Sólo entre dos silencios cabe el tamaño justo del verbo predecir.
J.M. Caballero Bonald
La realidad se disuelve
en sueños
puros como el cordero
que limpia a su cría después de nacer.
Y es cierto que no puede describirse
la pureza... pero hoy los recuerdos
ayunan en mi encerrada cabeza y
era preciso que alguien decidiera
si el mañana es sensible
o peligroso.
Aún hay gente quién disfruta
del aburrimiento y no sueña.
Alguien, en cambio, limpia su alma
en la cocina y mira, alto,
hacia el futuro.
Entonces una bombilla se enciende en la noche.
¿Y quién es vida sin sus padres?
¿Y quién no es anónimo en muerte?
¿Y quién no es extranjero en patria?
Tantos años poniéndole sílabas
a los diccionarios y calles a los mapas
para llegar, hasta el día de hoy,
y aprender que -aunque la
iglesia se empeñe en decir
lo contrario- la fe es lo
único que no se paga
en monedas.
Es de noche,
vuelvo a casa en un coche y
el alma se me desvanece por la ventanilla.
Llego a casa,
doy las buenas noches y
me desmayo en el solar de mi sombra.
Cierro los ojos.
Sueño si quiera un poco.
Mañana será un nuevo día.
Quintí Casals
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