miércoles, 19 de noviembre de 2014

Crystal fighters

Me pregunto a veces
si habrá alguien,
alguna que otra personita por ahí perdida
que lidie de veras la batalla,
la incoherente y confusa
batalla,
la ilógica e indescifrable
batalla

que es
morir.

Me pregunto hacia dónde
irán esas almas
simples, chicas, difusas,
que creen, firmemente,

en el arte de vivir;

que juegan al balón en las plazas,
que transitan a la vez cruces y esquinas,
que esperan a que el semáforo -pim, pam, pum-

se ponga verde.

Y miran, también, telenovelas por las tardes
y comen, también, macarrones en comidas familiares
y sienten, también, la lágrima brotar
cuando algo no les sale bien.

Me pregunto dónde quedará esa simplicidad
dulce,
dónde habitará todo ese olvido
entrañable,
dónde resistirá, recia y constante,
esa felicidad intermitente

que hace de su vida un lugar estable
e insoluble,

que hace de su vida un oasis
etéreo y, a la vez,

inexistente.

Quintí Casals

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