jueves, 10 de enero de 2013
Nadie
Nadie sabe amar
porque quien lo hace no ama a la perfección,
ni perfectamente ni a la excelencia,
sino a cada una de las fallas de un corazón,
esas brechas que hacen trepidar al interior,
el magma de la sangre cuando asfixia las ideas,
nadie sabe amar sin antes aborrecer la extrema belleza.
[Te dirán que han aprendido
mientras en un diálogo se quedan dormidos.
Te dirán que sienten mariposas en el estómago,
cuando sólo son capullos en su intento más retrógrado,
Te dirán que te aman con locura,
pero una sonrisa les indicará sexo y no ternura.
Probablemente te dirán muchas cosas,
entre ellas te quiero y te regalarán rosas,
te estimarán si eres hermosa
y aun más si eres famosa
pero a esa panda de gente SIN SENTIDO
dales de tu parte su merecido,
diles que tienen el pene lleno y el cerebro vacío,
y dales
para guiarles
la dirección por el camino hacia tu olvido.]
En el mundo hay cada día mas orgasmos y menos suspiros,
sólo hay la diferencia acústica entre estos gemidos,
un intervalo corto pero largo en el sentimiento
de la vehemencia al amor hay muchas noches de lamento,
de una gota de sudor a una lágrima,
aprender a amar es una etapa amarga,
porque sientes lo dulce de su estancia
y también porque,
se desaprende,
y se ama
cuando notas un hueco en tu cama
y poco a poco,
se llena del líquido de la nostalgia.
(En blanco y negro,
no es el recuerdo
ni la oscilación de ser cuerdo
sino mi estado,
mi profundo letargo
que fue gris en el pasado.)
Pero no todo es tristeza,
más el amor es la mayor proeza
pero
se aprende a amar
cuando se hace del todo mal,
volviéndote loco por los defectos
buscando en las caricias afecto,
se aprenderá a amar
el día que odies todo aquello ideal.
(Incoherente predilección,
aunque mi más excelsa pasión,
sí, dije pasión,
pero amigos míos
no sean macabros,
lo dije con el corazón.)
Quintí Casals
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