sábado, 19 de julio de 2014

Yo mismo

Me quiero evaporar, entre la gente.

Love of lesbian

Si me miras, de lejos, allá, cuando ando por la calle como un mendigo...
probablemente verás que voy mal vestido,
que colecciono varias cicatrices en el cuerpo
y que detento demasiadas ojeras para tener 20 añitos.

Pero no te engañes,
ni Cenicienta era quién dice que era;
todos parecemos un poco lo que no somos.

No te engañes, no te asustes;
mírame bien, de cerca, a los ojos...
y verás que mi cuerpo está hecho de cristal,
que me puedes ver turísticamente por dentro.

Y no verás mis órganos, tampoco mis huesos,
siquiera verás una miga de mi pene...

pero sí verás cómo atardece lentamente mi sombra,
verás mi campo de batalla con sus jinetes y sus bombas
y, también, el extenso invierno que recubre todas mis miserias.

Verás mis pallaserías, verás mis máscaras;
verás que no soy todo aquello que pude ser
y que soy un niño que fue siempre mayor.

Verás que mis palabras se expanden verticalmente
como personas que se cogen de la mano

y verás, entre átomos cutáneos, también,
mis silencios, mis derechas, izquierdas y vientos.

Si entras más, si consigues llegar hasta mis escombros...
verás que he llorado mucho, verás que lo he pasado mal
y que tan sólo soy un pedazo de mala tierra dónde brota trigo bonito.

Verás que nunca utilizo el nunca.
Verás que se me enreda la carne a los rayos de sol
y que el diablo me eligió para escribir el apocalipsis.

Verás que tengo la lengua negra,
que bajo mi aliento no hay nada,
que se me come el asfalto y el acero y
que doy continuamente tumbos en una encrucijada.

Verás que soy futbolero
y que creo en las pasiones.

Verás que, en cambio, no sé amar
y que busco unos ojos grandes
dónde yo también pueda entrar.

Verás que soy un nómada solapado.

Verás que ando cansado.

Y verás, si traspasas la barrera del miedo y la rareza,
cómo me gusta hinchar la lluvia, cómo desafino al sol

y quizá te robe una sonrisa
y quizá quieras matarme

pero, justo en ese momento, querré contarte

que es bueno dejar correr el tiempo,
que la impaciencia sólo es un intento de esperanza
que la fruta madura y crece y tiene mejor sabor.

La noche está perdida en las notas del viajero.
Verás que tal vez mejor así, que no hay un lugar mejor.

Verás que el tiempo se pierde entre los ojos de todos
y que, poco a poco, nos vamos abrazando a tientas
para sobrevivir a la imponencia de los astros.

Verás que sentir el calor de una mirada
es la única luciérnaga de esta habitación oscura.

Verás que no hay paz alguna,
que tan sólo podemos mirarnos.

Y ahora, si mirarme bien a los ojos puedes...
verás que estoy hecho de cristal,
que me puedes ver por dentro.

Verás que mi patria
es el latido de mi corazón

y quizá quieras
conocerme

mejor.

Quintí Casals

No hay comentarios:

Publicar un comentario