias por la razón Mika,
que espléndido es
cuando un ser superior
te da la razón.
Amén, rezo por ti Dios canino.
Quintí Casals
jueves, 30 de mayo de 2013
Odio pasar al otro camastro
Si se fijan ustedes,
dormir
es la diminuta muerte de cada día
así como
el acostarse
es el suicidio,
es el partir hacia descansar
en paz,
a la nada onírica. Desconectado.
Ausentado. Escapado de lo palpable.
Ahorcado en un nudo de sábanas.
Dejando en vano el tiempo.
Usted decidirá cuánto
prematura
es su muerte
diaria.
Usted es libre
de decidir
ésto
(a no ser que quiera contribuir
a continuar con este mundo
gobernado por los despertadores)
Puede escoger cuando fallecer
hoy
¿No le parece increíble?
Si le soy sincero,
por mi parte
ansío poder tumbarme en la cama
tarde,
tener ese período de paz,
ese silente lapso, ese espacio,
mientras duermen muertos esos huracanes,
esos torbellinos,
los dueños de este mundo turbulento
y restan despiertos volando los ojos
de los curiosos, de los fugitivos,
de los sensibles, de los locos de cordura,
haciendo florecer la viola morada
o el arte
en el jardín de Epicuro.
Qué bella es esa tregua de tiempo
en que no
nos molestan esos luciferes.
Qué hermosa es su defunción.
En fin,
mañana por la mañana estoy libre
y llevo un mal día,
siento
que
hoy
volveré a morir
tarde,
me acompañarán
en mi velada
las estrellas extintas
y la tinta de mis destellos.
Mañana durante el rallo de sol
laborable
seré yo quien andará muerto.
Yacido en la cama.
Recuperando vida
para volver a tener
esa nocturna armonía.
Quintí Casals
Si se fijan ustedes,
dormir
es la diminuta muerte de cada día
así como
el acostarse
es el suicidio,
es el partir hacia descansar
en paz,
a la nada onírica. Desconectado.
Ausentado. Escapado de lo palpable.
Ahorcado en un nudo de sábanas.
Dejando en vano el tiempo.
Usted decidirá cuánto
prematura
es su muerte
diaria.
Usted es libre
de decidir
ésto
(a no ser que quiera contribuir
a continuar con este mundo
gobernado por los despertadores)
Puede escoger cuando fallecer
hoy
¿No le parece increíble?
Si le soy sincero,
por mi parte
ansío poder tumbarme en la cama
tarde,
tener ese período de paz,
ese silente lapso, ese espacio,
mientras duermen muertos esos huracanes,
esos torbellinos,
los dueños de este mundo turbulento
y restan despiertos volando los ojos
de los curiosos, de los fugitivos,
de los sensibles, de los locos de cordura,
haciendo florecer la viola morada
o el arte
en el jardín de Epicuro.
Qué bella es esa tregua de tiempo
en que no
nos molestan esos luciferes.
Qué hermosa es su defunción.
En fin,
mañana por la mañana estoy libre
y llevo un mal día,
siento
que
hoy
volveré a morir
tarde,
me acompañarán
en mi velada
las estrellas extintas
y la tinta de mis destellos.
Mañana durante el rallo de sol
laborable
seré yo quien andará muerto.
Yacido en la cama.
Recuperando vida
para volver a tener
esa nocturna armonía.
Quintí Casals
miércoles, 29 de mayo de 2013
"Algo está mal" dijo el universo
Hay una mariquita
en una pared blanca.
Quieta está,
estrangulando
la anulación de color,
la nada del blanco,
con su vibración anaranjada.
Contrasta el muro
como un joven itifálico
ante una mujer de pechos centenarios
o como la danza del alma
que celebra un bipolar
o como las burbujas de los plásticos protectores
que dejan un chasquido eterno, curioso, insistente,
en los dedos
mientras se fuga su arrojo de aire siempre idéntico:
se repite el sonido ante la insistencia.
Allí está ella. Posada en blanco. Hermosa. Dispar.
Vuela ahora y
planea hacia una hoja. Se instala.
Parece que ahora ya está en su lugar.
Parece que la naturaleza haya ordenado
su vuelo, su destino, su estar.
Hasta las mariquitas siguen el orden
instaurado por la arcada del cosmos: menudo chasco.
Quintí Casals
Hay una mariquita
en una pared blanca.
Quieta está,
estrangulando
la anulación de color,
la nada del blanco,
con su vibración anaranjada.
Contrasta el muro
como un joven itifálico
ante una mujer de pechos centenarios
o como la danza del alma
que celebra un bipolar
o como las burbujas de los plásticos protectores
que dejan un chasquido eterno, curioso, insistente,
en los dedos
mientras se fuga su arrojo de aire siempre idéntico:
se repite el sonido ante la insistencia.
Allí está ella. Posada en blanco. Hermosa. Dispar.
Vuela ahora y
planea hacia una hoja. Se instala.
Parece que ahora ya está en su lugar.
Parece que la naturaleza haya ordenado
su vuelo, su destino, su estar.
Hasta las mariquitas siguen el orden
instaurado por la arcada del cosmos: menudo chasco.
Quintí Casals
martes, 28 de mayo de 2013
Enantiodromía
Yo corría, macho descarriado,
tú corrías, fémina descarriada,
uno
opuesto
al otro.
(mentes divergentes)
No me preguntes porqué
ni cómo, ni qué,
(no lo hagas)
pero
estos dos imanes labiales
de polos repelidos,
contrarios,
un día
chocaron
imparables, inamovibles,
los dos
transfigurándose
en
uno solo.
Tú en mí,
yo en ti,
opuestos,
homogéneos.
Quintí Casals
Yo corría, macho descarriado,
tú corrías, fémina descarriada,
uno
opuesto
al otro.
