miércoles, 28 de agosto de 2013

Tinta de sangre

Dicen que tengo un don,
que escribo bien,
que remuevo las entrañas como una cascada al río,
que hay algún pellizco de Verdad en mi voz aunque
ésta no haya existido jamás en nadie,
que grito con un susurro de poesía
y que, incluso a veces,
hago llorar a quién me lee.

Dicen que tengo un don,
que esbozo la metafísica de mi estar con un verso,
que tengo una locura digna de que la amen las flores,
que abrazo desde el papel,
que me cago en todo aquello en lo que no debería
y que, incluso a veces,
tengo un poco de razón.

Dicen que tengo un don
y yo no lo sé.

Quizá lo tenga, 
quizá no lo tenga;

pero si éste es un don de veras,
no es el don de las palabras,
no es el don de la poesía,
no es el don de la Verdad,

si éste es un don de veras,
no es más que es el don

del tormento
y del dolor.

Quintí Casals

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