Y cuando tú me miras, mujer de antes de cristo,
mujer de antes de ti, mujer de antes de mí,
mi corazón de hojalata dibuja una rosa hecha de nubes
y mi cerebro de nuez la aspira
y duerme
y muere
y respira
por fin
en paz.
Si no fueras tú, si fueras hembra vulgar en mis entrañas,
sólo un grito de pene habitaría
en ese instante.
Pero no es así. Tu pupila de carmín
es el sosiego de mi pupila de labio seco.
Es el placer de dejarte entrar
dentro de mí
sin antes llamar.
Quintí Casals
No hay comentarios:
Publicar un comentario