¡Oh! Titánica fausta que encabritas
el dogma llamada Rebeldía.
¡Oh! Nervudo edelweiss que alboreas
en el desierto de la desesperanzada costumbre.
¡Oh! Aire de vida que chispea en
la brisa de la nociva rutina,
aquí tienes mi más sincera ofrenda,
musa mía.
Quintí Casals
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