Cada vez que
respiro un respiro tuyo,
degusto un beso de tu coño,
toco un pelo de una de tus promesas,
veo tu mirada sonriente en mi reflejo
o oigo un timbre de voz similar a tus eructos,
una primavera florece de mi cabeza a mis pies
y a la vez cada centímetro cuadrado
de mi cuerpo es golpeado por
cientos de lingotazos
de desamor.
Cada vez que te siento
o no te siento
me matas, me matas y me vuelves a matar,
me resucitas, me resucitas y me vuelves a resucitar.
No soporto tu existencia
sin querernos.
Juraría que es un sentimiento similar
a un héroe romántico esperando a una puta,
a una alocada confrontación de fronteras,
a una tormenta de arena en el mar.
Estoy muriendo en cada emoción
que te dedico.
Cada vez que te quiero
algo me impide quererte.
Cada vez que te pienso
algo me impide pensarte.
Es muy triste. No puedo sentirte más.
No puedo seguir aquí sentado pensando
en lo inflamable que es el amor
y lo asesinos que fuimos
por dejar caer una cerilla
en nuestros corazones.
Quintí Casals
No hay comentarios:
Publicar un comentario