(mentes divergentes)
No me preguntes porqué
ni cómo, ni qué,
(no lo hagas)
pero
estos dos imanes labiales
de polos repelidos,
contrarios,
un día
chocaron
imparables, inamovibles,
los dos
transfigurándose
en
uno solo.
Tú en mí,
yo en ti,
opuestos,
homogéneos.
Quintí Casals
jueves, 23 de mayo de 2013
Sinfonía de pedores valientes con final infeliz
Había una vez un hombre
que de tanto,
tanto que se esforzaba
en cada cosa que hacía,
un día,
hizo tanta fuerza
al echar un pedo al infinito
que sacó su alma
disparada,
libre expandiéndose en el aire.
Huyó.
El hombre extinguió su aliento
y cayó fulminado
como una piedra de carne
como por arte de gravedad,
de pronto no tenía él sombra,
parecía que su esencia
se la había llevado con ella.
No era más que un trozo de materia
orgánica
tirada en el suelo, petrificada,
rancia.
Eso me izo pensar
en que a veces el riesgo,
el extremo esfuerzo,
no es agradecido, honrado.
Pero bueno, siempre puedes
morir esperando
algo.
Aunque ¿Y tú?
¿Te arriesgas tú a morir en cada respiro?
¿Te arriesgas a ser algo más que algo?
¿Te arriesgas a ser tú?
Dime:
¿Te has arriesgado nunca?
¿Vives de verdad para algo?
Quintí Casals
Había una vez un hombre
que de tanto,
tanto que se esforzaba
en cada cosa que hacía,
un día,
hizo tanta fuerza
al echar un pedo al infinito
que sacó su alma
disparada,
libre expandiéndose en el aire.
Huyó.
El hombre extinguió su aliento
y cayó fulminado
como una piedra de carne
como por arte de gravedad,
de pronto no tenía él sombra,
parecía que su esencia
se la había llevado con ella.
No era más que un trozo de materia
orgánica
tirada en el suelo, petrificada,
rancia.
Eso me izo pensar
en que a veces el riesgo,
el extremo esfuerzo,
no es agradecido, honrado.
Pero bueno, siempre puedes
morir esperando
algo.
Aunque ¿Y tú?
¿Te arriesgas tú a morir en cada respiro?
¿Te arriesgas a ser algo más que algo?
¿Te arriesgas a ser tú?
Dime:
¿Te has arriesgado nunca?
¿Vives de verdad para algo?
Quintí Casals
Caótica Elena
Llegaste tú, amorío,
acabando con todo:
dejando del mundo
una omisión de mundo,
una nada eterna
de éste
en nuestra caducidad.
(Qué importan la tropelía,
la injusticia y la crueldad
ahora que estás aquí:
estoy yo en un paraíso
unánime
con todo, qué miserable,
qué agradable sensación)
Por suerte aún me quedas
tú
y
el estallido del planeta
desde el magma
interno
de nuestro delirio bullicioso
y también
me queda aún
la expansión lumínica
obcecándome en la explosión.
(BOOM)
Joder, cariño,
llegaste tú
y lo agitaste todo,
te desnudaste
de apocalipsis
y ahora
me pides
que a besos
arregle
el mundo
abandonando
así
el que piso,
vistiéndote
sólo a ti
de amor.
Qué locura.
Quintí Casals
Llegaste tú, amorío,
acabando con todo:
dejando del mundo
una omisión de mundo,
una nada eterna
de éste
en nuestra caducidad.
(Qué importan la tropelía,
la injusticia y la crueldad
ahora que estás aquí:
estoy yo en un paraíso
unánime
con todo, qué miserable,
qué agradable sensación)
Por suerte aún me quedas
tú
y
el estallido del planeta
desde el magma
interno
de nuestro delirio bullicioso
y también
me queda aún
la expansión lumínica
obcecándome en la explosión.
(BOOM)
Joder, cariño,
llegaste tú
y lo agitaste todo,
te desnudaste
de apocalipsis
y ahora
me pides
que a besos
arregle
el mundo
abandonando
así
el que piso,
vistiéndote
sólo a ti
de amor.
Qué locura.
Quintí Casals
Àrea de dimensió escollida sense volum
Hi ha un espai il·lusori, indefinit,
perdut en la immensitat de l'univers
on es guarden tots els somnis de tots els habitants de la vida.
Es un camp d'explanades que no ocupen espai
on es
mengen allí els somnis
els uns als altres
com les feristeles que som
i alguns sobreviuen,
però només
els
més
forts.
Quintí Casals
Hi ha un espai il·lusori, indefinit,
perdut en la immensitat de l'univers
on es guarden tots els somnis de tots els habitants de la vida.
Es un camp d'explanades que no ocupen espai
on es
mengen allí els somnis
els uns als altres
com les feristeles que som
i alguns sobreviuen,
però només
els
més
forts.
Quintí Casals
miércoles, 22 de mayo de 2013
El hombre político
El hombre verdaderamente
político
es aquel trozo de carne
racional y animal (como todos)
que
no
vota,
que
no
tiene
la desfachatez
de votar.
Aquél consciente que
somos supervivientes. Fieras vestidas de seda,
vestidas de política: ropa alba ensangrentada
por nuestro canibalismo.
Aquél
que se ha dado cuenta
que es hombre
que no tiene
nada
de político.
Aquél que sabe
que
nadie es tan perfecto
ni tan imperfecto
como para merecerse votar.
Quintí Casals
lunes, 20 de mayo de 2013
Libertina libertad
¿Qué puedo escribir yo sobre la libertad?
¿Qué? Si no la conozco.
Si es un oasis en desierto ante hombre
sediento. ¿Qué?
