sábado, 5 de abril de 2014

El arte de perder

Perdí dos ciudades, ambas adorables. Y, más ampliamente,
algunos sitios de los que era dueña, dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no fue un desastre.

Elizabeth Bishop

Mi cuerpo tímidamente frío,
-entre asqueroso y sorprendido-
líquido, seca las horas pasar. O la sangre
o el reloj imparable o la pasividad del trance
caen limpiando un futuro gaseoso, espumoso,
fugaz.

Y los ordenadores y los contenedores
y los países que he visto... ¿Dónde quedan?
Un BMW casi me atropella. Una piedra
redonda supone el artificio natural.
La, verdad -seré sincero-
no sé a dónde voy,
no sé lo que quiero,
no sé dónde estoy.

Entre cómodas fiestas, lindas amigas
y poemas tontos me arrastro como puedo.
Es triste, han vuelto a abandonarme
y sonrío como un depredador
al cazar.

Quintí Casals

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