domingo, 9 de junio de 2013

Bonnie & Clyde 

Mala mujer,
me ha sorbido usted toda mi pasión,
toda mi esencia de ser.

Me ha robado sentimientos, tiempo y dinero.
Se lo ha quedado todo.
Mis poemas, mis dibujos, mi aliento,
mi amor.
¿Qué se ha creído? ¿Quién se cree que es?

No sea canalla y hágame un favor.
Quédese con toda mi alma y mi apego
que a mí junto a usted ya no me hace falta.

Quédeselo. Yo fui malo y también me quedé lo suyo.
Malo de amor. Malo de bueno. Malo por quererla.
Se lo usurpé porque usted también lo pidió.

Supongo que ambos lo sentimos. Que a ambos
nos gustó ser robados de amor y despojados de todo
quedando desnudos
sin nada más que nosotros el uno delante del otro.
Supongo que no le podemos hacer nada.
Que es lo que hay. Que no hay remedio.
Que no hay remedio a nuestra cleptomanía emocional.

Aunque, bien pensado,
ahora que ya estamos igual:
(aquí) usted conmigo y yo con usted,
ahora que nos hemos sincerado como ladrones,
que ya nos hemos robado el uno al otro...

dígame guapa:
¿Se presta usted a atracar el cielo conmigo?

Quintí Casals

No hay comentarios:

Publicar un comentario