Quizá pueda escribir sobre lo que aquél muchacho
oteó y rozó pero no, no
no tocó,
la arena se escapó a tientas entre sus manos
al empaparse en el espejismo
como nosotros cuando intentamos ser libres:
se nos escapa la magnitud de esa palabra.
Puede que algo tenga a decir sobre las mentiras
que me contaron. Algo podré mecanografiar
sobre esas valientes osadías
que llenan la papada de quiénes tienen valor
a pronunciar: libertad.
Puede que pueda nombrarla,
que pueda explicar su significado
(por ser el antónimo a lo que conozco)
pero no puedo hacer ni hacerme ésto,
no puedo ser tan hipócrita,
tirarme tantas flores: al tocarme se pudrirán.
Soy un farsante en cada letra más que escribo
aquí.
Soy un mierda intentando hablar sobre el halo
de un diamante. Mejor me callo, mejor no digo nada más.
Pero dime
¿Y tú?
¿Puedes tú,
hombre encadenado a la vida
escribir algo sobre la libertad?
Ahora enfádate si quieres,
como hacen las gentes convencidas
ante las opuestas verdades,
y no me leas jamás.
Quintí Casals
¿Qué puedo escribir yo sobre la libertad?
¿Qué? Si no la conozco.
Si es un oasis en desierto ante hombre
sediento. ¿Qué?
Quizá pueda escribir sobre lo que aquél muchacho
oteó y rozó pero no, no
no tocó,
la arena se escapó a tientas entre sus manos
al empaparse en el espejismo
como nosotros cuando intentamos ser libres:
se nos escapa la magnitud de esa palabra.
Puede que algo tenga a decir sobre las mentiras
que me contaron. Algo podré mecanografiar
sobre esas valientes osadías
que llenan la papada de quiénes tienen valor
a pronunciar: libertad.
Puede que pueda nombrarla,
que pueda explicar su significado
(por ser el antónimo a lo que conozco)
pero no puedo hacer ni hacerme ésto,
no puedo ser tan hipócrita,
tirarme tantas flores: al tocarme se pudrirán.
Soy un farsante en cada letra más que escribo
aquí.
Soy un mierda intentando hablar sobre el halo
de un diamante. Mejor me callo, mejor no digo nada más.
Pero dime
¿Y tú?
¿Puedes tú,
hombre encadenado a la vida
escribir algo sobre la libertad?
Ahora enfádate si quieres,
como hacen las gentes convencidas
ante las opuestas verdades,
y no me leas jamás.
Quintí Casals
El único poema que me han hecho
Extraviado, yo, ando entre cemento y llanura.
El cielo se desnuda y me hecha su ropaje
líquido: gota a gota
mientras las aves batean las brisas.
Se abre el telón de nubes en la bóveda celeste
y el sol aparece disparándome un torpedo de luz,
brillan las gotas como perlas
en mi ropa: son mercurio.
(Sigo inmóvil: contemplo)
Los perros ladran, los gatos se escondieron antes,
las percepciones parece que bailen
el mejor tango que se ha sumergido en mis ojos.
La calle escupe reflejos de centelleo,
mojada, golfa, ella posa para mí.
De repente crece una curva de colores
a la que los humanos llaman arcoiris
que cae del cielo hasta
besarme los pies.
(Me hace la naturaleza
un poema, una alegoría)
Por memeces como ésta
¿No es magnífica a veces la vida?
Quintí Casals
Extraviado, yo, ando entre cemento y llanura.
El cielo se desnuda y me hecha su ropaje
líquido: gota a gota
mientras las aves batean las brisas.
Se abre el telón de nubes en la bóveda celeste
y el sol aparece disparándome un torpedo de luz,
brillan las gotas como perlas
en mi ropa: son mercurio.
(Sigo inmóvil: contemplo)
Los perros ladran, los gatos se escondieron antes,
las percepciones parece que bailen
el mejor tango que se ha sumergido en mis ojos.
La calle escupe reflejos de centelleo,
mojada, golfa, ella posa para mí.
De repente crece una curva de colores
a la que los humanos llaman arcoiris
que cae del cielo hasta
besarme los pies.
(Me hace la naturaleza
un poema, una alegoría)
Por memeces como ésta
¿No es magnífica a veces la vida?
Quintí Casals
sábado, 18 de mayo de 2013
Parece
Parece que la vida
se ha decidido a hacerme poeta
golpeándome,
golpeándome,
golpeándome
(con desventuras o con preguntas)
Parece ella, coqueta, un destino
vestido de casualidades desdichadas
pero [joder]
tanta lluvia, tanto cielo
derrumbado sobre mí
no, no, no puede ser azar.
Parece empeñada
en hacerme plañir letras, versos,
párrafos
que caen, mohínos,
verticalmente
de mis sensibles ojos
al papel.
Parece que quiera
que arroje bocadillos
al aire repletos de mi dolor
entre histéricos estertores.
Parece la vida obsesa
en mutilarme el cuerpo,
desgarrando un corazón cojo,
esquinzando mi cerebro,
anudando mi verga
y
dejándome
sólo con algo de éstos
y unos literatos brazos.
(Ojalá pudiera ser un imbécil, un cualquiera)
Quintí Casals
Parece que la vida
se ha decidido a hacerme poeta
golpeándome,
golpeándome,
golpeándome
(con desventuras o con preguntas)
Parece ella, coqueta, un destino
vestido de casualidades desdichadas
pero [joder]
tanta lluvia, tanto cielo
derrumbado sobre mí
no, no, no puede ser azar.
Parece empeñada
en hacerme plañir letras, versos,
párrafos
que caen, mohínos,
verticalmente
de mis sensibles ojos
al papel.
Parece que quiera
que arroje bocadillos
al aire repletos de mi dolor
entre histéricos estertores.
