Tengo ganas de herir y de sangrar,
ansío
deseos de crema de cacahuete
y jamón.
Anhelo ser y sonreír, buscar y encontrar,
perderme en mi capacidad
de ser experto
en la huida.
Nunca habité la acción y la respuesta,
nunca quise estar aquí ni allá,
nunca merecí ni el frío ni el calor,
mas las estrellas
iluminaron siempre
cualquier carretera o sendero
por el que yo quise
caminar.
Ando perdido, olvidado, descuidado
entre mercados, escaleras
y alfileres oxidados.
Ando en la grieta
del labio.
Ando en la apología
del adiós.
Mis palabras son secas.
Mis insultos, augurios.
Me he ido a tomar por culo
y, sinceramente,
estoy bien.
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