martes, 18 de junio de 2013

Obsolescencia 

El progreso
-en sí-
requiere el constante cambio
en la elaboración de los productos.

Éstos, tarde o temprano,
quedan viejos o en desuso,
lo que hace
que vivan durante su corta vida
constantemente
preparados
para dar la bienvenida
a los nuevos, flamantes
y futuros

objetos que les revelarán.

Pasa como con las personas.
Dan éstas un servicio útil a
la rueda del engranaje y ya está.
(no importan para nada más)
Cuando quedan viejas o en desuso;
son jubiladas, apartadas y muertas.
Caducan, ya no es rentable su presencia
en el mercado

y acaban sustituidas
por hombres de plástico
o metal,
mejores o peores,
pero nuevos.

Estamos al mismo nivel.

Objetos y personas:
todos terminamos en la funesta basura.
Estamos matemáticamente y sistemáticamente
esclavizados para el reemplazo

y ya está.

Quintí Casals

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