Parece la vida obsesa
en mutilarme el cuerpo,
desgarrando un corazón cojo,
esquinzando mi cerebro,
anudando mi verga
y
dejándome
sólo con algo de éstos
y unos literatos brazos.
(Ojalá pudiera ser un imbécil, un cualquiera)
Quintí Casals
viernes, 17 de mayo de 2013
Felicidad artificial
A veces pienso en lo mal que me hablan de las drogas
(probablemente)
sean un estruendo de aleteos de guitarra,
una vibración, una muerte medio voluntária medio obligada
y temporal
pero hijos de puta que me escuchan ahora
sepan ustedes que
robar un beso a un porro, a un vaso ebrio o a las setas,
meter mano al speed con la nariz o morrear decidido al LSD,
es un romántico acuerdo entre tú y ellos,
porque de seguro que ellos acabarán follándote,
nunca se harán de rogar,
siempre te darán sus mejores tiempos,
sus mejores penetraciones
hechándote fuera de este círculo mal hecho
que es la realidad.
Siendo el único billete de ida y vuelta existente
lejos de este mundo adverso,
olvidándote de todo,
acullá.
(no soporto esta existencia
debo colocarme/escribir un poco más)
Vomito ahora mi bilis,
mi alma,
mi poema
se ha acabado ya.
Quihjpont6ikí CAaslaksaxeoukjire (joder, mierda de teclado)
A veces pienso en lo mal que me hablan de las drogas
(probablemente)
sean un estruendo de aleteos de guitarra,
una vibración, una muerte medio voluntária medio obligada
y temporal
pero hijos de puta que me escuchan ahora
sepan ustedes que
robar un beso a un porro, a un vaso ebrio o a las setas,
meter mano al speed con la nariz o morrear decidido al LSD,
es un romántico acuerdo entre tú y ellos,
porque de seguro que ellos acabarán follándote,
nunca se harán de rogar,
siempre te darán sus mejores tiempos,
sus mejores penetraciones
hechándote fuera de este círculo mal hecho
que es la realidad.
Siendo el único billete de ida y vuelta existente
lejos de este mundo adverso,
olvidándote de todo,
acullá.
(no soporto esta existencia
debo colocarme/escribir un poco más)
Vomito ahora mi bilis,
mi alma,
mi poema
se ha acabado ya.
Quihjpont6ikí CAaslaksaxeoukjire (joder, mierda de teclado)
Nacemos los blanquitos ricos con un puñal en la espalda
Todos los chicos hijos de este capitalismo
quieren ser algo, hacer algo, arrancarse muy muy rápido
la costra del anonimato.
Han visto ellos, sentados en medio de la moqueta del salón,
como la tele les bombardea la cabeza con anuncios de triunfadores,
con discursos políticos rebosantes de frases de auto-ayuda,
con películas felices
o con las estrellas que algún día ellos creen poder ser,
viven pobres chiquillos
con una tela colgada en su cara opaca a la realidad.
No creen ellos poder llegar a ser presidente de los vagabundos, no.
Tampoco en codearse con ratones o la sombra refulgente de la luna.
Es difícil que alcancen uno de estos placeres, pienso que es normal.
Sé un ganador- les grita su padre repeinado,
y con esta genial locución
tenemos
un planeta con 7 mil millones de perdedores.
Artistas, ingenieros, empresarios, políticos, genios,
cuántos creerán ser una falla en tierra firme,
cuántos realmente existirán,
cuántos se difuminarán en la caligrafía del tiempo.
Éste mimado-boom cree poder llegar a "algo"
son los reyes de su casa
y creen que llegarán a serlo del mundo
(futuros fracasados)
Quintí Casals
Todos los chicos hijos de este capitalismo
quieren ser algo, hacer algo, arrancarse muy muy rápido
la costra del anonimato.
Han visto ellos, sentados en medio de la moqueta del salón,
como la tele les bombardea la cabeza con anuncios de triunfadores,
con discursos políticos rebosantes de frases de auto-ayuda,
con películas felices
o con las estrellas que algún día ellos creen poder ser,
viven pobres chiquillos
con una tela colgada en su cara opaca a la realidad.
No creen ellos poder llegar a ser presidente de los vagabundos, no.
Tampoco en codearse con ratones o la sombra refulgente de la luna.
Es difícil que alcancen uno de estos placeres, pienso que es normal.
Sé un ganador- les grita su padre repeinado,
y con esta genial locución
tenemos
un planeta con 7 mil millones de perdedores.
Artistas, ingenieros, empresarios, políticos, genios,
cuántos creerán ser una falla en tierra firme,
cuántos realmente existirán,
cuántos se difuminarán en la caligrafía del tiempo.
Éste mimado-boom cree poder llegar a "algo"
son los reyes de su casa
y creen que llegarán a serlo del mundo
(futuros fracasados)
Quintí Casals
jueves, 16 de mayo de 2013
Poema ensucrat
Encara recordo l'instant
en que el meu pit va minorar
per expandir-se
i en que van els meus ulls també,
fondre's en la punxada feta
per mirar aquella perfecta forma femenina,
atent jo a com aquest moment
parava el temps
mentre ella feia una metamorfosis a l'abstracta necessitat
i endolçava amb aquest acte
aquest poema i la meva història:
m'endinsà ella en la seva saliva.
(Els dies passaren)
El tacte a la seva pell, els terratrèmols romàntics,
les foses d'esperit entre els nostres llavis i les nits
on els estels eren al llit desafiant
la gravetat de la nostra caiguda:
cremaren fins avui
(difuminant i movent l'aire amb la seva combustió)
Encara recordo l'instant en que
segellant un pacte entre petons en un paper de sospirs
vam decidir ser la persona pactada, paral·lela,
amb qui trencar-nos en un futur el cor,
amb qui enderiar-nos,
amb qui enamorar-nos
tots dos.
