El amor es un cubo de basura
limpio, metálico, brillante,
cuasi reluciente y esbelto
que poco a poco
va rellenándose
de mierda.
Después del recreo químico
del principio, de la almohada magullada,
de las carantoñas en el clítoris, en el glande,
las charlas convergentes, el beneplácito jugoso...
llega la melancolía de la nada,
la nostalgia del bienestar,
el deseo del olvido.
El cubo de basura
comienza a atiborrarse.
!Al tanto!... que llueven heces verbales,
!Al tanto!... que caen unos cuernos de plástico,
!Al tanto!... que caen cientos de cuernos de alce,
!Al tanto!... que rebosa basura, material desechable, platos rotos,
!Al tanto!... que poco a poco el cubo se llena, huele mal, hay hasta gusanos.
Resignado, encrespado, ruin,
intentarás vaciarlo repetidas veces,
empezar de cero, mirar a otro lado, pasar,
pero el cubo seguirá estando sucio, pringoso.
No te ofusques, déjalo.
Ve a un Expo Mobi,
escoge, adquiere
uno nuevo.
Quintí Casals
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