Cuán terrible es la triste enmienda de volver;
cuán ortodoxa, cuán correcta, cuán lúgubre
es el volver a empezar, el volver a partir.
Volver al hogar, a la costumbre, al principio.
Volver a acertar, a equivocarse.
Volver a volver.
Cuán terrible es volver
a los anales de la periferia,
el regresar
al apellido circular
de la avenida y la esquina.
Cuán terrible es la redención, la mano tendida
y cuán difícil aceptar cuánto la célula necesita
escapar de volver al olvido,
olvidar cómo volver.
Quintí Casals
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