Aféitate la barba -pinchas-,
háblame, búscame, encuéntrame
y actúa sobre el iceberg del contratiempo.
Vuela, duerme con la panza llena, caga,
renueva tu look y retrocede
-que el pulso tarde o
temprano llega-. Nadie,
nada, nunca perece demasiado.
Muévete como una hoja: no te quedes
ahí parado. Muévete como la tierra:
abraza la flor, sincroniza el verano.
Recorre los tréboles hinchados.
Recorre el enjambre metropolitano
y sorpréndete y escúrrete;
el cuerpo no puede quedarse
en blanco y negro, agítalo.
Ahora es ahora mismo
en el día jeroglífico,
imperativamente
presente...
déjate
llevar.
Quintí Casals
No hay comentarios:
Publicar un comentario