El corazón. Yo lo usaba en los ojos.
Gilberto Owen
Pronto todo será nada.
La vida y su blablabla,
la muerte y su sondeo.
El fin de la historia ha llegado.
Siento que no encajo
en la magia del contacto.
Siento que soy agua
fluyendo
en el fuego.
Ya no sé si mi corazón
es de plástico o metal.
Siento el hielo en mis manos
deshaciéndose
al ver pasar los días
perdido en la distancia
del firmamento.
Soy una escopeta de amor
en un mundo violento
y el saber un gallo con embarazo psicológico,
inflado,
incapaz de parir una verdad.
Sólo veo horror
pintado de rosa.
Sólo encuentro pureza
en las miradas de los enamorados.
Hay un cadáver abierto en el prado,
de su interior brotan flores
y estrellas.
Malparados transeúntes del cielo,
siempre andamos pintando
paredes e identidades
para que no se vean
los cimientos
de nuestras almas.
No hay nada como la bravura del fuego.
Quintí Casals
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