jueves, 13 de febrero de 2014

Bandos

Una almendra garrapiñada
ha caído del cielo
para alimentar
a un pigmeo
de 7 años.

Tuteo comestible,
manteca execrable
recorriendo el polvo de
un cristal churrascado por el sol.
Un misionero mira al niño, le roba la comida.

El hombre civilizado
hiende el presente hacia el infierno;
observa, discierne, celebra el dolor del sur.
Una velocidad uniforme estriba un arranque forzado.
¿Quién sabe si seríamos felices en un mundo honesto?

Quintí Casals

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