Gorriones (rubio y castaño)
[Los gorriones que vuelan y vuelan
no pueden vivir en cautividad,
al encerrarlos lentamente se apagan,
y ya no luce su cántico al añorar la libertad,
sus alas se desprenden
y se prenden
en el fuego de la mortalidad,
el fuego de las cenizas
cuando la jaula se aprieta y aprieta
y el corazón se les parte a trizas.]
Pobres y afortunados gorriones
que en la ciudad consiguieron elevarse,
pues allí entre el humo y el consumo,
es difícil con tus alas besar las nubes,
las leontinas de los relojes encadenan,
pues es arduo luchar con la rutina y su condena.
Ellos vuelan sin imaginar
y se merecen el cielo,
lo conquistan delante de nuestro anhelo,
nosotros no pudimos,
nosotros vivimos en cautividad
y los gorriones tienen libertad
y las hormigas se saben organizar.
Nosotros somos el equilibrio,
la falsa estabilidad del placer y el sacrificio,
podemos votar y tenemos oficios,
pero ni trabajamos bien ni nos trabajan bien,
sube la maldad con la materia gris en cada sien,
la bondad cuando es grande lo de debajo del sostén,
no me refiero a los senos
sino a quien bombea sangre de vaivén,
aunque algunos sean eternos y me lleven
a querer ser toda la vida de una utopía amorosa
un placentero rehén.
(es entonces
cuando somos gorriones,
damos un salto y vivimos en las nubes,
despegamos de la tierra con un beso
y con las manos en alto y abrazados
nos deslizamos por la Troposfera,
la Estratosfera y la Mesosfera,
empezamos a ver las estrellas,
fundimos el tiempo en la Termosfera
y nos lanzamos a la Exosfera,
ya en el espacio estamos,
si fuéramos gorriones estaríamos quemados
pero somos libres cuando nos damos las manos,
somos libres cuando del mundo nos olvidamos.)
¿Qué me importan las facturas?
los quehaceres y las lecturas,
si estoy durmiendo en el regazo de tus ojos,
allí incrustado porque sólo a mi me contemplas,
el mundo se degrada con la creciente del amor,
se oxidan los días con el jugo de las lunas,
noches sin luz que a la realidad apagan,
somos gorriones,
somos libres,
somos los supervivientes
de la explosión
de nuestra pasión,
mientras nuestra generación
paulatinamente,
aunque pronto será de repente,
se destruye con la evolución.
(Nunca tendremos alas,
las podrás encontrar
en un tierno corazón.)
Quintí Casals
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