domingo, 17 de marzo de 2013


Odio un poco, claro


Odio las fronteras de tu piel,
tu no-estancia
la nada,
la sombra de tu sombra
dibujada con mi mente, mi pincel,
lo extraño, la eternidad
de nuestras muchas historias
que quedaron escritas en un papel.

(de aquellos que no se mojan
porque están ya hechos con el agua
de mucho sudor y alguna lágrima)

Odio las líneas a puntos
que forman la silueta
de tu ausencia,
el mero pensamiento anímico
en tu apariencia,
lo brusco,
que algún día
que rebusco en mi yo primitivo
sea invisible tu culo,

(pero esos puntos,
¡Ay, Esos puntos!)

esos tres puntos
(por nuestro amor fuerte,
puro)
que no sé lo que no sé que hacen,
que simplemente,
revelan un perenne futuro.

(No te preocupes por este odio que digo,
que el odio es mío, el amor todo tuyo)

En una nada cósmica
es mejor sufrir cuando aparece un punto.
(Aunque no lo percibas o notes)

Está cerca, en ese órgano que se parece a un puño.
[Dos luchadores, un hercúleo conjunto]


Quintí Casals

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