Quintí Casals
Encara recordo l'instant
en que el meu pit va minorar
per expandir-se
i en que van els meus ulls també,
fondre's en la punxada feta
per mirar aquella perfecta forma femenina,
atent jo a com aquest moment
parava el temps
mentre ella feia una metamorfosis a l'abstracta necessitat
i endolçava amb aquest acte
aquest poema i la meva història:
m'endinsà ella en la seva saliva.
(Els dies passaren)
El tacte a la seva pell, els terratrèmols romàntics,
les foses d'esperit entre els nostres llavis i les nits
on els estels eren al llit desafiant
la gravetat de la nostra caiguda:
cremaren fins avui
(difuminant i movent l'aire amb la seva combustió)
Encara recordo l'instant en que
segellant un pacte entre petons en un paper de sospirs
vam decidir ser la persona pactada, paral·lela,
amb qui trencar-nos en un futur el cor,
amb qui enderiar-nos,
amb qui enamorar-nos
tots dos.
Quintí Casals
Franky
goes to Hollywood 2
Franky era un tipo peculiar,
un calidoscopio, una especie de super-hombre nietzcheano,
un estruendo de colores con un esbozo
en consciente blanco y negro dibujado
moviéndose en un folio en blanco.
Las conversaciones diplomáticas con Franky
resbalaban de la metafísica a la banalidad
con el aire del alcohol o el líquido de la marihuana en mano,
poco quedaba del abrevio de nuestra solidez pagana
estando nosotros dónde fuera, cuándo fuera,
compartiendo vicios y placeres verbales o
nuestros genitales al mundo que no nos ama.
Su casa era partícipe de todas las verbenas
y su cartera de todos los verbeneros,
soledades en fiestas iban a jarrana,
juntos, pidiendo concomitancia o emoción
condenándose a vivir solos en cada calo,
montándose al cielo
para ir director al infierno de la no percepción.
Franky quizá era problemático como el mistral,
puede que también fuera otra sombra alucinando
psicodélias en la calle pero aún conservaba una pizca
de sabiduría, algo que los sanos y cuerdos no tienen,
cosas que contar a la alegría.
Y quería acabar esta poesía,
ahora que me acompañan las rimas y las letras,
pero volvió a llamarme la soledad con nombre,
ya sea cualquiera de esos errantes canallas,
para que vaya al eterno encuentro de cada día,
el encuentro con ese carpe diem lúcido
que te hace vivir y morir en esta vida.
(Puede que Franky llegue lejos, puede,
vomitando serpentinas,
quizá triunfe aunque somos carne de bohemia)
Franky went to Hollywood pero se quedó en Las Vegas.
martes, 14 de mayo de 2013
Documental sobre Mr Shade's
El hombre aburrido,
Quintí Casals
gris de piel, sin pecho
ovalado, exento de imagen,
desocupado de fantasía y
risa,
trabaja nervioso a las 10 de
la mañana
bajo los efectos del
chupetón cruento de un cuervo rico.
Lo verás en aceras paseando
a su calcado perro color plomo,
inmóvil, taciturno,
titubeando con su voz
su enemistad con la vida.
Lo observarás también
vestido de memez, paralizando su razón,
cebando a sus principios en
su sofá con un magro televisor
para después poder venderlos
como manda el mercantilismo
o puede ser que lo descubras,
ceñido a la ley, chafándose a si mismo
con su egocentrismo lacrado
en sus borceguíes de piel de serpiente.
Quizá lo encuentres
escondido detrás de una sonrisa falsa,
ligando con maniquíes
animados, hablando ecos obscenos
entre murmullos
o puede que esté medio-defendiendo
la tala de árboles,
la caza de alimañas o el
nazismo haciéndose pasar
por un transgresor que en
verdad es un intolerante.
(Cuántos hombres grisáceos
existen)
Y nadan ellos, airados,
entre incertidumbre
porque no saben amar,
y habitan ellos,
contaminados, las ciudades infectándolas
tanto,
que si se fijan
entenderán
el porqué del pigmento
de las veredas de cemento
que crecen
en la ciudad.
Hay leucemia por las venas,
arterias y capilares del mundo,
tantas grises urbes ya,
el cáncer se expande y cada
vez
queda
menos
color verde,
se agota la esperanza
para
esta enfermedad.
Quintí Casals
lunes, 13 de mayo de 2013
Devorat pels àcars doctorats en filosofia relativista
Jo no hi faig res aquí i ara,
sóc pols, suspès en les brises i fulminat per la llum solar,
oblidat en el racó de la immensitat,
sóc matèria incoherent sense respostes,
nul com el somriure del vent
que es sent però no s'albira.
Només sóc història, un ordre cronològic de fets,
una llufa o un pet que s'envà inadvertit.
Un silenci no acordat.
Cordes, acúfens i embranzides d'emocions
adherides a altres sanefes de pols
poden donar un sentit per sentiment a la vida,
una mica de lligam,
quallant, borbollejant amb química
aquest no-res, aquesta pluja insonora que és el pols,
sabent que algun dia es tornarà a escampar,
dubtant, essent conscient,
morint en cada pregunta una mica
per l'intent d'una resposta que en falç
dibuixa un trop, un holograma.
I Quintí haurà passat per la vida i ja està
-Chuf-
Apareixent, estant i marxant,
per més que triomfés, que fes petjada,
que fóra un indigent,
per més que el recordessin amb lletres o fets,
que el recordés la sensibilitat de s'amare, s'afill
o l'estimada que sempre l'espera
Quintí continuaria sent pols,
una polseguera amb forma humana
engolida per l'aspiradora que és el temps
quan calla davant de qualsevol pregunta sincera.
