jueves, 29 de agosto de 2013

Los viejos no son sabios

Estoy secando con una toalla
cada una de las horas que he vivido
sobre mi cuerpo.

Quisiera no morar
en una cárcel temporal.

Quisiera poder administrar
mis recuerdos o mis olvidos
o mi pasado o mi presente o mi futuro.

Quisiera vivir otra vez aquello
apetecible a vivir
o no vivir aquello
que odié vivir
o parar por un segundo
el reloj,
pero el tiempo
se escapa como el aire.
Sólo Sigue, sigue y sigue
sin pedir permiso.
Recorre la silueta de tu
alma corporal y
entre instantes enmohecidos
la pudre hasta agotarla.

Ojala los minutos no fueran
tan transparentes y tan anárquicos.
Ojalá supiera cómo coger la vida
o cómo coger el aire.

Ojalá la vida
no fuera una broma pesada
que sólo se entiende a sí misma.

Ojalá pudiera tirar atrás
y no escribir nada de ésto.

Quintí Casals

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