La sangre de Jesús
estaba alcoholizada
y lo sabéis.
Al igual que sabéis
que cuando el sol abrasa la mirada
bueno es calzarse unas gafas de sol.
Yo, en cambio, no sé nada.
Mis peluches están rotos.
Lo que yo era se desvanece.
Mi ex ahora lame coños,
en África los sábados trabajan,
las petunias del Jardiland apestan a mofeta.
No sé nada.
No entiendo nada.
Cada día es mayor el cambio climático en mi cuerpo;
ya no existen las 4 estaciones, se degradan hacia el blanco.
"¡Basta!"
Mensaje enviado,
recibido: dos tics.
Nadie contesta.
No entiendo nada.
No sé nada.
Mi barba crece
muy rápidamente,
las patatas fritas
están muy buenas,
el momento
parece ser
una ruina
desalojada.
Quintí Casals
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