Quintí Casals
jueves, 9 de mayo de 2013
Acuerdo escrito en braile
Hacer el amor,
ese verbo tan complejo y natural,
esa construcción o derrumbe de melosas historias,
es un pacto de fe entre dos ausencias racionales,
una fusión entre dos sombras
que
entre humeantes ósculos y carnes agarradas
excretan feromonas y hormonas
acariciando la textura de esa nada
que es la carne.
Eyaculan orgasmos, eyaculan regocijos,
eyaculan deseo como una máquina de escribir,
-clinc- va y viene la genital palanca -clinc-
mientras ellos se buscan el uno
al otro sin saber que decirse,
sin importarse por si son cultos, inteligentes o buenos,
sin importar que sean dos animales,
sin importar nada en su cabeza,
dejando el sexo en un zumbido sordo
construido entre dos silencios
apagándose
de pasión
el uno dentro del otro.
Quintí Casals
Hacer el amor,
ese verbo tan complejo y natural,
esa construcción o derrumbe de melosas historias,
es un pacto de fe entre dos ausencias racionales,
una fusión entre dos sombras
que
entre humeantes ósculos y carnes agarradas
excretan feromonas y hormonas
acariciando la textura de esa nada
que es la carne.
Eyaculan orgasmos, eyaculan regocijos,
eyaculan deseo como una máquina de escribir,
-clinc- va y viene la genital palanca -clinc-
mientras ellos se buscan el uno
al otro sin saber que decirse,
sin importarse por si son cultos, inteligentes o buenos,
sin importar que sean dos animales,
sin importar nada en su cabeza,
dejando el sexo en un zumbido sordo
construido entre dos silencios
apagándose
de pasión
el uno dentro del otro.
Quintí Casals
miércoles, 8 de mayo de 2013
Sólo en casa
Mi casa es mi cabeza:
mi cuarto, mi crepúsculo de soledad, mi colosal teatro.
Por ella se garbean las motas de humedad, de aire, de azufre
y se divisan Asia, Europa, América, Oceanía, Asia
e incluso aquél cubo deforme de hielo llamado Antártida.
Sus fotos, mis calzadas peanas chafando su polvo, su aromático carácter
llegan dentro de mí.
No se agota el combustible de mis percepciones.
Explosionan bruscamente los sentidos y lo sentido.
Miles de colores, de trozos de existencia, de átomos tangibles
siameses a otros intangibles entran libremente en mi casa.
Lo hacen también kilómetros y kilómetros de lozanas llanuras, de cancerígenas ciudades
y de titánicas constelaciones penetrantes a mi sesera.
Se mueven cuerpos, con fuerza propia o ajena,
por ese espacio: que no es un lugar (diáfano es un lugar).
Algo sin extensión, sin superficies es, sólo corteza galvánica propia de una mente.
Chirridos pesados de pizzigato, hedores fuertes, cánulas rellenas de fluido escarlata,
crujidos de articulaciones ásperas, pelos rizados de huevo y de barba, platos como ojos,
relojes dalinianos, perfumes, cromosomas sobrantes, extinciones de lumbres nocturnas,
fornicaciones limpias al útero, mierdas bien paridas, muertes, vidas, ropas empapadas:
por allí se mueven. Maldita curiosidad ¿Por qué quisiste ser poeta?
¿Por qué quisieron tus sentidos dejar pasar todo, sea abrupto o aciago? Y aún peor,
¿Por qué quisieron ver primor en la adversidad a la que llaman adversidad?
Debería darte desvergüenza Quintí. Tantas cosas presuntamente bellas
pasan por tus grasas, músculos y huesos y tú sólo ves hermosura en aquello inusitado.
(No pasa nada, seguiremos adelante)
Sigue fulgurando mi vasto cuarto, ebullición constante de chispas de vida.
{Chuf-Chuf}
Actúan ahora la bondad, la igualdad y la fraternidad, son ellas comediantes.
La libertad les contempla esposada pensando que están actuando bien,
que saben como divertir. Educado yo, complacido, les invito siempre a pasar como seres dignos
pero nunca deciden si adentrarse,
será que mi casa no está adecuada para ellas. Pobre cuenco humano
que es giboso.
Mientras tanto mi desventurado mi cerebro
se dedica a chispear cilindros de electricidad discerniendo:
Hola Sofia. Adiós mamá. ¿Quién es usted maldito hijo puta?
Juan es estúpido. Esa sombra pedante. A Elena la quiero. A Szymborska la leo.
A Octavio Paz, no. Me gusta el número 13. Me erecta la palabra desdicha.
(Qué disfrute poder elegir las visitas algún día).
Pero de tanto juzgar movilizando latosas emociones, suena el timbre.
Miro por la mirilla.
Unas mariposas que se colaron por mi recto y anidaron en mi aterido abdomen
están en el rellano esperando como Testigos de Jehová.
Dicen que son habitantes del núcleo, del magma, de esa
porción humeante y tórrida que segrega sentimientos. De ese espacio casi inaccesible,
innombrable, incorpóreo que es Éso. Yo, desorientado, las dejo pasar sin querer porque quiero.
-Siéntense junto a mis convidados por favor- Digo.
Alzan las alevillas sus ojos de grano de arroz
y atisban unos espermatozoides puteros / Pizcas de polvos, de sexo sulfúrico.
Se fueron a juntar el santo y el pecador en una habitación incomunicada y cerrada.
Se pelearán hasta crear una nube de vesania, todos sabemos cómo acabará ésto.
-Quédense el tiempo que quieran, están en su casa- Entre tembleques comento (tengo miedo)
-Quédense, hagan lo que quieran, roben lo que quieran, caguen dónde quieran-
Me declaro venidero hombre muerto.
