Fragancia Calvin Klein de imitación
Se posa enfrente mío
el mejor perfume femenino que jamás hayan
mis fosas nasales devorado.
Expectante, decidido, esperanzado
mi cuello fuerza un ángulo llano y vertical
levantando mi cabeza
y descubren mis luceros
la peor imagen mujeril jamás avistada. Qué fea es
esa mujer que se olía tan hermosa.
Masacre perceptiva.
Paradoja de lo artificial amalgamado a lo natural.
Seducido por la erótica del negocio
que hace bello lo que no es,
vuelvo a frustrarme.
Quintí Casals
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