Daría todo el aire por un grito
José Ángel Valente
Ver como tus padres
discuten día tras día
por si el mérito de compra fue suyo,
por si las bayetas están sucias o no.
Ver como tus amigos
esnifan un miércoles cocaína
para paliar así mejor el sueño.
Ver a tu hermano, sombra y sol,
tener las mismas pesadillas que tú.
Ver las calles de tu ciudad
derrumbarse en el ocaso de las nubes;
ver las plazas infectas, las moscas como señales de tráfico.
Ver a "Joan el mendigo" morir en el frío de noviembre
y la masa comprando en navidad
y la biblioteca pública cerrar.
Leer "Dónde habite el olvido" de Cernuda,
degustar el pollo transgénico del KFC,
oír el populismo de izquierdas crecer en el puño del muchacho fácil.
Ver los cables del modem estrangular
toda sociabilidad meramente permitida.
Sentir el amor invisible rechazar el cuenco de la miseria.
Ver que poco a uno le pertenece, que rápido todo se pierde,
que un animal me vigila por las noches
y, alguna que otra vez, se apiada de mis garras.
Ver como todo aquello que me contaron sobre la sangre pura
era mentira,
ver como toda esa falacia sobre la verdad
se desgranaba en la fiera que todos llevamos dentro.
Ver cómo es la noche, cómo son los sueños
y que la esperanza cada primavera pasada
se difumina en la exactitud de la víscera.
Ver que mejor es cerrar los ojos en esta tierra quemada,
ver que ver duele
y que mejor es cerrar los ojos
en esta tierra dónde ya no brota nada.
Quintí Casals
t'has passat jaja
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