_______________________________________
Éste es un poema a mi ruinosa casa
y a los zigotos que conviven gestando mi locura.
Lo recita mi sensible y erótico hogar llamado cerebro.
Me lo dedico, aunque soy hombre muerto.
Quintí Casals
Mi casa es mi cabeza:
mi cuarto, mi crepúsculo de soledad, mi colosal teatro.
Por ella se garbean las motas de humedad, de aire, de azufre
y se divisan Asia, Europa, América, Oceanía, Asia
e incluso aquél cubo deforme de hielo llamado Antártida.
Sus fotos, mis calzadas peanas chafando su polvo, su aromático carácter
llegan dentro de mí.
No se agota el combustible de mis percepciones.
Explosionan bruscamente los sentidos y lo sentido.
Miles de colores, de trozos de existencia, de átomos tangibles
siameses a otros intangibles entran libremente en mi casa.
Lo hacen también kilómetros y kilómetros de lozanas llanuras, de cancerígenas ciudades
y de titánicas constelaciones penetrantes a mi sesera.
Se mueven cuerpos, con fuerza propia o ajena,
por ese espacio: que no es un lugar (diáfano es un lugar).
Algo sin extensión, sin superficies es, sólo corteza galvánica propia de una mente.
Chirridos pesados de pizzigato, hedores fuertes, cánulas rellenas de fluido escarlata,
crujidos de articulaciones ásperas, pelos rizados de huevo y de barba, platos como ojos,
relojes dalinianos, perfumes, cromosomas sobrantes, extinciones de lumbres nocturnas,
fornicaciones limpias al útero, mierdas bien paridas, muertes, vidas, ropas empapadas:
por allí se mueven. Maldita curiosidad ¿Por qué quisiste ser poeta?
¿Por qué quisieron tus sentidos dejar pasar todo, sea abrupto o aciago? Y aún peor,
¿Por qué quisieron ver primor en la adversidad a la que llaman adversidad?
Debería darte desvergüenza Quintí. Tantas cosas presuntamente bellas
pasan por tus grasas, músculos y huesos y tú sólo ves hermosura en aquello inusitado.
(No pasa nada, seguiremos adelante)
Sigue fulgurando mi vasto cuarto, ebullición constante de chispas de vida.
{Chuf-Chuf}
Actúan ahora la bondad, la igualdad y la fraternidad, son ellas comediantes.
La libertad les contempla esposada pensando que están actuando bien,
que saben como divertir. Educado yo, complacido, les invito siempre a pasar como seres dignos
pero nunca deciden si adentrarse,
será que mi casa no está adecuada para ellas. Pobre cuenco humano
que es giboso.
Mientras tanto mi desventurado mi cerebro
se dedica a chispear cilindros de electricidad discerniendo:
Hola Sofia. Adiós mamá. ¿Quién es usted maldito hijo puta?
Juan es estúpido. Esa sombra pedante. A Elena la quiero. A Szymborska la leo.
A Octavio Paz, no. Me gusta el número 13. Me erecta la palabra desdicha.
(Qué disfrute poder elegir las visitas algún día).
Pero de tanto juzgar movilizando latosas emociones, suena el timbre.
Miro por la mirilla.
Unas mariposas que se colaron por mi recto y anidaron en mi aterido abdomen
están en el rellano esperando como Testigos de Jehová.
Dicen que son habitantes del núcleo, del magma, de esa
porción humeante y tórrida que segrega sentimientos. De ese espacio casi inaccesible,
innombrable, incorpóreo que es Éso. Yo, desorientado, las dejo pasar sin querer porque quiero.
-Siéntense junto a mis convidados por favor- Digo.
Alzan las alevillas sus ojos de grano de arroz
y atisban unos espermatozoides puteros / Pizcas de polvos, de sexo sulfúrico.
Se fueron a juntar el santo y el pecador en una habitación incomunicada y cerrada.
Se pelearán hasta crear una nube de vesania, todos sabemos cómo acabará ésto.
-Quédense el tiempo que quieran, están en su casa- Entre tembleques comento (tengo miedo)
-Quédense, hagan lo que quieran, roben lo que quieran, caguen dónde quieran-
Me declaro venidero hombre muerto.
_______________________________________
Éste es un poema a mi ruinosa casa
y a los zigotos que conviven gestando mi locura.
Lo recita mi sensible y erótico hogar llamado cerebro.
Me lo dedico, aunque soy hombre muerto.
Quintí Casals
lunes, 6 de mayo de 2013
El zurullo
Un tierno y esponjoso pero férreo zurullo
se derrumba abatido desde un ano
al agua que atesora un gran pozo de porcelana,
se cuela por el agujero limpiamente y se deja llevar por la corriente
recorriendo tuberías y después cloacas,
le observan allí ratones y grillos mutantes
y él, con cara de póquer, les aguanta la mirada,
dos o tres duelos más tarde finalmente
el zurullo desemboca desde un albañal
al gigantesco océano
y se desliza, tranquilo, plácidamente, hacia el fondo del mar.
Se sumerge en diagonal hasta encontrarse unos submarinistas
y los maleducados le hablan mierda,
se ofende y se escapa velozmente
y choca con algunos escollos y alguna alga distraída
y el pobre pierde una porción, dos, tres, veintitantas...
pero sigue el zurullo su travesía incierta a pesar de esa trifurca
y se encuentra el esqueleto de un radiante galeón
apesadumbrado debajo de un telón de litros de agua,
se saludan y sigue él bajando y bajando
hasta nadar en las profundidades el zurullo,
ya allí se sorprende la fauna por su presencia
y los peces le besan con lengua,
una estrella de mar se le pega para ser su amiga
y un cangrejo cabrón lo mutila un poco,
todos le hacen caso ahora
pero por la fuerza de la gravedad
cae, cae, cae
cae el zurullo,
ese fósil aberrante,
esa piedra sucia partícipe de tantos destinos,
ese pedazo de antigua vida,
cae,
cae,
cae
en
el
ol
vi
do.
(como las personas que guardamos en un cajón
después de un tiempo,
aunque su historia fuera bonita,
aunque fuera una buena amiga o amigo)
Quintí Casals
Un tierno y esponjoso pero férreo zurullo
se derrumba abatido desde un ano
al agua que atesora un gran pozo de porcelana,
se cuela por el agujero limpiamente y se deja llevar por la corriente
recorriendo tuberías y después cloacas,
le observan allí ratones y grillos mutantes
y él, con cara de póquer, les aguanta la mirada,
dos o tres duelos más tarde finalmente
el zurullo desemboca desde un albañal
al gigantesco océano
y se desliza, tranquilo, plácidamente, hacia el fondo del mar.
Se sumerge en diagonal hasta encontrarse unos submarinistas
y los maleducados le hablan mierda,
se ofende y se escapa velozmente
y choca con algunos escollos y alguna alga distraída
y el pobre pierde una porción, dos, tres, veintitantas...
pero sigue el zurullo su travesía incierta a pesar de esa trifurca
y se encuentra el esqueleto de un radiante galeón
apesadumbrado debajo de un telón de litros de agua,
se saludan y sigue él bajando y bajando
hasta nadar en las profundidades el zurullo,
ya allí se sorprende la fauna por su presencia
y los peces le besan con lengua,
una estrella de mar se le pega para ser su amiga
y un cangrejo cabrón lo mutila un poco,
todos le hacen caso ahora
pero por la fuerza de la gravedad
cae, cae, cae
cae el zurullo,
ese fósil aberrante,
esa piedra sucia partícipe de tantos destinos,
ese pedazo de antigua vida,
cae,
cae,
cae
en
el
ol
vi
do.
(como las personas que guardamos en un cajón
después de un tiempo,
aunque su historia fuera bonita,
aunque fuera una buena amiga o amigo)
Quintí Casals
viernes, 3 de mayo de 2013
Fotosíntesis
Los vegetales,
los cuerpos que no hacen nada,
los cuerpos que tan sólo viven,
arraigan su culo en cualquier silla de la terraza de un bar
y apáticos, buscan la luz
de un sol tímido que yace sobre una nube
agujereada por sus radiaciones delgadas.
Se riegan a base de 33 cl de espumoso oro líquido,
reposando la lata en dos dientes, dejando que el líquido se desplome,
tragando
y dejando escapar una onomatopeya de placer traidora.
Con ritmo lento aspiran aire podrido de CO2 nicotínico o a las finas hierbas
y expulsan un poco de oxígeno en un intento de suicidio
sin embargo, gracias a ésto sobreviven.
Hacen de la materia inorgánica que es la vida
materia orgánica,
algo un poco aprovechable
un poco de chispa a este mal chiste.
Quintí Casals
jueves, 2 de mayo de 2013
Contemplación de luz cegadora
Qué hermosa es usted cuando me enseña los colmillos,
cuando muerde, cuando sonríe, cuando habla.
Qué dulce es su enfado, qué pícara cuando me hace la pelota,
qué amable cuando me quiere, qué amable cuando me odia.
Qué raros son sus pedos, su aliento después de un gazpacho, sus mentiras,
que huelen a destellos de magnolias, rosas y demás
y qué hijo de puta es su andar que camina a mi sonrisa
y su sonrisa que cae hasta hacerme caer.
Qué bonita es la timidez de su amor que, vergonzoso,
se esconde detrás de una teta y de un sostén empachado
y qué bonito ese repliegue de grasa que se le hace en el vientre
cuando salta usted de alegría encima de mi polla.
Qué tranquilas son sus palabras, qué terribles sus silencios.
Qué ingenioso es jugar a las damas con su clítoris
y al ajedrez con su cerebro. Con su corazón no se juega.
Qué guapa está caminando entre cerezos en primavera
o entre pinos en invierno. Qué guapa usted, que es perenne, mi amada.
Qué bella está cuando se pregunta por qué ella y no otra
qué guapa está usted cuando está,
cuando existe,
cuando me regala vida
cuando no me falta,
cuando me ilusiona y me hace creer
que aún queda una pizca de carne en la tierra
con sabor a utopía.
Quintí Casals
Qué hermosa es usted cuando me enseña los colmillos,
cuando muerde, cuando sonríe, cuando habla.
Qué dulce es su enfado, qué pícara cuando me hace la pelota,
qué amable cuando me quiere, qué amable cuando me odia.
Qué raros son sus pedos, su aliento después de un gazpacho, sus mentiras,
que huelen a destellos de magnolias, rosas y demás
y qué hijo de puta es su andar que camina a mi sonrisa
y su sonrisa que cae hasta hacerme caer.
Qué bonita es la timidez de su amor que, vergonzoso,
se esconde detrás de una teta y de un sostén empachado
y qué bonito ese repliegue de grasa que se le hace en el vientre
cuando salta usted de alegría encima de mi polla.
Qué tranquilas son sus palabras, qué terribles sus silencios.
Qué ingenioso es jugar a las damas con su clítoris
y al ajedrez con su cerebro. Con su corazón no se juega.
Qué guapa está caminando entre cerezos en primavera
o entre pinos en invierno. Qué guapa usted, que es perenne, mi amada.
Qué bella está cuando se pregunta por qué ella y no otra
qué guapa está usted cuando está,
cuando existe,
cuando me regala vida
cuando no me falta,
cuando me ilusiona y me hace creer
que aún queda una pizca de carne en la tierra
con sabor a utopía.
Quintí Casals
Suscribirse a:
Entradas (Atom)